jueves, 22 de agosto de 2019

Vallisneria: una sexualidad de ficción

Flor femenina de Vallisneria americana flotando en superficie rodeada de flores masculinas flotantes, cada una formada por un solo estambre erecto; la mayoría de las anteras están en estado dehiscente, mostrando masas de polen. Foto
La polinización nos puede parecer algo extraño a los humanos. Mientras que nosotros solo necesitamos dos intervinientes (si interviene alguno más para practicar sexo esa es otra cuestión) para lograr la reproducción, las plantas tienen que utilizar un intermediario. Los casos más conocidos son los de las plantas zoófilas, que utilizan insectos como abejas y mariposas. Otras plantas zoófilas utilizan pájaros, murciélagos e incluso reptiles. Otras muchas plantas, las llamadas anemófilas, renuncian a la necesidad de un intermediario orgánico y confían en el viento para transmitir grandes cantidades de polen al aire esperando que el azar deje un grano de polen en un órgano femenino receptivo.
Eso ha funcionado muy bien para las plantas terrestres, pero ¿qué pasa con las plantas acuáticas? El agua es un gran obstáculo para los métodos citados. Algunas especies producen sus flores sobre la superficie del agua, pero otras no lo hacen. Un género en particular ha desarrollado una forma verdaderamente original de lograr la reproducción sexual sin tener que abandonar su ambiente acuático. 
Vallisneria americana creciendo con las flores femeninas emergidas en Bay Springs, la estación de campo de la Universidad de Misisipi. Foto.
Veamos al género Vallisneria. Conocida comúnmente como cinta o hierba anguila, este género de plantas acuáticas, que agrupa trece especies, se ha hecho famoso en todo el mundo por su uso como planta para acuarios domésticos. En la naturaleza crecen sumergidas con sus hojas bastante largas, acintadas, de medio a un centímetro de anchura, oscilando en el agua. En los lugares en los que son nativas, las vallisnerias actúan como un componente ecológico importante. Desde peces y crustáceos hasta manatíes, utilizan los lechos de vallisnerias como alimento y refugio. Las vallisnerias estabilizan los lechos de los arroyos y los estuarios e incluso actúan como filtros de agua.
Pero en mi opinión, el aspecto más interesante de la ecología de Vallisneria es su estrategia reproductiva (véase este vídeo). Además de reproducirse vegetativamente por estolones, su método de reproducción sexual es excepcional. Las vallisnerias son dioicas, lo que significa que producen flores masculinas o femeninas en individuos diferentes, como nosotros. Las flores femeninas nacen en largos tallos que llegan hasta la superficie del agua. Una vez allí dejan de crecer y comienzan su espera. Tal y como se posicionan, la tensión superficial del agua provoca una ligera depresión alrededor de las flores. La depresión parece un pequeño hoyuelo embudado con una florecita blanca en el centro.
Flores masculinas de Vallisneria flotando en la superficie del agua. Foto
Las flores masculinas son muy diferentes. Son mucho más pequeñas que las flores femeninas, y se disponen en inflorescencias que formadas por miles de órganos masculinos individuales. A medida que maduran bajo el agua, las flores masculinas se desprenden de la inflorescencia y flotan como esferas hacia la superficie. Como hacen las plantas terrestres polinizadas por el viento, Vallisneria utiliza las corrientes de agua para dispersar el polen. Una vez en la superficie, las pequeñas flores masculinas emergen de las esferas y flotan como pequeñas barquitas repletas de polen.
Si una flor masculina flota cerca del hoyuelo creado por una flor femenina, se deslizará hacia la depresión donde entrará en contacto con las flores femeninas. Así es como se logra la polinización. Una vez polinizadas, los cambios hormonales hacen que el tallo de la flor femenina comience a enrollarse como una espiral, arrastrando las semillas bajo el agua donde madurarán en un ambiente seguro. Cuando hayan completado su desarrollo, cientos de semillas se liberarán en las corrientes de agua.
Vallisneria officinalis. Dibujo de Erasmus Dawin, 1789. Imagen
Las vallisnerias son plantas acuáticas con una estrategia reproductiva que parece de ficción, que ha logrado que estas plantas nunca tengan que abandonar el agua. Como también pueden reproducirse vegetativamente, muchas especies han tenido un gran éxito de dispersión. De hecho, algunas especies se han convertido en plantas invasoras que se han introducido lejos de su área de distribución original. © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.