lunes, 30 de octubre de 2023

La flor del Día de Muertos: parece un clavel, pero no lo es

Tagetes erecta. Jardín Botánico de la Universidad de Alcalá. 

Una planta que florece estos días, Tagetes erecta, conocida en España como clavel de moro, clavelón africano, clavelón del India, copetillo, damasquina, flor de muerto o simplemente clavelón, es una de las plantas más utilizadas en una de las festividades más coloridas de México: el Día de Muertos.

Aunque parezca un clavel, botánicamente el clavelón no tiene nada que ver con la familia Cariofiláceas, en la que se incluyen los verdaderos claveles y a la que pertenecen unas 2.000 especies agrupadas en 88 géneros, uno de los cuales es el género Dianthus, al que pertenecen los verdaderos claveles tanto silvestres como cultivados.

En la siguiete imagen puede verse cómo, además de los cinco grandes pétalos, en los claveles silvestres son muy visibles cinco estambres y otros tantos estilos (los extremos del ovario) en posición central. En los claveles obtenidos por selección artificial esos estambres, como las piezas que constituyen el ovario, se han transformado en pétalos, una selección progresiva de la que resultan unas flores tan vistosas como estériles.

Por la selección artificial que han hecho los cultivadores durante cientos de años, los claveles comerciales se parecen poco a los silvestres, de la misma forma que un perro chihuahua se parece muy poco a los lobos de los que descienden todas las razas caninas. A la izquierda flor de un clavel silvestre, el clavelín de rocas, Dianthus lusitanus. A la derecha, flores de un cultivar de Dianthus caryophyllus, el más común de los claveles comerciales.

El género Tagetes pertenece a la familia Asteráceas, en la que se incluyen varios miles de especies, entre ellas girasoles y margaritas, por citar dos ejemplos muy conocidos. A ambas les llamamos “flores”, aunque en realidad sean unas inflorescencias llamadas capítulos o cabezuelas, unos conjuntos de pequeñas flores reunidas para simular una gran flor que resulte llamativa a los polinizadores. 

Esquema de las inflorescencias de la familia Asteráceas. A la izquierda aparecen doce capítulos de diferentes especies. Las flores de la periferia, marcadas con un * tienen forma de lengua (flores liguladas). Las flores centrales, que se muestran rodeadas por un anillo, son flores con forma de tubo (flores tubulosas). En algunos capítulos (señalados con una L) solamente hay flores con lígulas. 

Nativa de México y Centroamérica, Tagetes erecta, conocida con el nombre común de cempasúchil, posee tallos erectos, estriados, a veces acostillados, de hasta dos metros de altura, a lo largo de los cuales se disponen hojas pinnadas que llegan a medir hasta veinte centímetros de longitud, compuestas de once a veinte folíolos lanceolados con margen aserrado, aunque los folíolos superiores son pocos y poseen abundantes glándulas aromáticas, que son la causa del olor característico de la especie que domina en las ofrendas religiosas mexicanas.



La inflorescencia es una cabezuela que puede ir solitaria o agrupada en pedúnculos de hasta quince cm de largo con brácteas de color verde. Las flores son todas ellas liguladas de color anaranjado o amarillo. Como las pipas de girasol, los frutos son aquenios lineares de hasta diez milímetros de longitudinal.

Ilustración en la Historia Natural de la Nueva España de Francisco Hernández de la Tagetes erecta (Cempoalxochitl)


El uso en la medicina tradicional mexicana de Tagetes erecta está atestiguado desde los tiempos en que el médico Francisco Hernández escribió sus obras sobre medicina indígena en la Nueva España. En su obra Historia Natural de la Nueva España, Hernández describe que el nombre cempoalxóchitl lo recibían al menos siete tipos de flores, aunque aclara que el término describía propiamente a la más grande de entre ellas a la que los españoles le llamaron clavel de indias. Hernández resumió sus propiedades médicas:

«Tienen todas hojas como de tanaceto, flores amarillas, o amarillas con algo de bermejo, de temperamento caliente y seco en tercer grado, sabor acre, partes sutiles y olor un tanto fuerte. Tiene virtud resolutiva y aperitiva; el jugo de las hojas tomado o las mismas hojas machacadas y tomadas con agua o con vino atemperan el estómago frío, provocan las reglas, la orina y el sudor, alejan los fríos de las intermitentes untadas un poco antes del acceso, quitan la flatulencia, excitan el apetito venéreo, curan la debilidad que proviene de destemplaza fría del hígado, abren las vías obstruidas, aflojan los miembros contraídos, alivian la hidropesía, provocan vómito tomadas con agua tibia, y curan los fríos de las fiebres y aun las fiebres mismas evacuando la causa por la orina y el sudor». Historia natural de la Nueva España, Tomo II. Libro IV, CLXXIX.

Diego Durán, en su Historia de las Indias de Nueva España y islas de Tierra Firme, escrita en el siglo XVI, menciona el cempasúchil, al que llama cenpoalxochitl, como parte del ritual dedicado a la diosa Cihuacóatl cuyas flores eran ofrecidas más tarde al dios Huitzilopochtli, cuyo culto estaba relacionado con el de la primera y a la que se celebraba en la festividad llamada Huey Tecuihuitl. Una danza de mujeres ataviadas con estas flores acompañaba a una doncella que se identificaba con la diosa pero recibía el nombre de Xilonen, representación del maíz.

«[...] juntamente salian todas las mugeres y mançebas que tenían con el cabello tendido y cercenado por encima las cejas y sobre el vnas guirnaldas de rossas amarillas grandes que ellos llamauan (cenpoalxochitl) muy bestidas de galanos adereços todos loas braços enplumados de galanas plumas y çarcillos de oro y piedras con rossas en las manos [...]. Acauado el bayle tomauan ellas todas aquellas guirnaldas de rossas y sartas con quellos hauian baylado y las con quellas hauian baylado y subianse por el templo de Hvitzilopochtly como por primicias de las rossas de aquel genero porque no las hay hasta entonces. Llamauan a esta cerimonia xochipaina que quiere decir apresuramiento destas rossas tanbien le llaman xochicalaquia que quiere decir ofrecer y traer rossas al tenplo como por diezmo o primicia.» (sic) Fray Diego Durán. Historia de las Indias de Nueva España y islas de Tierra Firme. Capítulo XCI.

En algunas regiones de México Tagetes erecta se utiliza en padecimientos digestivos, como dolor de estómago, así como «empacho», diarrea, cólicos, «enfriamiento estomacal», afecciones hepáticas, bilis, vómito e indigestión. Con la planta también se elaboran lavados intestinales, y se emplea contra parásitos intestinales y como carminativo, febrífugo y antitusivo. Otros usos incluyen enfermedades respiratorias como catarro, gripe, bronquitis y congestión nasal.

Adorno de un sepulcro con flores de Tagetes erecta. Día de Muertos en Ciudad de México.


Además, en México se utiliza en las festividades del Día de Muertos para decorar altares y tumbas; de allí el nombre «flor de muertos». Junto con el copal, velas, alimentos y otros tipos de flores, el cempasúchil se usa ampliamente para adornar las llamadas ofrendas, dedicadas a los difuntos, principalmente el 1 y 2 de noviembre. En algunas regiones, se emplean los pétalos de esta flor para trazar un camino desde la tumba del difunto en el cementerio hasta la ofrenda situada en el hogar familiar, lo que creen que permite al alma encontrar su altar. © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.