lunes, 6 de mayo de 2024

Si piensas comprar un coche eléctrico, olvídate de estos bulos (3ª parte)

 Los coches eléctricos contaminan más que los convencionales térmicos

Hay un argumento que se repite mucho entre quienes defienden los coches de combustión: los coches eléctricos emiten más CO2 y contaminan más que los térmicos. Para defender esa postura, se suelen usar dos ideas diferentes pero complementarias. La primera, que la fabricación de la batería del vehículo eléctrico es un proceso tan contaminante que por sí solo contamina más que todo lo que puede hacerlo un vehículo de combustión. La segunda, que para generar la electricidad necesaria para mover un vehículo eléctrico se ha emitido más de lo que emite un vehículo de combustión.

Existen muchos estudios al respecto y prácticamente todos indican que la afirmación en su conjunto es falsa. Digo “prácticamente todos” porque hay algún estudio imaginativo que acaba concluyendo que existen algunos casos que la afirman, lo que, a su vez, termina por convertirse en titulares de prensa que proclaman que los vehículos eléctricos son más contaminantes que los térmicos. Después, cuando lees el estudio, te das cuenta de que es solo un caso hipotético basado en las peores condiciones comparativas para los vehículos eléctricos, pero la noticia ya está lanzada y sirve para alimentar el mito.

Que un vehículo eléctrico pueda ser más contaminante que uno de combustión es algo muy complicado fundamentalmente porque un motor eléctrico es mucho más eficiente que otro térmico. Tan solo en lo que se refiere a consumo energético final, un motor térmico consume casi tres veces más que uno eléctrico, así que es muy complicado que con esta eficiencia un vehículo eléctrico pueda ser más contaminante se cual sea el origen de la electricidad que consume.

Carbon Brief, una prestigiosa web especializada en política climática, publicó en 2019 un extenso informe donde analizaba los distintos estudios al respecto. La diferencia de emisiones de CO2 entre vehículos de combustión, híbridos y eléctricos se puede ver en este gráfico.

Diferencia de emisiones en el ciclo de vida entre vehículos convencionales y un Nissan Leaf cargado con electricidad de distintos países de la UE. Fuente: CarbonBrief.

En el gráfico se puede observar cómo, a lo largo de su vida útil, un vehículo eléctrico emite menos de la mitad de CO2 que otro estándar europeo de combustión. En ese estudio se tuvieron en cuenta tanto las emisiones producidas en la fabricación del coche como de la batería, además de las emisiones asociadas a la electricidad consumida por los vehículos eléctricos y las asociadas al transporte y refino de la gasolina o gasóleo en el caso de los vehículos de combustión.

Es interesante ver la diferencia entre los distintos mix energéticos de los países europeos, porque esta diferencia puede ser mayor que la media. En el caso de Noruega, con una generación eléctrica prácticamente 100% renovable, las emisiones en su ciclo de vida son de la cuarta parte de un vehículo convencional. En Alemania, con una presencia de carbón todavía importante en su mix, las emisiones son "solo" la mitad.

Por o demás, hay que tener en cuenta que las emisiones asociadas a la generación eléctrica van a ir bajando conforme se instalen más energías renovables en los diferentes países. Además, las emisiones asociadas a la manufactura de baterías y vehículos, reflejo de las fuentes de energía empleadas en su fabricación y transporte, irán reduciéndose conforme el proceso de descarbonización avance.

Posteriormente a la publicación de este informe han aparecido otros muchos, con resultados similares o incluso con mayores diferencias. Un estudio de Transport and Environment de 2022 indicó que en la Unión Europea un vehículo eléctrico emite en su ciclo de vida un 69% menos CO2 que uno de combustión, es decir, menos de la tercera parte. En el caso de Suecia -similar al de Noruega-, era un 83% menos, e incluso en Polonia, con un mix eléctrico basado en el carbón, la reducción de emisiones era del 37%.



Respecto a los contaminantes atmosféricos, la conclusión es la misma, con el agravante de que las emisiones asociadas a la electricidad que consumen los vehículos eléctricos se producen generalmente lejos de los núcleos de población, por lo que su afección a la salud es menor. No obstante, también se han intentado poner en duda los beneficios de los vehículos eléctricos debido al material particulado que producen los coches por el desgaste de los neumáticos y frenos. 

Los vehículos eléctricos pesan más a causa de la batería, y eso ha llevado a algunos a afirmar que la cantidad de partículas generadas en procesos de no-combustión son mayores que la de los vehículos tradicionales. La realidad es que no hay ninguna evidencia que corrobore esa afirmación.

Los vehículos eléctricos tienen un uso más reducido del freno al retener mayoritariamente con el motor, por lo que su desgaste es menor. Por otro lado, para que no se desgasten demasiado rápido debido a su mayor peso, estos vehículos suelen calzar neumáticos especiales.

En definitiva, que los vehículos eléctricos no contaminan más que los de combustión, sino bastante menos. Las emisiones de CO2 durante su ciclo de vida son alrededor de la tercera parte de las de un coche de combustión.

Con el tiempo y conforme los mix eléctricos vayan integrando más renovables y avance el proceso de descarbonización, esta diferencia aumentará todavía más.