El perfume a palomitas de maíz de los binturongs juega un papel vital en la comunicación, ayudándolos a marcar su territorio ya señalar su presencia en las densas selvas tropicales del sureste asiático.
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Foto de Vichaya Kiatying-Angsulee / Alamy Foto de stock |
Los miembros del orden Carnivora dependen de la señalización olfativa urinaria, en particular para marcar sus territorios y para comunicarse con fines reproductivos. El manturón (Arctictis binturong), también llamado binturong, es una especie de mamífero carnívoro de la familia de los vivérridos (a la que pertenecen las esquivas ginetas de nuestros bosques) nativa del sur y el sureste de Asia.
Por su aspecto es también conocido
como oso gato negro, un parecido al que alude también el nombre genérico Arctictis,
que significa “oso-comadreja” (del griego "arktos", oso +
"iktis", comadreja), que le impuso en 1822 Thomas Stamford
Raffles (1781-1826), fue un estadista británico célebre por haber fundado
Singapur.
Con su denso pelaje negro,
cuerpos robustos y largos bigotes, los binturongs parecen un híbrido entre oso
y gato, lo que les ha valido el apodo de "oso gato". Pero estos
mamíferos no solo destacan por su extraña apariencia, sino que también huelen a palomitas de
maíz con mantequilla.
Originarios de las densas selvas
tropicales del sur y sudeste asiático, los binturongs pueden medir entre 60 y
90 centímetros de largo y pesar entre 11 y 36 kilos. Como otros muchos vivérridos,
son mamíferos principalmente nocturnos que pasan la mayor parte del tiempo en
las copas de los árboles, donde se desplazan lentamente entre las ramas durante
la noche.
Una de las características más extrañas
de los binturongs es su olor. Estas criaturas huelen a palomitas de maíz
calientes con mantequilla porque al orinar liberan un compuesto químico, la 2-acetil-1-pirrolina,
el mismo que se produce al cocinar palomitas de maíz o pan recién horneado. El
aroma lo secretan glándulas situadas bajo la cola y lo usan para marcar ramas y
hojas al desplazarse.
Este aroma a palomitas de maíz
desempeña un papel vital en la comunicación, ya que ayuda a los binturongs a
marcar su territorio y a señalar su presencia a los demás, especialmente en las
copas de los árboles densas y poco iluminadas donde viven. El aroma está más
concentrado en los machos, lo que podría deberse a que una mayor concentración
de esta sustancia química ayuda a los machos a anunciar su presencia y estado
hormonal a las hembras, un factor que puede ser importante en la selección de
pareja.
A pesar de su aspecto robusto,
los binturongs son ágiles trepadores. Poseen colas largas y musculosas que
actúan como una quinta extremidad, ayudándoles a agarrarse a las ramas y
soportar su peso. Los binturongs son uno de los dos únicos mamíferos carnívoros
con cola completamente prensil, lo que probablemente se deba a una adaptación
evolutiva, ya que viven siempre en las copas de los árboles.
Los binturongs son principalmente solitarios que duermen acurrucados en las ramas durante el día. Por la noche, se movilizan para buscar alimento. Sus ojos están adaptados a la poca luz, por lo que tienen mala visión durante el día. Sin embargo, su agudo sentido del olfato lo compensa esto. Los binturongs también son animales ruidosos, que frecuentemente resoplan o ronronean cuando están contentos y expresan su enojo o miedo mediante gritos, silbidos o aullidos.