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domingo, 23 de julio de 2023

LECCIONES SOBRE EL CAMBIO QUE SE AVECINA: CUANDO GROENLANDIA ERA VERDE



Resumen

Las mediciones realizadas en un sedimento situado bajo núcleo de hielo de Camp Century en el noroeste de Groenlandia muestran que el lugar estuvo libre de hielo durante el período interglaciar que ocurrió hace unos 400.000 años. El sedimento se depositó en condiciones libres de hielo después de haber estado expuesto a la luz solar menos de 16.000 años antes. La ausencia de hielo en ese lugar significa que, cuando la temperatura global promedio del aire era similar a lo que pronto experimentaremos debido al calentamiento climático causado por el hombre, la capa de hielo de Groenlandia contribuyó con una subida del nivel del mar de más de 1,4 metros.

Introducción 

Durante el último millón de años, el clima de la Tierra estuvo marcado por períodos cálidos relativamente cortos, que generalmente duraron alrededor de 10.000 años, llamados interglaciares, durante los cuales había menos hielo en los polos y el nivel del mar era más alto.

Hace unos 400.000 años, gran parte de Groenlandia estaba libre de hielo. La tundra achaparrada disfrutaba de los rayos del sol en las tierras altas del noroeste de la isla. La evidencia sugiere que un bosque de abetos, repleto de insectos, cubría la parte sur de la enorme isla. El nivel de los mares era mucho más alto entonces, entre seis y doce metros por encima de los niveles actuales. En todo el mundo, la tierra que hoy es el hogar de cientos de millones de personas yacía bajo el agua.

Los científicos saben desde hace tiempo que la capa de hielo de Groenlandia había desaparecido en su mayor parte en algún momento del último millón de años, pero no sabían exactamente cuándo. En un estudio recién publicado en la revista Science, en el que se ha utilizado suelo congelado situado debajo de una sección de más de kilómetro y medio de espesor de la capa de hielo de Groenlandia, se ha determinado la fecha exacta en la que el hielo de Groenlandia se fundió. Puedes ver un video resumen aquí. 

En aquel momento, ocurrido hace unos 416.000 años, reinaban unas condiciones climáticas que permitieron que durante 14.000 años Groenlandia estuviera en gran parte libre de hielo. En ese momento, la Tierra y los primeros humanos atravesaban uno de los períodos interglaciares más largos desde que las capas de hielo cubrieron por primera vez las altas latitudes hace 2,5 millones de años.

La duración, la magnitud y los efectos de ese calentamiento natural pueden ayudarnos a comprender la Tierra que los humanos modernos estamos creando ahora.

Un mundo preservado bajo el hielo

En julio de 1966, científicos e ingenieros del ejército estadounidense completaron la perforación de la capa de hielo de Groenlandia en Camp Century, una de las bases militares más avanzadas de su tiempo: funcionaba con energía nuclear y estaba formada por una serie de túneles excavados en la capa de hielo.

El sitio de perforación estaba a más de 200 km de la costa noroeste de Groenlandia y yacía sobre una capa de hielo de 1,4 km de espesor. Una vez que llegaron al fondo del hielo, el equipo siguió perforando cuatro metros más en el suelo rocoso y congelado situado inmediatamente debajo.

Construcción de un túnel bajo el hielo en Camp Century. Foto

En 1969, el análisis del núcleo de hielo de Camp Century reveló por primera vez los detalles de cómo el clima de la Tierra había cambiado drásticamente en los últimos 125.000 años. Los extensos períodos glaciares fríos en los que el hielo se expandió rápidamente dieron paso a cálidos períodos interglaciares en los que el hielo se derritió y el nivel del mar subió inundando las zonas costeras de todo el mundo.

Un resumen de esta historia puedes verla en este vídeo.

Durante casi treinta años, los científicos prestaron poca atención a los cuatro metros de suelo rocoso congelado de Camp Century. En la década de 1990 la muestra de suelo congelado se había perdido, hasta que unos geofísicos daneses la encontraron dentro de unas cajas de galletas guardadas en un congelador de Copenhague. Un equipo científico internacional comenzó a analizar este excepcional archivo climático congelado.

En la capa superior, se encontraron plantas fósiles perfectamente conservadas, una prueba de que la tierra muy por debajo de Camp Century había estado libre de hielo en algún momento en el pasado, pero ¿cuándo?

Datación de rocas antiguas, ramitas y tierra

Utilizando muestras extraídas del centro del núcleo de sedimento y preparadas y analizadas en la oscuridad para que el material conservara un recuerdo preciso de su última exposición a la luz solar, ahora hemos conocido que la capa de hielo de casi un kilómetro y medio de espesor que cubre actualmente el noroeste de Groenlandia desapareció hace entre 424.000 y 374.000 años durante el prolongado período cálido conocido como MIS 11.

Los modelos de capa de hielo demuestran que Camp Century estuvo libre de hielo hace 416.000 años y que, como mínimo, el borde congelado se retiró de decenas a cientos de kilómetros alrededor de gran parte de la isla durante ese período. El agua de ese hielo derretido elevó el nivel global del mar al menos 0,8 y quizás hasta seis metros en comparación con la actualidad.

En las muestras de suelo se han encontrado los restos de un ecosistema de tundra: ramitas, hojas y musgos. No era solo tierra. Era un ecosistema antiguo perfectamente conservado en la congelación profunda natural de Groenlandia. Los investigadores tenían bajo sus ojos las plantas del norte de Groenlandia tal como existía la última vez que la región estuvo libre de hielo.

Muestras de plantas encontradas en el suelo congelado de Camp Century.A, tallo de un arbusto no identificado. B, tallo del arbusto Empetrum nigrum. C, corte de un tallito (caulidio) de musgo. D, ápice foliar del musgo Polytrichum juniperinum. E, caulidios y hojitas (filidios) de P. juniperinum. F, G, filidios del musgo Tomentypnum nitens. H, esclerocio del hongo Cenococcum geophyllum. I, filidio de un musgo no identificado. Fuente


Sin una capa de hielo, la luz solar había calentado el suelo lo suficiente como para que la vegetación de la tundra cubriera el paisaje. Los océanos de todo el mundo habrían sido unos 2,5 metros más altos, quizás incluso cinco metros. La mayoría de las grandes ciudades costeras de hoy habría estado sometidas a las olas del océano.

Todo esto sucedió antes de que los humanos comenzaran a calentar el clima de la Tierra. La atmósfera en ese momento contenía mucho menos dióxido de carbono que en la actualidad y su concentración no aumentaba tan rápido como lo hace ahora. El núcleo de hielo y el suelo son algo así como la piedra Rosetta para comprender cuán duradera ha sido la capa de hielo de Groenlandia durante los períodos cálidos interglaciares, y cómo de rápido podría derretirse de nuevo a medida que el clima se calienta.

El antiguo suelo congelado de debajo de la capa de hielo de Groenlandia advierte de los problemas que se avecinan. Durante el interglaciar MIS 11, la Tierra estaba caliente y las capas de hielo estaban restringidas a las latitudes altas, como hoy. Los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera se mantuvieron entre 265 y 280 partes por millón durante unos 30.000 años. Durante esos 30 milenios, ese nivel de dióxido de carbono provocó un calentamiento suficiente para derretir gran parte del hielo de Groenlandia.



Hoy, nuestra atmósfera contiene alrededor de 420 partes de dióxido de carbono por millón, 1,5 veces más que durante el MIS 11, una concentración que aumenta cada año. El dióxido de carbono atrapa el calor, calentando el planeta. Que haya demasiado en la atmósfera eleva la temperatura global, como estamos comprobando ahora.

Durante la última década, a medida que las emisiones de gases de efecto invernadero continuaron aumentando, hemos experimentado los ocho años más cálidos registrados. Julio de 2023 ha visto la semana más calurosa registrada hasta la fecha. Tanto calor derrite las capas de hielo y la pérdida de este calienta aún más el planeta a medida que la roca oscura subyacente absorbe la luz solar que antes reflejaban el hielo y la nieve.

Incluso si dejáramos de quemar combustibles fósiles mañana mismo, los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera permanecerían elevados durante miles de años. Estamos creando condiciones propicias para un período muy largo de calor, en un mundo que podría parecerse mucho a MIS 11, o incluso más extremo con una Tierra recalentada, capas de hielo que se reducen más y más, un nivel del mar en aumento y olas que sumergirán lo que soy son tierras emergidas.

Lo que vamos conociendo gracias a esta historia de la Tierra escrita en el hielo son lecciones para un mundo que enfrenta un rápido cambio climático. Perder la capa de hielo de Groenlandia sería catastrófico para la humanidad de hoy. El hielo derretido elevaría el nivel del mar varios metros. Eso rediseñaría las costas de todo el mundo.

Aproximadamente el 40% de la población mundial vive a menos de cien kilómetros de la costa y 600 millones de personas viven a menos de diez metros por encima del nivel del mar. Si el calentamiento continúa, el hielo derretido de Groenlandia y la Antártida verterá más agua en los océanos. Las poblaciones humanas se verán obligadas a mudarse, los refugiados climáticos serán más comunes y perderemos las costosas infraestructuras que hemos construido durante décadas. La actual y progresiva elevación del nivel del mar ya ha aumentado las inundaciones producidas por las tormentas costeras y ha causado cientos de miles de millones de euros en daños cada año.

La historia de Camp Century abarca dos momentos críticos de la historia contemporánea. Una base militar ártica construida en respuesta a la amenaza de una guerra nuclear nos ha llevado a descubrir en el hielo otra amenaza más grave: la del aumento del nivel del mar debido al cambio climático causado por los humanos. © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.

lunes, 10 de julio de 2023

Carne de laboratorio


Hace poco más de una década, solo un puñado de científicos investigaba el potencial de la carne hecha en laboratorio. La primera hamburguesa de carne cultivada del mundo, que según los informes costó alrededor de un cuarto de millón de euros, fue hecha por Mark Post, de la Universidad de Maastricht, que se la zampó en una conferencia de prensa en 2013. Sigue vivo.

Estos productos están ahora mucho más cerca del mercado: más de 150 empresas de todo el mundo están trabajando en carne cultivada (desde carne picada hasta filetes, pollo, cerdo y pescado), leche o productos relacionados con la agricultura celular. En España, el pasado 18 de mayo se constituyó una asociación interesada en el tema.

En junio, las autoridades estadounidenses de seguridad alimentaria aprobaron la comercialización de la carne cultivada en laboratorio, convirtiendo al país en el segundo en el mundo (después de Singapur) en comercializar este alimento semiartificial. Se espera que al menos un producto esté disponible en un restaurante estadounidense este año, incluso si inicialmente se vendió con pérdidas. Se están construyendo plantas de producción y la inversión ha alcanzado los 2.780 millones de dólares, según un informe de esta industria innovadora.

A medida que aumenta la actividad comercial, los biotecnólogos se afanan en la mejora del cultivo celular y en perfeccionar otras fases del proceso. Tampoco cesan los esfuerzos de sus defensores, que dicen que la carne cultivada reducirá los impactos negativos del insaciable apetito que la humanidad siente por la carne y mitigará los efectos perversos que la ganadería intensiva, en especial la vacuna y la porcina, provoca en el equilibrio ecológico de la Tierra y en el agravamiento del cambio climático, porque no hay que olvidar que la ganadería utiliza grandes cantidades de suelo y representa más del 14% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

El consumo de carne roja y procesada está relacionado con enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer; las granjas avícolas pueden propagar virus como la gripe aviar y promover la resistencia a los antibióticos; Las piscifactorías pueden contaminar las aguas oceánicas. A nivel mundial, 80.000 millones de animales mueren cada año para darnos de comer, y un informe conjunto de las Naciones Unidas y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico predice que, gracias al creciente aumento del nivel de vida, en 2031 la demanda mundial de carne habrá aumentado en un 15%.

Hamburguesa de carne cultivada elaborada por la empresa holandesa MOSA MEATS


En respuesta al problema, la industria alimentaria está desarrollando fuentes alternativas de proteínas, desde algas hasta insectos, pero si la placentera experiencia sensual de devorar carne no disminuye, la carne cultivada en laboratorio podría encabezar el mercado. Si la avidez por la carne resulta demasiado difícil de cambiar, la solución obvia es sustituir la carne por carne.

Sin embargo, los observadores de la industria no están de acuerdo sobre cuánta carne cultivada se puede producir, a qué precio se conseguirá y si el esfuerzo merece la pena. Aunque hay beneficios obvios en términos de uso de la tierra e impactos relacionados con la biodiversidad y con la huella de carbono, todavía hay enormes lagunas en el conocimiento sobre el uso de la energía, el desarrollo tecnológico y el mercado.

Las carnes cultivadas conseguidas hasta ahora son de cientos a decenas de miles de veces más caras que la carne convencional. Desde el punto de vista técnico, reemplazar tan solo el 10% de los aproximadamente 300 millones de toneladas de carne convencional que se consumen anualmente en todo el mundo exigiría la construcción de cientos de miles de biorreactores.

No hay que dejar de lado las críticas cualificadas de algunos científicos como el investigador británico Marco Springmann, que participó en la elaboración del Libro Blanco sobre proteínas alternativas del Foro Económico Mundial de 2019 y en el informe de la Comisión EAT Lancet del mismo año 2019 sobre dietas saludables y sostenibles, quien cree «que la carne cultivada es una mala idea para la salud, para la seguridad alimentaria y, por el momento, también para el medio ambiente».

La búsqueda de una hamburguesa de primera de momento se queda en “croquetas” de segunda

La receta general para crear carne cultivada es tomar una muestra a partir de la biopsia de un animal, situar las células en un baño de nutrientes para que se multipliquen, manipularlas para que se diferencien en músculo maduro o grasa y para que las células musculares se unan en fibras. Algunos productos preparados para salir al mercado combinan células animales con materiales vegetales para hacer croquetas (nuggets) con sabor a carne. Otros, fabricantes son más ambiciosos y buscan elaborar estructuras complejas, incluidos bistecs.

Croquetas (nuggets) de carne de pollo cultivado


Los principales desafíos científicos y de ingeniería en la industria de la carne cultivada son en gran medida los mismos que hace una década: encontrar las mejores células iniciadoras, mezclar un buen "alimento" para ayudarlas a crecer y perfeccionar la logística de la fabricación.

El escenario más optimista de un meticuloso informe de 2021 especulaba que los costes de producción podrían, en teoría, reducirse hasta alrededor de los 6 dólares por kilo, cuando el punto de referencia de su trabajo era de 2 dólares por kilo para para la carne convencional. Otros estudios son menos optimistas: en un análisis de 2021 el cálculo del coste mínimo de la producción futura de carne cultivada resultó ser de 37 dólares el kilo, una cifra que obviamente haría inasequible su uso como alimento poblacional.  

El objetivo de la mayoría de las empresas es producir productos que sean nutricionalmente equivalentes o mejores que la carne convencional. Pero muchos de los problemas de salud perjudiciales de la carne roja se mantendrán. Los híbridos de animales y plantas, como las croquetas de pollo hechas de vegetales mezcladas con grasa de pollo, que se espera que sean el tipo más barato de producto cárnico cultivado, podrían contener colorantes artificiales o aditivos que mantendrán alejados a muchos consumidores. La FAO dice que, como sucede con otros alimentos, la carne cultivada deberá estar sujeta a límites de bacterias tóxicas, alérgenos, antibióticos, aditivos, saborizantes, hormonas de crecimiento y otros factores.

En términos de salud ambiental, el cultivo de carne utilizará menos tierra y agua que producir carne de vacuno, cerdo o pollo. Pero el uso de energía es un problema grave: incluso suponiendo objetivos ambiciosos de consumo energético, para 2030 la fabricación de carne cultivada seguirá necesitando alrededor de un 60% más de energía por kilogramo que la producción de carne de vacuno, el mayor consumidor de energía actual.

Sin embargo, si esa energía proviene de fuentes renovables, la huella de carbono de la carne cultivada podría ser menor que la de la carne convencional. Un informe de la Universidad de Oxford dice que las emisiones por kilo de proteína de carne cultivada podrían ser menores incluso que las de las proteínas procedentes de plantas e insectos.

Los primeros productos en llegar al mercado han sido derivados del pollo, aunque, desde una perspectiva climática, el pollo produce la huella de carbono más pequeña de las principales carnes. Pero disminuir el consumo de pollos criados en la avicultura convencional tiene beneficios reales para el bienestar animal, porque puede limitar las enfermedades zoonóticas como la gripe aviar y, al usar menos antibióticos, podría acabar con el problema de la resistencia a ellos.

Y ahora la pregunta del millón: ¿Alguien se las comerá? Las encuestas han encontrado una amplia variabilidad en la disposición de los consumidores a comer carne cultivada, en parte dependiendo de cómo se llame. Las actitudes son más positivas hacia la 'carne cultivada' y la 'carne limpia' que con las etiquetas que ponen 'cultivado en laboratorio' o 'artificial'.

En cualquier caso, si la carne cultivada quiere hacer mella en los problemas globales, necesita sustituir a la carne convencional, no convertirse en otro artículo para gourmets. © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.

domingo, 9 de julio de 2023

Ratilandia, tierra de ratones votantes

 


Esta es la historia de Ratilandia, el país de los ratones.

Ratilandia era un lugar donde los pequeños ratones vivían y jugaban, nacían y morían. Vivían de la misma manera que tú y que yo. Incluso tenían un Parlamento y cada cuatro años tenían una elección. Caminaban rumbo a las urnas y votaban.

Como tú y como yo, cada día de elecciones los pequeños ratones acostumbraban a ir a votar y para elegir un gobierno. En esta ocasión, se anunciaba que la mayoría de los ratones iban a votar un gobierno integrado por gatos negros.

Si piensas que es extraño que unos ratones elijan un gobierno de gatos, repasa la historia de España los últimos cien años y comprobarás que los ratones no son más estúpidos que nosotros…

Los gatos negros hicieron una campaña fabulosa. El gato jefe anunció que gobernarían para todos y aprobarían buenas leyes, aunque lo que no decían es que serían leyes buenas… para los gatos. Pero esas leyes que eran buenas para los gatos no eran muy buenas para los ratones.

Dijeron: “Todo lo que Ratilandia necesita es más visión”. Dijeron: “El problema con Ratilandia son las entradas redondas a las ratoneras. Si nos elegís impondremos las entradas cuadradas”. Y eso fue lo que hicieron. Desde entonces, las entradas cuadradas son el doble de grandes que las redondas, y así los gatos pueden meter en ellas sus dos patas.

La letra pequeña de otra ley decía que los ratones sólo podrían moverse a ciertas velocidades, para que el gato pudiera obtener su desayuno sin esforzarse mucho. Así que la vida se tornó más difícil que nunca.

Todas sus leyes eran buenas leyes… para los gatos. Pero, la verdad es que eran duras para los ratoncitos. Estaban confundidos, porque, aunque se lo habían advertido antes de votar, el problema era que eran gatos. Y como eran gatos, velaban naturalmente por los intereses de los gatos y no de los ratones.

Finalmente, llegó un pequeño ratoncito que tenía una idea. Amigos, tengan cuidado con quien tiene una idea. Les dijo a los otros ratones:

«Compañeros, ¿por qué seguimos eligiendo un gobierno de gatos? ¿Por qué no elegimos un gobierno de ratones»

«¡¡Ostras!!, dijeron, es un bolchevique. ¡Enciérrenlo!» Así que lo metieron en la cárcel.

Lo que me gustaría recordarles es que se puede encerrar a un hombre o un ratón, pero no pueden encerrar una idea. © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.

Dedicado a la memoria de Tommy Douglas.

sábado, 8 de julio de 2023

Insectos, bacterias y otras alternativas proteínicas

 


Docenas de compañías están empeñadas en fabricar alternativas a la proteína animal para que se conviertan en habituales en nuestra dieta.

En general, las dietas humanas no carecen de proteínas: en realidad, la mayoría de nosotros ingiere más de lo que necesita. En promedio, necesitamos alrededor de 50 gramos de proteínas al día, pero en los países más desarrollados los habitantes suelen consumir alrededor del doble de esa cantidad. 

Figura 1. ¿Cuánta proteína come la gente? En los países con ingresos altos la ingesta de proteínas son 30 gr/día, más o menos un cuarto de la ingesta proteínica total. El resto procede de huevos, leche, pescado y plantas. En países de ingresos bajos, la mayor fuente de proteínas son las plantas. El consumo de carne depende de las diferencias culturales y socioeconómicas entre países. Fuente.

El problema que las empresas empeñadas en buscar alimentos alternativos están tratando de resolver es de dónde extraer las proteínas necesarias para reemplazar a las habituales en nuestra dieta, cuya inmensa mayoría procede de productos animales. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 2020 los españoles consumimos 49,86 kilos de carne por persona, una cifra muy por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que recomienda 21 kilos anuales, y la tercera parte de lo que come un estadounidense medio: más de 120 kilos.

Aunque cada vez estamos más seguros de que consumir carne perjudica nuestra salud y la de la Tierra, a medida que aumenta la riqueza también aumenta la demanda de carne, una tendencia que es particularmente notable en China, donde la cantidad de carne consumida se ha multiplicado por 15 desde 1960. Según los pronósticos de la FAO, la demanda mundial de carne se incrementará en dos tercios de aquí a 40 años.

Figura 2. Consumo cárnico en el futuro: la gráfica muestra el consumo de carne en varias regiones desde 1960 hasta 2010 y una proyección de las tendencias. Fuente.

Consumir tanta carne ejerce presión sobre los animales, las personas y el planeta. Una dieta global sostenible que sea saludable tanto para las personas como para la Tierra exigiría reducir la producción de carne roja, incluidas la porcina y la vacuna, en alrededor de un 75%. Al mismo tiempo, la producción de verduras, frutas, legumbres y frutos secos debería duplicarse cuando menos.

Sustituir la carne roja podría marcar una gran diferencia tanto para las personas como para el medioambiente. Si reemplazáramos a nivel mundial el 20 % de la carne procedente de rumiantes por proteínas de origen microbiano, podríamos reducir aproximadamente a la mitad la deforestación anual de aquí a 2050.

Las alternativas a las proteínas de origen animal no son difíciles de encontrar. Las plantas (legumbres, cereales, frutos secos) son una fuente de proteína barata que tiene un largo historial en historia de la humanidad y dejan una baja huella de carbono. A estas plantas de consumo tradicional hay que unir otros productos de origen vegetal, como el tofu (de leche de soja), el seitán (de trigo) y el tempeh (de soja fermentada).

En las últimas décadas, ha habido una explosión de sucedáneos cárnicos elaborados a base de plantas, pero la mayoría siguen siendo productos un tanto exóticos de consumo minoritario. Las ventas de productos alternativos de origen vegetal a la carne y el pescado sumaron 6.100 millones de dólares en 2022. Eso representa un aumento del 8% con respecto a 2021, pero sigue siendo un porcentaje mínimo comparado con el mercado multimillonario de productos de origen animal.

Ahora el mercado se expande a través de todo tipo de alternativas proteicas, desde insectos hasta microbios. Estas proteínas podrían jugar un papel importante en la elaboración de alimentos más eficientes y respetuosos con el medio ambiente tanto para humanos como para animales. Investigadores y fabricantes se unen a la búsqueda de la proteína del futuro, todos con la esperanza de superar el desafío del coste y conquistar los caprichos del paladar.

Carne cultivada

La carne se puede cultivar en un laboratorio en lugar de obtenerla del matadero. Investigadores y empresas se afanan en encontrar las mejores líneas celulares para usarlas como células madres iniciadoras, en mejorar los métodos para cultivar células en biorreactores y en perfeccionar el sabor y la textura, mientras encuentran formas de reducir los costes. No hay que perder de vista que los costes de producción de la primera hamburguesa fabricada en laboratorio supusieron una inversión de casi 250.00 euros.

Esta hamburguesa cultivada en laboratorio de la empresa californiana Impossible Foods la repartía una furgoneta publicitaria en las calles de San Francisco en 2016, 

En general, la huella de carbono de la carne cultivada, en el supuesto de que se produjera con energía renovable, podría ser una décima parte de la del ganado vacuno. La reducción del uso de antibióticos en productos cultivados podría reducir los problemas globales de resistencia a los antibióticos.

Sustitutos vegetales de la carne

La soja ha estado a la cabeza en productos de proteínas alternativas a base de plantas (incluidas las hamburguesas californianas de Impossible Foods muy populares entre los veganos norteamericanos), pero las proteínas de los guisantes están aumentando rápidamente, en parte debido a las preocupaciones del público acerca de los alérgenos y las hormonas (la soja contiene isoflavonas, un tipo de estrógeno vegetal que se parece remotamente el estrógeno humano), por no mencionar los falsos rumores como favorecedora del cáncer de mama.

Muchos productos de origen vegetal, como las salchichas, son, al igual que sus equivalentes cárnicos, alimentos ultraprocesados que ayudan a crear la textura y el sabor deseados con aditivos tales como sal, azúcar, colorantes, potenciadores del sabor y agentes enmascarantes que intentan ocultar, por ejemplo, sabores desagradables en la proteína de guisante, todos los cuales pueden afectar la nutrición.

Proteínas recombinantes

Para conseguirlas, se utilizan bacterias y levaduras genéticamente modificadas (GM) para crear una variedad de moléculas útiles a través de la fermentación de precisión. En la fabricación de queso, por ejemplo, el cuajo, una mezcla de enzimas que tradicionalmente se extrae del estómago de los terneros y que endurece el queso, ahora se reemplaza predominantemente por quimosina producida por microbios transgénicos.

Varias empresas están utilizando microorganismos modificados genéticamente para producir proteínas de caseína de leche, proteínas de clara de huevo, mioglobina muscular e incluso proteínas de la leche materna humana, junto con muchos de los factores de crecimiento necesarios en la producción de carne cultivada.

La investigación se centra en encontrar las formas más eficientes y económicas de producir productos finales puros que tengan cualidades deseables (incluida la vida útil, la temperatura de fusión o la masticabilidad). Este año, un puñado de empresas de tecnología alimentaria han creado la web Precision Fermentation Alliance para promocionar el concepto.

Micoproteínas

La fermentación de hongos filamentosos en laboratorio puede producir alimentos ricos en fibra y micoproteínas con una textura similar a la del pollo. Un hongo, Fusarium venenatum, descubierto en 1967 en un jardín inglés, es la base de Quorn, el producto líder como sucedáneo de carne en buena parte de Europa y Estados Unidos,

Los hongos necesitan ser alimentados con azúcar para producir micoproteínas, que luego se calientan para desnaturalizar el ARN y convertirlo en un alimento seguro. Algunos productos utilizan una pequeña cantidad de huevo como aglutinante. Los investigadores están modificando el proceso para encontrar productos con la nutrición, el sabor y la textura más deseables al menor coste. Eso podría implicar, por ejemplo, alimentar a los hongos con desechos agrícolas baratos, como la malta utilizada en la elaboración de la cerveza.

Algas

Las macroalgas marinas son un ingrediente alimentario alto en proteínas cuyo uso es común en algunas culturas. Hay un interés cada vez mayor en cultivar algas marinas para restaurar ecosistemas, secuestrar carbono y proporcionar proteínas a personas y animales. En particular, los suplementos de algas rojas podrían reducir las emisiones de metano del ganado en más del 80%, una enorme contribución para mitigar el cambio climático. Microalgas como espirulina también se utilizan para elaborar proteínas en polvo productos alternativos como la harina a base de algas.

Algunos investigadores han sugerido aprovechar la inteligencia artificial y el modelado por ordenador para encontrar las cepas mejores y más eficientes de microalgas y atenuar su color verde y su sabor a pescado.

Proteínas bacterianas

Algunas bacterias producen proteínas de forma natural a partir del dióxido de carbono del aire si también se añade hidrógeno. Por ejemplo, la empresa finlandesa Solar Foods usa una cepa natural de Xanthobacter para elaborar una proteína en polvo para consumo humano llamada Solein, cuyo uso fue aprobado en Singapur el año pasado y está pendiente de aprobación por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria.

Por el momento, las proteínas bacterianas ya se usan en alimentación animal: Calysta, por ejemplo, usa bacterias que consumen metano para producir FeedKind, una proteína que convierten en alimento para piscicultura y en suplemento para cerdos.

Insectos

Muchas culturas alrededor del mundo comen insectos, a menudo enteros y tostados. En los últimos años, muchas empresas se han preparado para criarlos, principalmente para alimentación animal o como alimento para mascotas. Las fábricas producen grillos y saltamontes, larvas de mosca soldado y gusanos de la harina. Europa produce 6.000 toneladas de proteína de insectos al año. En mayo de 2021, la UE aprobó los gusanos de la harina (Tenebrio molitor) enteros y secos como alimento humano.

Desde siempre, los chapulines (pequeños saltamontes) han formado parte de la cocina tradicional mexicana.

Aunque los insectos parecen fáciles de criar, las proteínas en polvo hechas con ellos son sorprendentemente caras, principalmente debido a los costes de energía y de la mano obra, que se suman a la escasa rentabilidad de la producción a pequeña escala. Según un Libro Blanco de las proteínas alternativas del Foro Económico Mundial de 2019, el coste de la proteína de insecto para los consumidores era aproximadamente dos tercios del de la carne cultivada, mucho más cara que las algas, el pollo o el tofu, sin mencionar que la carne de vacuno convencional y las proteínas vegetales son incluso más baratas.

¿Son saludables para los humanos y el planeta?

Según las conclusiones del mencionado libro blanco, casi todas las proteínas alternativas de origen no cárnico son más saludables que las carnes rojas. Las carnes de porcino y vacuno contribuyen más a los fallecimientos relacionadas con la dieta, y esto seguiría siendo así en el caso que se sustituyeran por dietas de carnes cultivadas. La proteína de hongos y guisantes resultó ser la alternativa más saludable, puesto que reducía las tasas de mortalidad en casi un 2,5 % (Fig. 3).

Figura 3. Alternativas saludables: Reducción de la mortalidad resultante de reemplazar la carne de vacuno con una fuente proteínica alternativa. Fuente.

En general, todas las alternativas a la carne disminuyen la presión sobre el planeta, siempre que la energía utilizada sea renovable. El sistema alimentario mundial liberó en 2021 alrededor de 14 gigatoneladas de gases de efecto invernadero, lo que representa aproximadamente una cuarta parte de las emisiones totales.

De esas 14 gigatoneladas, alrededor del 40% proviene de alimentos de origen vegetal y el 60% de la carne (incluidos los cultivos para alimentar al ganado). Por lo tanto, cambiar toda la carne por cualquier proteína alternativa creada con energía renovablereduciría a la mitad las emisiones. Con la misma lógica, reemplazar entre el 10% y el 20% del consumo mundial de carne mediante otras alternativas podría ahorrar alrededor de una gigatonelada de emisiones de gases de efecto invernadero, más de lo que emite cada año la industria de la aviación.

Figura 4. Beneficios climáticos: gráfico que compara el uso de la tierra y las emisiones de gases de efecto invernadero entre las proteínas de aves de corral y las de otros orígenes. Fuente.

Algunas alternativas son mejores que otras. Por ejemplo, las proteínas bacterianas funcionan bien en términos de uso mínimo de la tierra y emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que los alimentos de origen vegetal ocupan mucha tierra pero dejan una pequeña huella de carbono (Fig. 4).

En cualquier caso, en el futuro deberemos usar varias de estas alternativas si no todas. ¡Que aproveche!


martes, 4 de julio de 2023

¡NO SERÁN TAN MACHOS... SI LES DA MIEDO UN ARCOIRIS!

 


Un artículo del escritor Rafael Cabanillas Saldaña, autor de Quercus, Enjambre y Valhondo.

Presumen de ser muy hombres, muy machos, pero les da miedo un arco iris, un beso entre hombres, una caricia entre mujeres.

La sangre de un toro empapando la arena del ruedo les excita, pero ver a dos mujeres, a dos hombres, agarrados de la mano les repugna. Por eso arrancan las banderas de los muros, de los balcones, para esconderlas de nuevo en los armarios, en el fondo oscuro de los baúles y los cajones.

Para que nadie las vea. Para que dejen de existir de golpe. Por su ordeno y mando, por su real decreto de represión y espanto.

Si por ellos fuera, amputarían las manos, extirparían los besos de los labios y te sacarían de cuajo las miradas de tus ojos. Tienen mucho miedo. Tienen pavor. Pánico. Miedo a sus propios cuerpos, a sus mentes retorcidas. A sus pensamientos sucios.  Pánico por ese aleteo de mariposas en sus vientres. Horror al estigma de sentir el mismo placer que ellas, que ellos. Miedo al miedo. Terror a sus sueños cercenados. Horror a sus deseos amordazados. Eso es lo que en realidad les ocurre. Que están enfermos. Que sus mentes se han podrido. Pues nadie puede entender que odien tanto. Odiar a las personas que se aman. Odiar el amor en libertad.

Cuando los talibanes regresaron de nuevo al poder, tras el vergonzoso abandono, decidido en un despacho, de los soldados estadounidenses y de toda la comunidad internacional, España incluida, lo primero que hicieron los barbudos talibanes fue suprimir el ministerio de Asuntos para las Mujeres, para crear el ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio.

Burka, burka, burka. En las cabezas, en los cerebros, en los corazones.

Qué cobardes. Qué duros con las amapolas, qué blandos con el acero. Perseguir al débil, al oprimido, al diferente. Sólo son valientes cuando levantan el puño amenazante, ebrios de rencor y aguardiente, para vocearte a un palmo de tu rostro: ¡Te voy a..., te voy a...!

Son muy machos, muy machotes. Les escandaliza ver a dos hombres besándose, pero si ven por la calle a alguien gritando a su mujer, se hacen los longuis, los desentendidos, pensando o comentando al amigote: – No te apures. ¡Le pega lo normal!

De temblar de emoción, llorando de gozo, al grito entre cornetas y tambores de unos legionarios: ¡Somos novios de la muerte!, seguidos por una cabra. A sentir repugnancia y asco por ver a dos seres humanos abrazándose. Dos cuerpos que gritan: ¡Somos novios... de la vida!

Tú decides, amiga, amigo: amor u odio.

lunes, 3 de julio de 2023

VOLVER A LA CAVERNA



Un artículo del escritor Rafael Cabanillas Saldaña, autor de Quercus, Enjambre Valhondo.

Cada día que pasa comprendo más y mejor a don Miguel de Unamuno cuando,  después de que en la universidad le gritaran «¡Viva la muerte, muera la inteligencia!», escribió: «¡Me ahogo, me ahogo, me ahogo en este albañal y me duele España!» 

Y a don Antonio Machado, con esa otra España que «ha de helarte el corazón». A Miguel Hernández lo dejaron morir peor que a un perro en un camastro de la prisión. A Lorca lo mataron de un tiro en la nuca, por maricón. Por republicano, por poeta y maricón. Por defender a los negros y a los gitanos. Ahí sigue en una fosa, que, según ellos, los matones, no hay que desenterrar para no remover la memoria.

A Machado lo mataron de pena. Y de rabia. Recuerdo que, tras explicar en clase en el instituto todo su periplo vital desde la pérdida de su querida Leonor en Soria hasta su llegada a Colliure para morir tres días después, mis alumnos me preguntaban:  – ¿Y de qué enfermedad murió? – Para responderles yo: – ¡Murió de tristeza!

La misma tristeza que me embarga a mí ante esta deriva que ha tomado nuestra patria. Y digo "patria" para que no sigan apropiándosela los que con una banderita y un grito se creen sus únicos dueños. Patriotas de pacotilla.

Me duele España porque no sé qué nos pasa. Me duele por no entender qué especie de cortocircuito trumpiano nos nubla la vista y el horizonte. Un horizonte que, de la noche a la mañana, ha amanecido oscuro. Negro. Sin color. Sin luz. Sólo ese gris plomizo de la tiniebla y el miedo de la caverna.

En cuanto el PP y VOX se han hecho con el poder y han constituido los gobiernos municipales y autonómicos, las primeras medidas que han tomado son: Suprimir los carriles bici, suprimir las restricciones de tráfico y todas las medidas anticontaminación (más  coches, menos peatones), suprimir las iniciativas que combaten el cambio climático, suprimir las concejalías de igualdad (como los talibanes que reemplazaron el ministerio de Asuntos para las Mujeres por el de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio), incluso  suprimir las manifestaciones contra la violencia machista que Bruselas les ha dicho que es un derecho no derogable, retirar (ocultar de nuevo en el armario, como si no existieran)  las banderas LGTBI

A cambio, sus primeras declaraciones de una pobreza intelectual alarmante, se centran en estos términos: Seguridad (otra milonga, porque España es uno de los países  más seguros del mundo, junto a Islandia y Nueva Zelanda), Violencia intrafamiliar, Individuo, Familia, Frontera, Patria y Bandera. No hay más. Por mucho que rasques... nada encontrarás. Serrín.

Si acaso, un consejero de cultura y vicepresidente torero, cuya mayor duda existencial es no saber si bautizar a su caballo con el nombre de Duce o de Caudillo, un presidente de parlamento homófobo y machista: «las mujeres son más beligerantes porque carecen de pene», cabezas de lista condenados por violencia contra su esposa «loca, imbécil, puta, te voy a estar jodiendo toda la vida hasta que te mueras y acabe contigo».

¿Cómo no te va a doler España con este panorama? ¿Cómo no entender la tristeza machadiana? ¡A esta gente hemos votado los españoles! En un alarde de ignorancia, manipulación y blanqueo de los medios de comunicación (por algo son suyos) e inmoralidad sin precedentes en la historia de este país. Y esto es sólo el principio, un pequeño anuncio, un avance enseñando la patita por debajo de la puerta.

Porque no creen en la igualdad, no creen en la solidaridad, ni en el respeto a la diversidad y a las minorías; lo del cambio climático les causa risa; lo de la Agenda 2030 piensan que es para anotar la cita con el dentista; los derechos humanos les sudan las pelotas; lo del feminismo es cosa de unas locas –y putas, sí, también unas putillas, que no tienen ni vergüenza... ni sujetador–; odian a los inmigrantes que cuidan de nuestros padres, limpian nuestras casas y nos hacen los trabajos sucios que ya no queremos; odian a los catalanes y a los vascos; la butifarra y el cava catalán les producen urticaria; oír hablar en vasco es cosa de etarras; les molesta Europa; les sobran las Comunidades Autónomas, las vacunas anticovid, las ayudas a los trabajadores y a las empresas en la pandemia, la subida del salario mínimo, las subidas de las pensiones, la ley de eutanasia, del aborto, el tope al precio de la energía y los alquileres...

Todo les sobra. Menos el odio que nos guardan. Les basta un Viva España y una bandera. Y ETA, siempre ETA, que desapareció hace 15 años y resucitan sin pudor ni vergüenza. Y mentiras, burdas mentiras que insultan la inteligencia y tú te tragas como sapos y rosquillas.

Analfabetismo e incultura. Todo lo bueno, lo positivo, para el pueblo, para la gente corriente, ellos están siempre en contra. No, no y no. Suprimir, anular, derogar. Y tú, y yo, pedazo de irresponsable, que somos gente corriente, honesta, trabajadora, votamos a estos cafres descerebrados sin moral y sin conciencia.

Espérate y verás lo que nos traen con esos votos de pobres que se creen marqueses: la explotación sin límites del planeta hasta que reviente ¿o acaso no lo habéis visto con Doñana? ¡Se muere, pero les importa un comino! Porque lo "suyo" va de otra "cosa", no cómo estos tiquismiquis que se asustan porque no llueve en seis meses y la tierra se desertiza. ¡Tontás de agoreros y pesimistas!

Pronto veréis el cambio radical de los planes urbanísticos y la vuelta al ladrillo más agresivo, a reventar las playas con urbanizaciones y pisos, más bares, más terrazas, más chiringuitos, España convertida en un inmenso bar, en un inmenso lupanar, los espacios naturales llenos de chalets y campos de golf, el turismo insostenible y masivo, la corrupción del cemento que denunció Rafael Chirbes y que dejará hipotecada España por los siglos de los siglos, amén. Como hizo el desarrollismo franquista de pelotazo y hormigón.

La explotación del ser humano: no a los sindicatos, no a los convenios colectivos, no a las subidas salariales, no a las organizaciones vecinales y culturales que hay que asfixiar hasta que desaparezcan. La chusma, que solo sabe protestar y quejarse. Ellos son del búscate la vida. La ley de la jungla. Sin regulaciones. Sin derechos. Sin controles. La ley de la cachiporra. La ley del negocio y la pasta. Arruinar lo público para forrarse con lo privado.  ¿Cómo no morir de tristeza viendo a los madrileños dar la mayoría absoluta a la hermana del que se llevó crudos casi 300.000 € de su gobierno por las mascarillas en medio de la muerte y la desolación?

¿Pero qué coño nos pasa? ¿Acaso hemos perdido los principios y la poca dignidad que nos quedaba? ¿Sabéis cuántos años costará volver a recuperar el sistema público de salud, de educación, de pensiones, una vez que se lo carguen estos señores? ¡Toda una eternidad! Porque lo pondrán patas arriba y ya serán irrecuperables. ¿Es que no te das cuenta? ¿Es que estás ciego? ¿No comprendes que seremos nosotros, no ellos, los primeros afectados de su mercadeo?

Por eso tú y yo, tú y tú y tú.... iremos a votar en masa el 23 de julio. Para que no se pierda ni un voto. A pesar del disgusto que nos han dado y la trifulca innecesaria que se ha montado, que en estos momentos pasa a un segundo plano ante la magnitud del problema que se nos viene encima. Votar, votar, votar. Votar en defensa propia, votar en legítima defensa. Votar para no volver a la caverna. Votar para que estos energúmenos, sin moral ni escrúpulos, no dirijan nuestras vidas.


Autorizado el uso médico contra la depresión de los hongos alucinógenos



Australia se convertirá en el primer país del mundo en permitir que los médicos receten las drogas psilocibina y MDMA (éxtasis) para tratar afecciones psiquiátricas que incluyen depresión y trastorno de estrés postraumático. 

Estados Unidos, Canadá e Israel permiten el uso clínico de estos medicamentos para cuidados paliativos o en ensayos clínicos, pero Australia se convirtió el pasado uno de julio en el primero en regularlos como medicamentos antidepresivos recetados por psiquiatras autorizados.

Psicoactivo no es lo mismo que psicodélico

A diferencia de otras drogas psicoactivas como los estimulantes, los cannabinoides y los opioides, las psicodélicas, generalmente conocidas como alucinógenas o disociativas, no se limitan a influir en los estados de ánimo ordinarios, sino que, alterando la cognición y la percepción, provocan estados cualitativamente diferentes considerados como fantasías o alucinaciones.

Como la dietilamida del ácido lisérgico (LSD), la mescalina de algunos cactus o la dimetiltriptamina (DMT) que se encuentra en muchas especies vegetales amazónicas y en algunos sapos, el alcaloide psilocibina se considera un "psicodélico clásico" o “serotoninérgico” porque, al imitar la actividad de los neurotransmisores cerebrales, en especial de la serotonina, puede inducir cambios en el estado de ánimo, el pensamiento y la percepción.

Mientras que la MDMA, ampliamente conocida como “éxtasis”, que ha demostrado capacidad para tratar el estrés postraumático, el LSD y la ketamina comercializada como antidepresivo son drogas de síntesis, la psilocibina es un compuesto natural producido por unos doscientos hongos alucinógenos.

Psilocibina: el ingrediente mágico de los hongos psicodélicos

Psilocybe mexicana, el hongo del que aisló por primera vez la psilocibina. Foto


Al margen de alguna hipótesis extravagante, los seres humanos han consumido hongos que contienen psilocibina durante miles de años como parte de ceremonias religiosas o con fines curativos. Los aztecas llamaban a estos hongos "teonanácatl", o "carne de los dioses", y cuando se tomaban como infusiones, se consideraban una bebida ritual sagrada.

La psilocibina no se incorporó al elenco farmacológico hasta la década de los 50 del siglo pasado. A principios de esa década, cuando estaba de vacaciones en México, R. Gordon Wasson, un empleado bancario y micólogo aficionado, dio con una tribu indígena que usaba hongos psicoactivos.

Wasson, que en 1957 describió sus alucinantes experiencias en un artículo de la revista Life, envió muestras de los hongos a Albert Hoffmann, un químico suizo conocido por haber experimentado los efectos alucinógenos del LSD el 19 de abril de 1943, el “Día de la bicicleta”. Hoffmann aisló la psilocibina de Psilocybe mexicana y desarrolló un modo de producir una versión sintética en su laboratorio de la farmacéutica Sandoz, que rápidamente comenzó a producir píldoras de 2 mg para comercializarlas con fines de investigación.

Durante las siguientes décadas se administraron miles de dosis de psilocibina en experimentos clínicos. Psiquiatras, científicos y profesionales terapéuticos consideraban que los psicodélicos eran tratamientos prometedores coadyuvantes en la terapia de una amplia gama de diagnósticos psiquiátricos, incluidos el alcoholismo, la esquizofrenia, los trastornos del espectro autista, el comportamiento obsesivo compulsivo y la depresión.

Aunque los resultados para tratar la ansiedad, la depresión y la adicción eran prometedores, la investigación se detuvo en 1970, cuando el presidente Nixon firmó la Controlled Substances Act, una ley que se consideró una respuesta política al creciente temor al uso de drogas psicodélicas en los jóvenes y a la propagación del movimiento contracultural que, entre otras cosas, se oponía a la guerra de Vietnam.

Desde la promulgación de esa ley, la Agencia Estadounidense de Control de Drogas (DEA) incluyó la psilocibina y sus derivados en la Lista I, la categoría más restrictiva de la legislación federal. Surgió una paradoja legal: mientras que la DEA la prohibía, la Administración de Drogas y Alimentos estadounidense (FDA) la consideraba como una "terapia innovadora", lo que significaba un impulso de la Administración destinado a acelerar el proceso de I+D+I de fármacos derivados de la psilocibina.

Tres décadas más tarde, Roland Griffiths, farmacólogo del Johns Hopkins, consiguió autorización de la FDA para estudiar la psilocibina, lo que significó el comienzo de una nueva era de interés investigador en el potencial terapéutico de las drogas psicodélicas porque se preveía que la FDA las aprobaría para el tratamiento de apoyo a la psicoterapia.

Propiedades farmacológicas

La serotonina, un neurotransmisor de amplia distribución en el sistema nervioso central, ayuda a controlar el comportamiento, el estado de ánimo, los sentidos y el pensamiento. Por hidrólisis metabólica, la psilobicina se transforma en psilocina, un potente agonista de los receptores de serotonina del tipo 5-HT2A. Al actuar sobre dichos receptores, la psilocina produce un efecto psicotrópico multiplicador de los efectos de la serotonina que, además, es potenciado por el entorno en el que se encuentre el individuo, como sucede en el ambiente que rodea los rituales chamánicos de los nativos americanos.



Además, la psilocina puede actuar también sobre los receptores a los que se une otro neurotransmisor, la adrenalina, en el corazón. Si sube la concentración de adrenalina en sangre, nuestro corazón late más veces por minuto y más fuerte, produciendo taquicardia, otro de los efectos característicos de los alcaloides psicotrópicos.

La psilocibina apunta buenos resultados para mejorar una variedad de afecciones difíciles de tratar por otros medios. Por ejemplo, los resultados son extremadamente positivos para su empleo en el tratamiento del tabaquismo y el alcoholismo, porque los pacientes se sienten más seguros de su capacidad para manejar sus adicciones, la reducción de la ansiedad relacionada con el cáncer, el trastorno obsesivo compulsivo y la depresión profunda, dos campos clínicos en los que existe una gran necesidad de mejores tratamientos.

Efectos secundarios

Aunque se estima que la dosis letal para los humanos de la psilocibina sería unas mil veces mayor que la dosis terapéutica y no se conocen muertes por sobredosis debidas únicamente a su toxicidad, los psicodélicos son sustancias muy tóxicas, y sus efectos secundarios pueden ser difíciles de manejar incluso en el marco relativamente seguro de un entorno de investigación.

El efecto secundario negativo más común de la psilocibina es la posibilidad de un "mal viaje". Las altas dosis pueden causar sentimientos abrumadores de ansiedad, miedo y confusión que pueden conducir a un comportamiento peligroso si no se usan bajo supervisión médica. También puede aumentar moderadamente la presión arterial, por lo que las personas con problemas cardíacos se excluyen de los ensayos. Otros posibles efectos secundarios del uso de psilocibina incluyen náuseas, vómitos, dolores de cabeza y calambres estomacales. 

Por eso, a pesar de que la TGA australiana haya aprobado la medida después de múltiples ensayos, a muchos científicos les preocupa que la investigación aún no haya demostrado de manera concluyente que estos medicamentos sean seguros o efectivos y algunos médicos temen que la regulación que regirá el acceso a los medicamentos sea insuficiente. © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.