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lunes, 30 de enero de 2017

Trump: ¡Recuerda el Holocausto!

Esta cuenta de Twitter recuerda lo que pasó la última vez que Estados Unidos cerró sus puertas a los refugiados. El mismo día que se conmemoraba a las víctimas del Holocausto, y Trump vetó la entrada a los refugiados sirios (pulse en este enlace para ver con subtítulos en español la ceremonia de la firma y la cara de satisfacción de Trump), apareció una cuenta que muestra el destino trágico de los judíos de un barco que el Gobierno estadounidense devolvió en 1939.
El St. Louis zarpa del puerto de Hamburgo.
13 de mayo de 1939. Fuente.
El 13 de mayo de 1939, el buque St. Louis zarpó de Hamburgo, Alemania, con 900 judíos a bordo. Huían de las atrocidades del régimen nazi. La mayoría había solicitado visas para entrar en Estados Unidos tras una parada en Cuba. Sin embargo, a su llegada a La Habana, el Gobierno estadounidense rechazó a los pasajeros. Después de pasar un mes atracados en Cuba, durante el cual uno de los pasajeros -sobreviviente de un campo de concentración- incluso intentó suicidarse, fueron devueltos a distintos países de Europa, como Inglaterra, Francia, Bélgica y los Países Bajos. Doscientos cincuenta de ellos fueron asesinados en diferentes campos de concentración en los años siguientes.
La cuenta surgió precisamente el viernes 27, Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto. También coincidió con la decisión del presidente Donald Trump de cancelar los programas de refugiados y cerrar las puertas a los sirios. El perfil de Twiter recuerda con nombre, apellido y, en ocasiones, fotos, el destino de los 250 pasajeros que terminaron muriendo durante la guerra tras ser rechazados en tierras estadounidenses. Las que siguen, son algunos de ellos. Al final, les transcribo la historia del San Luis traducida directamente de la web del UnitedStates Holocaust Museum.

"Me llamo Erna Dora Dublon. Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939. Fui asesinada en Auschwitz".

"Me llamo Herbert Manasse. Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939. Fui asesinado en Auschwitz".
"Me llamo Irmgard Köppel. Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939. Fui asesinada en Auschwitz".
"Me llamo Martha Karliner. Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939. Fui asesinada en Auschwitz".
"Me llamo Günther Heilbrun. Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939. Fui asesinado en Auschwitz".
"Me llamo Joachim Hirsch. Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939. Fui asesinado en Auschwitz".

"Mi nombre es Sibyll Grünthal. Estados Unidos me rechazó en la frontera en 1939. Fui asesinada en Auschwitz".

***
Viaje del St. Louis

Gustav Schroeder, capitán del St. Louis. 
US Holocaust Museum.
El 13 de mayo de 1939, el transatlántico alemán St. Louis zarpó de Hamburgo hacia La Habana. En el buque iban 937 pasajeros. Casi todos eran judíos que huían del Tercer Reich. La mayoría eran ciudadanos alemanes, algunos procedían de Europa oriental, y algunos eran oficialmente "apátridas".
La mayoría de los pasajeros judíos habían solicitado visas estadounidenses y habían planeado permanecer en Cuba hasta que pudieran entrar a los Estados Unidos. Pero cuando el St. Louis zarpó, ya había indicios de que las condiciones políticas en Cuba podrían impedir que los pasajeros desembarcaran allí. El Departamento de Estado estadounidense en Washington, el consulado estadounidense en La Habana, algunas organizaciones judías y varias agencias de refugiados eran conscientes de la situación. Los pasajeros no fueron informados. La mayoría fueron obligados a regresar a Europa.
Desde que el Kristallnacht (literalmente la Noche de los Cristales Rotos) del 9 al 10 de noviembre de 1938, el gobierno alemán había tratado de acelerar el ritmo de la emigración forzada para los judíos. El Ministerio de Relaciones Exteriores alemán y el Ministerio de Propaganda esperaban explotar la falta de voluntad de otras naciones para admitir a un gran número de refugiados judíos como justificante de los objetivos y políticas antijudíos del régimen nazi tanto en Alemania como en el resto del mundo.
Dos niños abordo del St. Louis. Fuente.
Los armadores del St. Louis, la compañía Hamburg-Amerika, sabían antes de que el barco zarpase que sus pasajeros podrían tener problemas para desembarcar en Cuba. Los pasajeros que poseían visados de desembarque y visas de tránsito emitidos por el Director General de Migración cubano no sabían que, justo una semana antes de que el barco zarpara, el presidente cubano Federico Laredo Bru había hecho lo que ahora ha hecho Trump: emitir un decreto invalidando todos los visados de desembarque emitidos recientemente. La entrada a Cuba requería autorización por escrito de los Secretarios de Estado y de Trabajo de Cuba y pagar una tasa de 500 dólares que no se aplicaba a los turistas estadounidenses.
El viaje del St. Louis atrajo mucha atención de los medios. Incluso antes de que el barco zarpara de Hamburgo, los diarios cubanos de la derecha condenaron su inminente llegada y exigieron que el gobierno cubano dejara de admitir refugiados judíos. De hecho, los pasajeros se convirtieron en víctimas de amargas luchas internas dentro del gobierno cubano. El Director General de la Oficina de Inmigración de Cuba, Manuel Benítez González, estaba bajo sospecha de haber vendido ilegalmente visados de desembarque. Los vendía como rosquillas por 150 dólares o más y, según estimaciones de los Estados Unidos, había amasado una fortuna personal de entre quinientos mil y un millón de dólares. Aunque era un protegido del jefe del Estado Mayor del ejército cubano (y futuro presidente) Fulgencio Batista, el enriquecimiento de Benítez a través de la corrupción había alimentado suficiente resentimiento en el gobierno cubano como para provocar su renuncia.
Más que el dinero, la corrupción y las luchas de poder interno estaban a la orden del día en Cuba. Al igual que los Estados Unidos y toda América en general, Cuba se enfrentaba a la Gran Depresión. Muchos cubanos protestaban contra el número relativamente grande de refugiados (entre ellos 2.500 judíos), a quienes el gobierno ya había admitido en el país, a los que consideraban competidores por los escasos empleos.
La hostilidad hacia los inmigrantes alimentó tanto el antisemitismo como la xenofobia. Los agentes de la Alemania nazi como los movimientos derechistas cubanos promocionaron el asunto de los inmigrantes en sus publicaciones y manifestaciones, alegando que los judíos eran comunistas. Dos de los periódicos, Diario de la Marina, propiedad de la influyente familia Rivero, y Avance, propiedad de la familia Zayas, habían apoyado al general Francisco Franco, quien acababa de derrocar al República española en la primavera de 1939 con la ayuda de la Alemania nazi y la Italia fascista. Los informes sobre el inminente viaje alimentaron una gran manifestación antisemita en La Habana el 8 de mayo, cinco días antes de que el St. Louis zarpara de Hamburgo. El mitin, la manifestación antisemita más grande de la historia cubana, había sido patrocinado por Grau San Martín, un ex presidente cubano. El portavoz de Grau, Primitivo Rodríguez, instó a los cubanos a «luchar contra los judíos hasta que el último sea expulsado». La manifestación atrajo a 40.000 asistentes. Decenas de miles más la escucharon por la radio.
Cuando el St. Louis llegó al puerto de La Habana el 27 de mayo, el gobierno cubano admitió a 28 pasajeros: 22 de ellos eran judíos y tenían visas válidas de los Estados Unidos; de los restantes seis, cuatro eran ciudadanos españoles y dos cubanos que tenían documentos de entrada válidos. Otro pasajero, tras intentar suicidarse, fue evacuado a un hospital de La Habana. Los 908 pasajeros restantes (un pasajero había muerto de causas naturales en ruta) -incluido un no-refugiado, un hombre de negocios judío húngaro- habían estado esperando visas de entrada y llevaban sólo visas de tránsito cubano emitidas por González. 743 estaban esperando recibir visas estadounidenses. El gobierno cubano se negó a admitirlos o a permitirles desembarcar.
Después de que Cuba negó la entrada a los pasajeros en el St. Louis, la prensa europea y americana, incluyendo a los Estados Unidos, contó la historia a millones de lectores en todo el mundo. Aunque los periódicos estadounidenses generalmente describían la situación de los pasajeros con gran simpatía, sólo unos cuantos periodistas y editores sugirieron que los refugiados fueran admitidos en los Estados Unidos. El 28 de mayo, el día después de que el St. Louis atracara en La Habana, Lawrence Berenson, abogado que representaba al Comité Judío Americano de Distribución Conjunta (JDC), con sede en Estados Unidos, llegó a Cuba para negociar en nombre de los pasajeros del St. Louis.
Ex presidente de la Cámara de Comercio cubano-americana, Berenson había tenido una amplia experiencia empresarial en Cuba. Se reunió con el presidente Bru, pero no lo persuadió de que admitiera a los pasajeros. El 2 de junio, Bru ordenó que el buque saliera de las aguas cubanas. Sin embargo, las negociaciones continuaron mientras el St. Louis navegaba lentamente hacia Miami. Bru ofreció admitir a los pasajeros si el JDC pagaba una tasa de 453.500 dólares (500 por pasajero). Berenson hizo una contraoferta, pero Bru rechazó la propuesta e interrumpió las negociaciones.
Cuando estaban tan cerca de Florida que podían ver las luces de Miami, algunos pasajeros del St. Louis enviaron un cable al presidente Franklin D. Roosevelt pidiéndole refugio. Roosevelt nunca respondió. El Departamento de Estado y la Casa Blanca habían decidido no tomar medidas extraordinarias para permitir que los refugiados entraran a los Estados Unidos. Un telegrama del Departamento de Estado enviado a un pasajero decía que los pasajeros deben «esperar su turno en la lista de espera y calificar y obtener visas de inmigración antes de que sean admisibles en los Estados Unidos». Los diplomáticos estadounidenses en La Habana intervinieron una vez más con el gobierno cubano para admitir a los pasajeros de manera "humanitaria", pero sin éxito.
Los cupos establecidos en la Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1924 limitaban estrictamente el número de inmigrantes que podían ingresar a los Estados Unidos cada año. En 1939, la cuota anual combinada alemana-austriaca de inmigración era de 27.370 personas y se llenó rápidamente. De hecho, había una lista de espera de por lo menos varios años. Los funcionarios estadounidenses sólo podían haber concedido visas a los pasajeros del St. Louis negándosela a un número equivalente de los miles de judíos alemanes en lista de espera.
La opinión pública de los Estados Unidos, aunque aparentemente simpatizaba con la difícil situación de los refugiados y criticaba las políticas de Hitler, seguía apoyando las restricciones a la inmigración. La Gran Depresión había dejado a millones de personas en los Estados Unidos desempleados y temerosos de la competencia por los escasos puestos de trabajo disponibles. La depresión también alimentó el antisemitismo, la xenofobia, el populismo y el aislacionismo. Una encuesta de la revista Fortune Magazine reveló que el 83% de los estadounidenses se oponía a las relajar restricciones de la inmigración. El presidente Roosevelt podría haber emitido una orden ejecutiva para admitir a los refugiados del St. Louis, pero la hostilidad general hacia los inmigrantes, los logros de los republicanos partidarios del aislacionismo en las elecciones del Congreso de 1938 y el deseo de Roosevelt de postularse a un tercer mandato como presidente, le hicieron desistir de dar ese paso extraordinario en una causa impopular.
Roosevelt no fue el único en su renuencia a desafiar el estado de ánimo de la nación en el tema de la inmigración. Tres meses antes de que el zarpara el St. Louis, los líderes del Congreso en ambas cámaras rechazaron en comisión un proyecto de ley patrocinado por el senador Robert Wagner (demócrata por Nueva York) y la congresista Edith Rogers (republicana por Massa chusetts). Este proyecto de ley habría admitido a 20.000 niños judíos de Alemania añadidos a la cuota existente.
Después de la negativa del gobierno estadounidense a permitir que los pasajeros desembarcaran, el St. Louis volvió a Europa el 6 de junio de 1939. Sin embargo, los pasajeros no regresaron a Alemania. Las organizaciones judías (particularmente el JDC) negociaron con cuatro gobiernos europeos para obtener visas de entrada para los pasajeros: Gran Bretaña admitió 288; Holanda, 181; Bélgica, y 224 encontraron un refugio temporal en Francia. De los 288 pasajeros admitidos por Gran Bretaña, todos sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial salvo uno, que murió durante un ataque aéreo en 1940. De los 620 pasajeros que regresaron al continente, 87 (14%) lograron emigrar antes de la invasión alemana de Europa en mayo de 1940. 532 pasajeros del St. Louis fueron detenidos cuando Alemania conquistó Europa occidental. Algo más de la mitad, 278, sobrevivieron al Holocausto. Murieron 254: 84 de los residían en Bélgica; 84 que habían encontrado refugio en Holanda y 86 de los que habían sido admitidos en Francia.

domingo, 29 de enero de 2017

California contra Trump

Mientras que escribo esta entrada la madrugada del domingo 29 de enero, los acontecimientos se suceden en Estados Unidos, donde la actividad de su nuevo presidente está provocando todo tipo de reacciones a favor y en contra. 
Quienes quieran conocer las opiniones a favor que vean la Fox o, en España, que sigan los programas de 13 TV cuya empresa editora afirma «que su programación se basa en la difusión de los valores y credo de la Iglesia Católica», varios de cuyos tertulianos encuentran, según veo, muy cristiano aplaudir las medidas xenófobas y misóginas, por citar dos de ellas, de Donald Trump, quien la primera semana de su mandato ha decretado el cierre de las fronteras a las personas que huyen de la miseria económica, la persecución política o las guerras civiles, y ha abierto una crisis diplomática con el vecino del sur, México.
En su primera semana Trump ha firmado documentos legales equiparables a los Reales Decretos. Algunos son más simbólicos que inmediatamente efectivos, como, por ejemplo; cuándo comenzará la construcción del muro. Pero casi todos están diseñados para desmontar el legado de su antecesor, el demócrata Barack Obama, y dinamitar consensos sobre la buena vecindad con México o el cuidado a la hora de discriminar a religiones u hostigar a las minorías, hasta ahora dominantes en Washington.
La primera semana de Trump, en la que ha rubricado 15 órdenes ejecutivas y memorándums presidenciales, ha sido un shock and awe, el equivalente político de la doctrina militar de golpear e intimidar aplicada en la invasión de Irak en 2003. Desde que, en el discurso inaugural del 20 de enero, Trump proclamara que aquel día terminaba «la carnicería americana», quedó claro que el discurso apocalíptico que empleó en la campaña impregnaría su acción política. El cierre temporal de la frontera a los refugiados e inmigrantes de varios países de mayoría musulmana, o el acoso a los inmigrantes sin papeles, no responden, en contra de lo que afirma el presidente, a una crisis migratoria o de refugiados inminente, ni a un ambiente de inseguridad causado general por estas personas.
Entre gritos de «Déjenles entrar» y «No al muro, no al veto», decenas de personas protestan desde mediodía de este sábado (madrugada del domingo en Madrid) varios aeropuertos de Estados Unidos contra la orden del Presidente que veta la entrada a refugiados e inmigrantes de siete países musulmanes. La aplicación automática de ese decreto ha provocado, en apenas unas horas, la detención de decenas de personas y ha desatado una crisis tanto en Estados Unidos como en los diferentes lugares desde donde viajaban.
La concentración en la Terminal 4 del JFK, en Nueva York, se ha repetido en otros como los de Washington, Boston, Denver, Chicago, Seattle y San Francisco. Mientras que la Casa Blanca sostiene que el veto incide en «un universo muy limitado» de personas, en realidad afecta a residentes legales que cuentan con un permiso conocido como la Green Card y a todos aquellos que no posean un visado diplomático o del Gobierno. La terminal neoyorquina acabó siendo desalojada y las fuerzas de seguridad prohibieron la entrada a cualquiera que no portara un billete de avión. Paradójicamente, el cordón policial estaba compuesto por agentes en cuyas placas aparecían apellidos árabes, latinos, irlandeses o italianos.
Mientras aumentaban las protestas, el presidente negó este sábado que lo que él ha firmado sea «un veto a los musulmanes», en declaraciones desde el Despacho Oval. «[Aunque] ya lo ven en los aeropuertos, en todas partes. Está funcionando muy bien». Trump sigue negando que su decreto señale exclusivamente a los musulmanes y defiende que se trata de un sistema de «veto extremo». «Estamos totalmente preparados», declaró. «Vamos a tener una prohibición extrema que deberíamos haber tenido en este país desde hace muchos años».
Afortunadamente, Trump está chocando contra el sistema judicial y contra la capacidad legislativa y política de algunos estados como California. Por un lado, mientras miles de manifestantes tomaban las terminales de los grandes aeropuertos del país, la jueza Ann Donnelly del Tribunal Federal en Brooklyn, Nueva York, bloqueó la noche del sábado las deportaciones del decreto de Trump: según el auto de la jueza, ninguna persona que entre en Estados Unidos con un visado en regla podrá ser deportada por la orden ejecutiva presidencial firmada el día anterior (viernes 26), al menos temporalmente. Así lo decidió una jueza del tribunal del Distrito Sur de Nueva York, en Brooklyn, -de Chicago a Nueva York, San Francisco o Dallas- para condenar la medida.
Pero lo más significativo desde el punto de vista político es que pocas horas antes de que Trump procediera a firma la orden de levantar el muro fronterizo con México, California le advirtió que defenderá a los mexicanos y lo hizo en un encendido discurso de su gobernador, el demócrata Jerry Brown, que anunció la posición del estado en contra de las políticas de Donald Trump (lea aquí el discurso completo, en español).
Mientras desde Washington Donald Trump publicaba el martes pasado martes en Twitter que iba a dar detalles sobre el muro (tuiteó: «Big day planned on national security tomorrow. Among many other things, we will build the wall!»), desde el otro lado del país Jerry Brown se posicionó a favor de los inmigrantes. El gobernador de California dijo que los inmigrantes «han venido de México y otros países» para hacer de su estado «un vibrante faro de esperanza». «No daremos un paso atrás, ni ahora ni nunca», ante los eventuales cambios de dirección que dicte el gobierno de Trump en temas de inmigración, medio ambiente y salud.
«California defenderá a todos –siguió diciendo el gobernador Brown- incluyendo al 27 por ciento de su población, casi 11 millones de personas que nacieron en una tierra extranjera. Los inmigrantes son parte integral de quienes somos y han ayudado a crear nuestra prosperidad desde el principio. Entiendo que la ley federal se superpone a las estatales y que Washington se encarga de política migratoria, pero en California hemos aprobado medidas protectoras como el Trust Act, las licencias, derechos laborales y acceso a educación superior para indocumentados, y si tenemos que defender esas leyes, lo haremos».
El mapa combina la producción económica (PIB) en cada estado de Estados Unidos
(y el Distrito de Columbia) en 2015 con la de países extranjeros
con un PIB nominal comparable. Fuente
Las palabras de Brown son importantes por varias razones políticas, pero básicamente porque se trata del primer mandatario de la que sería la sexta potencia económica mundial si fuera un país. Con 2,46 billones de dólares de PIB, California superó en 2015 a Francia, India, Italia y Brasil, y se sitúa sólo por debajo de Estados Unidos, China, Japón, Alemania y Reino Unido en potencia económica. La razón, además de los impresionantes números de las grandes compañías tecnológicas (en California es la cuna de las más grandes IT del planeta como Facebook, Apple y Alphabet), y de la financiera Wells Fargo, se encuentra en compañías industriales y agrícolas californianas que son líderes en los Estados Unidos.
La economía de California compara con las de diferentes países.
Datos del FMI en miles de millones de dólares.
Téngase en cuenta que las comas en las cifras son puntos, y los puntos comas.
Téngase también en cuenta que California tiene una fuerza de trabajo de unos 19 millones en comparación Francia que tiene poco más de 25 millones. Es decir, se requieren seis millones más de trabajadores en Francia para generar la misma producción económica que. California, lo que dice mucho de la capacidad productiva de los californianos. Los datos, que se basan en información del FMI, muestran que California creció 4,1% en 2015, comparado con el aumento del 2,4% en promedio de los Estados Unidos; y de apenas el 1,1% de Francia. Por seguir con más ejemplos, en 2015, California creó más puestos de trabajo que Florida y Texas juntos. Esos dos estados son el segundo y el tercero más poblados.
California es, pues, un mal enemigo para Trump.

sábado, 28 de enero de 2017

Trump en acción: la que se nos viene encima

Ya tenemos a Donald Trump en acción y, como no podía ser menos, empezando a actuar contra quienes cargó en su campaña electoral: inmigrantes, mujeres, personas de otras etnias o musulmanes, entre otras muchas cosas.
El electorado estadounidense demostró que ninguna sociedad, por próspera que sea y por más tradición democrática que tenga a sus espaldas, es inmune a la demagogia, que promete soluciones rápidas y sencillas a problemas complicados -como los efectos de la crisis económica o la gestión de la inmigración- a la vez que apunta su discurso de odio hacia cualquier minoría o colectivo que pueda servir de chivo expiatorio. Da igual que sean los mexicanos, rebajados a la categoría de violadores y traficantes de droga, las mujeres, tachadas de intelectualmente inferiores, o los musulmanes, catalogados sin excepción como terroristas.
En su primer día en la Casa Blanca decretó la retirada de su país del acuerdo comercial transpacífico (TPP) que Obama negoció y firmó con otros once países de aquella cuenca. Antes de tomar posesión, Donald Trump amenazó a las compañías automovilísticas norteamericanas para que cancelaran sus inversiones en México. A los ejecutivos de grupos automovilísticos con los que se reunió el pasado 24 de enero (General Motors, Ford y Fiat Chrysler), les prometió precisamente incentivos fiscales y una rebaja de la carga regulatoria a cambio de que potencien la producción estadounidense, sobre todo de los vehículos destinados a este mercado.
La nueva Administración ha comenzado también el desguace del programa sanitario que acercaba a ese país a la atención universal, el Obamacare, que incorporó a 20 millones de marginados al sistema de salud. La contundencia demuestra que las promesas del presidente serán muchas, contradictorias, cambiantes y hasta risibles, sí; pero también que al menos una de ellas iba en serio: el retorno al proteccionismo más estricto. Y con el medio ambiente la cosa va a peor.
En su campaña, el magnate republicano se había enfocado en asuntos relacionados con la migración, la economía, el comercio y las reformas internas. En su web oficial no existía ninguna referencia al medio ambiente ni muestra alguna de preocupación global por la contaminación y el cambio climático. Eso sí, cualquiera podíaleer en ella que Trump aseguraba que no le interesaba promover el uso de energías verdes por su excesivo costo, y que hasta podría eliminar la Agencia de Protección del Ambiente (EPA) y sus regulaciones porque entorpecen el buen funcionamiento de las empresas. Recordemos las cinco frases de Trump y su equipo que van a hacer difíciles los próximos cuatro años para quienes defendemos el planeta:
«El cambio climático es un invento de China para perjudicar a Estados Unidos». Trump es un claro negacionista del cambio climático, y como tal quiere cancelar el Acuerdo de París. Dice que «aún hay que investigar mucho en ese campo”, y que «Estados Unidos no debería malgastar dinero en el cambio climático».
Ahora, Europa, principal impulsora de los esfuerzos contra el calentamiento global, se prepara ante la retirada de Estados Unidos del acuerdo de París que entró en vigor el pasado noviembre. Bruselas pretende aliarse con China, el gran gigante de la contaminación junto con Estados Unidos (China es responsable de más de una cuarta parte de las emisiones mundiales) e intensificar las políticas internas para capear una eventual salida estadounidense del pacto global del clima. Aun así, los esfuerzos europeos no suplirán la falta de compromiso estadounidense.
Aunque Bruselas ya pretendía tejer alianzas con otras potencias emisoras de gases contaminantes, el cambio radical de escenario en Estados Unidos acelera esa estrategia. Y después de que Trump haya anunciado su retirada de uno de los principales símbolos de la política exterior de Barack Obama, el TPP, el Ejecutivo comunitario teme que el de París sea la próxima víctima. Afortunadamente para todos, la lucha contra el cambio climático no se libra solo en el ámbito de los jefes de Estado y de Gobierno. Como ejemplo, figuran los esfuerzos que realiza el Estado de California en la promoción de energías renovables o las alianzas de grandes urbes contra el calentamiento global.
Las condiciones del acuerdo del clima, el intento más ambicioso de luchar contra el calentamiento global —con la implicación, por primera vez, de China y Estados Unidos—, dificultan la retirada unilateral. Hay que esperar al menos hasta noviembre de 2019 para abandonar unos compromisos que buscan impedir que la temperatura global suba más de dos grados a finales de siglo. Pero dada la trayectoria de Trump, no es osado pensar que el dirigente pase de la letra pequeña y opte por una salida brusca del marco que suscribieron 195 países en diciembre de 2015.
Incluso si Washington no se retira, su inacción puede herir de muerte el acuerdo de París. Su texto recoge que los esfuerzos pactados no bastan para lograr los objetivos de reducción de gases y compromete a los firmantes a revisar al alza los programas de mitigación en 2018. Resulta dudoso que Trump acepte esa mayor ambición, así como los desembolsos que se exigen a los países más desarrollados, casi 93.000 millones de euros) desde 2020.
«Haré recortes en la Agencia de Protección Ambiental (EPA) porque es ridícula, cada día sacan nuevas normas. El medio ambiente está bien, lo que no puedes destruir es el negocio». Dicho y hecho, Trump ha nombrado a Scott Pruitt, negacionista y aliado de la industria de los combustibles fósiles, como máximo responsable de la Agencia de Protección Ambiental, la EPA. «El Plan de Energía Limpia es un intento ilegal de cerrar las centrales de carbón y con el tiempo otras fuentes de electricidad a partir de combustibles fósiles». Scott Pruitt denunció en 2015 a la EPA, la agencia que él mismo dirigirá a partir de mañana, por un histórico plan federal para potenciar las energías renovables.
Scott Pruitt
«Tengo que hacer lo que es mejor para los accionistas». El nuevo secretario de estado de Trump es Rex Tillerson, ex presidente de la petrolera Exxon. Es un caso gravísimo de puertas giratorias: si antes Exxon estaba muy cerca del Gobierno, ¡ahora es el Gobierno! La frase de Tillerson pone en juego el acuerdo entre Estados Unidos y Canadá que suspende las prospecciones petrolíferas en el Ártico de estos dos países. Mientras ese acuerdo se rompe, Trump ha pasado a la acción.
El pasado 24, firmó sendas órdenes ejecutivas para resucitar los proyectos de dos polémicos oleoductos (el Keystone XL y el Dakota Access), que la Administración de Barack Obama frenó con el daño medioambiental como argumento. Poco antes, en una reunión con ejecutivos de la industria automovilística, dijo que «el ecologismo está fuera de control». El argumento: la creación de empleo («Vamos a devolver al trabajo a un montón de trabajadores del acero.») y el proteccionismo («Vamos a construir nuestros propios tubos, como en los viejos tiempos.»): estos nuevos sistemas de tubos deben producirse en Estados Unidos, con material estadounidense. «Compra productos americanos, contrata a trabajadores americanos», dijo en su discurso inaugural, y en esa misma línea se expresó el día 24 mientras rubricaba los decretos.
El bloqueo del macroproyecto Keystone, que supone ampliar en 1.900 kilómetros (el tramo que uniría Alberta con Nebraska) la tubería hasta sumar más de 2.700 que servirían para transportar 830.000 barriles diarios desde Canadá hasta el Golfo de México, fue una victoria del movimiento ecologista tras años de batalla. La compañía TransCanada lo presentó en 2008 y salió adelante en el Congreso en 2014, gracias a la nueva mayoría republicana, pero Obama lo acabó vetando. El Dakota Access, que movilizó a la tribu sioux de Dakota del Norte porque afecta a su reserva, se frenó por decisión del presidente demócrata el pasado septiembre, a la espera de ver cómo avanzaba el caso en los tribunales. El proyecto uniría Dakota, un estado clave en el boom del fracking, con Illinois, pero, según los sioux, atravesaría tierras ancestrales y contaminaría sus aguas.
Trump cumple así en los primeros días de su presidencia otra de sus promesas electorales: impulsar este tipo de infraestructuras. El republicano se alinea en este caso con la filosofía de su partido, favorable al oleoducto, aunque se desmarca al poner como condición la producción doméstica del proyecto, en línea con ese giro proteccionista que sí rompe el credo conservador y que se hizo palpable con la retirada del TPP.
Cuando las personas más poderosas del planeta tienen pensamientos como estos, sabemos que es más importante que nunca posicionarse a favor del planeta. El pasado 20 de septiembre, 375 científicos prominentes de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, incluyendo entre ellos a treinta premios Nobel, decidieron publicar un manifiesto conjunto para explicarle a Trump que está equivocado. Los científicos lamentan que durante la campaña haya afirmado que la Tierra no se está calentando o que el calentamiento se debe a causas puramente naturales fuera del control humano. Para los científicos, elegir a alguien con la mentalidad de Donald Trump sería un punto de inflexión para el planeta que «no nos podemos permitir.»

Trump ha sido investido presidente y su equipo ha empezado a tomar decisiones; hay que estar ahí escrutando cada movimiento y luchando contra cada agresión al planeta. Si Occidente, con Estados Unidos al frente, se autoexcluye del timón liberal mundial, otros como China se aprestan a reemplazarlo, como su presidente ha querido propagar desde Davos. Pero esa globalización, sin derechos humanos ni instituciones internacionales, no representa una alternativa viable a la que conocemos. La inanidad de Trump conduce a un orden en el que perderemos todos, Estados Unidos incluido.

Homeostasis: lo que tienen en común una mosca muy vulgar y una flor extraordinaria


En la entrada anterior me ocupé de una planta, Lacandonia schismatica, cuyas flores presentaban una disposición completamente diferente a la del resto de las plantas con flores. Esta nueva entrada responde a las bases genéticas de esa extraordinaria disposición floral.

Con el descubrimiento de la estructura del ADN por parte de Watson y Crick, el año 1953 marcó el inicio de la Biología Molecular y con ella el comienzo de una nueva era en la investigación biológica. Esencialmente, lo que Watson y Crick demostraron es que la información genética, esto es, la información necesaria para construir un organismo, sea una bacteria, una planta, una mosca o un ser humano, está contenida en la estructura de una molécula concreta que tiene unas características químicas determinadas y que se puede aislar, estudiar y eventualmente modificar.
Desde entonces, el análisis experimental de los fenómenos biológicos más profundos, los procesos mediante los cuales se construyen y funcionan los seres vivos, quedó conceptualmente reducido al estudio de cómo se libera la información contenida en el ADN. Un principio que emergió rápidamente de los primeros estudios moleculares es el de la universalidad de los procesos biológicos fundamentales. El ADN es la molécula codificadora de todos los seres vivos. Químicamente el ADN de un pino, de una levadura o de un ser humano son indistinguibles. Además, el código genético, el procedimiento por el cual se traduce la información del ADN en proteínas, que son los componentes fundamentales de los seres vivos, es asimismo universal. E igualmente son generales muchos procesos celulares como el metabolismo energético, el control de la división celular, los mecanismos de transporte intracelular etc.
Sin embargo, la gran diversidad morfológica que presentan los organismos multicelulares, especialmente los animales, produce tal impresión de complejidad que hasta hace poco no se concebía que existieran leyes generales aplicables a todas las especies. Hay en la actualidad millones de seres vivos y han existido muchos más que manifiestan una enorme variedad de formas, tamaños y ciclos vitales. Era difícil imaginar que debajo de esta gran variabilidad morfológica y funcional subyacen unos mecanismos unitarios universales.
Complejo homeótico de Drosophila melanogaster.
Fuente.
El término homeótico viene del griego homeo, que significa semejante. En Biología del Desarrollo, la homeosis es la transformación de una parte del cuerpo en otra como resultado de la mutación o de la alteración de la expresión de genes críticos en el desarrollo. En los animales, los genes homeóticos también llamados genes Hox (acrónimo de homeobox) reciben precisamente ese nombre por ser los responsables de cambios como los de la homeosis, mientras que el sufijo “box” alude a que se encuentran asociados en el cromosoma formando una secuencia muy conservada de 180 nucleótidos llamada caja homeótica. Además, presentan ligamiento físico, es decir, aparecen organizados en complejos o clusters dentro del mismo cromosoma. Muestran colinealidad espacial, es decir, el orden que muestran en el cromosoma corresponde al orden de expresión en el eje anteroposterior de animal.
Son genes que ejercen el control maestro del desarrollo embrionario porque determinan la identidad de los segmentos o partes individuales del embrión en sus etapas iniciales. La función normal de los genes Hox consiste en conferir a la célula identidad espacial o posicional inequívoca en el cuerpo. Se descubrieron en la mosca Drosophila melanogaster (la mosca de la fruta) hace 90 años, y después se encontraron en muchos otros organismos, incluida la especie humana.
Foto 3: Mutación Antennapedia
de Drosophila melanogaster. 
Fuente.
Drosophila es un insecto pequeño, de 1 mm de largo y aproximadamente un millón de células, que abunda en todo el mundo, con un ciclo biológico muy corto de 9-10 días, y que es muy fácil de cultivar en el laboratorio. Ha sido un modelo clásico de investigación en Genética durante el siglo XX y es con gran diferencia el organismo multicelular donde las tecnologías y métodos genéticos son más sofisticados. Como ocurre con el resto de los artrópodos, una característica importante de la organización del cuerpo de Drosophila es que es un organismo metamerizado. El cuerpo consiste en una cadena de segmentos o metámeros que se desarrollan de forma independiente unos de otros y que confieren la estructura segmentada típica de los insectos. Esta organización metamerizada se establece desde los inicios del desarrollo embrionario, en el que ya se encuentran separadas las células que formarán cada segmento, el cual se desarrolla de forma particular tanto en sus aspectos externos como las estructuras internas, musculatura, sistema nervioso, etc.
Los genes homeóticos se activan posteriormente a la expresión de otros genes implicados en el desarrollo. En el caso de D. melanogaster, primero se expresan los genes de polaridad del huevo, que determinan los ejes anteroposterior y dorsoventral del huevo; después lo hacen los genes de segmentación, que determinan el número y la organización de los segmentos del cuerpo. Los productos de estos genes activan a los genes homeóticos que determinan la identidad de cada segmento.
Los genes Hox están dispuestos de manera sorprendente en el genoma de D. melanogaster: alineados en el mismo orden en que están dispuestas las partes del cuerpo en las que actúan. Esta organización está conservada en la mayor parte de los animales, en los que los genes Hox se encuentran alineados de manera similar a como los encontramos en la mosca. Su papel es fundamental, porque indican a la célula si forma parte de la cabeza, del tórax o del abdomen del individuo: no saben construir troncos, ni abdómenes, ni patas ni antenas o, dicho de otra forma, no saben hacer estructuras útiles, solo saben ordenarlas espacialmente a lo largo de un eje. Por esa razón se conocen como genes reguladores.
Mutación Ultrabithorax en D. melanogaster.
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Si eso es así, ¿quién es el que sabe cómo hacer las estructuras orgánicas? Otros genes, naturalmente: los genes realizadores. Unos pocos centenares de genes de la mosca contienen la receta para hacer una pata, otros para elaborar una antena y así sucesivamente. Lo que hacen los genes Hox es colocar a los genes realizadores, de forma ordenada a lo largo de un eje, para que cada estructura se sitúe en el sitio correcto. Si sufren una mutación, estos genes adquieren la capacidad de transformar un segmento de su cuerpo en una réplica de otro. Ejemplos típicos en D. melanogaster son las mutaciones Antennapedia y Ultrabithorax. La primera tiene como resultado la transformación de antenas en patas (Foto 3) y la segunda provoca la transformación de los halterios en un par de alas adicional, lo que provoca que la mosca mutada, un díptero, pase a ser tetráptera (Foto 4).
El descubrimiento de estas mutaciones tiene gran importancia porque indican la existencia de mecanismos de control general del desarrollo. En una mosca mutante con cuatro alas como la producida por la mutación Ultrabithorax de la figura no se produce un desarrollo aberrante, ya que las alas adicionales que se forman en lugar del halterio son normales, lo que es anómalo es el sitio del cuerpo donde aparecen. La conclusión es que la función normal del gen seria reconocer la posición de células que han de formar el halterio y establecer en ellas el programa de desarrollo apropiado; en las moscas mutantes este grupo de células no es reconocido correctamente y adquieren un desarrollo inapropiado.
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Aunque inicialmente se descubrieron en D. melanogaster, los genes homeóticos se han identificado en la mayoría de los seres vivos, incluidos los seres humanos y, desde luego, en las plantas. En estas, al igual que en el resto de los organismos, las mutaciones que afectan a estos genes son responsables de la aparición de alteraciones en el desarrollo corporal. Los cambios homeóticos fueron estudiados en Arabidopsis por el biólogo del Caltech Elliot Meyerowitz. En un trabajo clásico sobre el genoma de esa planta (pulse aquí para acceder a él) Meyerowitz y colaboradores observaron la mutaciones que afectaban a la estructura de la flor.
La forma silvestre de esta planta posee cuatro sépalos, cuatro pétalos blancos, seis estambres (cuatro largos y dos más cortos) y dos carpelos fusionados. Los mutantes de clase A tenían carpelos en lugar de sépalos y estambres en lugar de pétalos; los otros verticilos eran normales. Los mutantes de clase B tenían sépalos en el primero y segundo verticilo y carpelos en el tercero y el cuarto. El grupo C tenían sépalos y pétalos en su posición normal, y pétalos en el tercero y sépalos en el cuarto.
Meyerowitz y colaboradores concluyeron que cada clase de mutantes carecía del producto de un gen o de un grupo de genes necesarios para el desarrollo adecuado de la flor. Los mutantes de la clase A carecían de la actividad de los genes A; los de clase B de los genes B y los de clase C de los genes C. De modo semejante a como los genes homeóticos de los animales se expresaban en distintos segmentos, propusieron que los genes de clase A tenían actividad en el primer y el segundo verticilos, los B en el segundo y el tercero y los C en el tercero y el cuarto. Los productos de los genes A hacían que el primer verticilo se diferenciase a sépalos. Los productos de los genes de clase A junto con los B hacían que el segundo verticilo se diferenciara a pétalos. Los genes C y B inducían al tercer verticilo a formar estambres. Los genes C hacían que el cuarto verticilo formara carpelos.
En estudios posteriores se aislaron los genes de cada clase. La clonación y secuenciación de estos genes demostró que son genes que contienen unas secuencias específicas, las denominadas cajas MADS, que tienen un papel similar al de las cajas homeóticas de los animales. Regulan el desarrollo de las estructuras de las flores, donde controlan la transición del crecimiento vegetativo al generativo y determinan la identidad del meristemo en la inflorescencia. Los productos de las distintas clases de genes homeóticos interactúan para determinar la formación de los cuatro verticilos que constituyen la flor completa.
Y ahora vamos de una vez por todas con el caso de Lacandonia. El cambio de posición entre los órganos masculinos y los femeninos de la flor de Chiapas es un ejemplo de libro de homeosis, toda una confirmación de las cajas MADS que debe encantar a Meyerowitz y colaboradores. En una monocotiledónea normal primero se activa el gen que codifica los tépalos, luego el de los carpelos y finalmente el relacionado con los estambres. En Lacandonia es al revés: primero, se activa el de los tépalos, pero enseguida funciona el de los estambres y finalmente el de los carpelos, es decir, primero se forman los órganos masculinos y luego los femeninos; por eso la posición final de los órganos sexuales (ovarios y estambres) resulta invertida.
Triuris brevistylis
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Si ustedes pulsan este enlace accederán a una magnífica colección de fotografías de Triuris brevistylis, una triuridácea dioica y aclorofílica cuya semejanza con Lacandonia es más que notable, una semejanza que no pasó desapercibida a un grupo de investigadores mexicanos entre los que se encontraba Esteban Martínez, el descubridor de la especie, quienes en 2003 publicaron un artículo en el que planteaban la hipótesis de que Lacandonia se originó de un ancestro común con T. brevistilis, que tenía individuos en algunas poblaciones aisladas con estambres centrales y carpelos periféricos. El ancestro habitaba todo el entorno de la Selva Lacandona en épocas con clima más frío. Este ancestro sufrió una mutación y al cambiar la temperatura las plantas originales desaparecieron dejando a los descendientes de tierras altas (T. brevistilis) y en las partes bajas a Lacandonia.
Esta hipótesis, junto con otras evidencias y el ojo entrenado de cualquier taxónomo, ha provocado que, en el moderno sistema de clasificación de las plantas con flores, la familia Lacandoniaceae haya ido a parar a donde habita el olvido y Lacandonia haya pasado a ser un miembro (distinguido, eso sí) de la familia Triuridaceae.
Bibliografía utilizada
Ambrose, B.A., S. Espinosa-Matías, S. Vázquez-Santana, F. Vergara-Silva, E. Martínez, J. Márquez-Guzmán y E. R. Álvarez-Buylla. 2006. Comparative developmental series of the Mexican triurids support a euanthial interpretartion for the unusual reproductive axes of Lacandonia schismatica (Triuridaceae). American Journal of Botany 93(1): 15-35.
Morata, G. 2001. La historia de los genes homeóticos. Arbor CLXVIII, 662:  229-246.
Ronse De Caene, L. P. 2003. The evolutionary significance of homeosis in flowers: a morphologica perspective. International Journal of Plant Science 164(5 Suppl.): 5225-5235.
Sampedro, J. 2002. Deconstruyendo a Darwin. Drakontos Bolsillo, Ed. Crítica. Madrid.
Vergara-Silva, F., S. Espinosa-Matías, B. A. Ambrose, S. Vázquez-Santana, A. Martínez-Mena, J. Márquez-Guzmán, E. Martínez, E. M. Meyerowitz and E. R. Alvarez-Buylla. 2003. Inside-out flowers characteristic of Lacandonia schismatica evolved at least before its divergence from a closely related taxon, Triuris brevistylis. International Journal of Plant Science. 164(3): 345-357.

miércoles, 25 de enero de 2017

Lacandonia schismatica: la enigmática flor de Chiapas

Foto al microscopio electrónico
de la flor de Lacandonia schismatica.
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El próximo mes de febrero se cumplen treinta años desde que dos botánicos de la Universidad Autónoma de México enviaran a la revista Annals of the Missouri Botanical Gardens la descripción de una nueva planta con flores que presentaba unas características nunca vistas. La principal es la inversión del androceo y el gineceo, única entre aproximadamente 250.000 plantas con flores.
El viajero parece uno más de miles de turistas que cada año atraviesan la Sierra Norte de Chiapas para llegar desde San Cristóbal de las Casas hasta Palenque. Allí, se sube a una destartalada combi Wolkswagen y se dirige hacia el sureste por la estatal 307, la carretera que, entre retazos de junglas y malezas desmochadas a golpe de machete, corre paralela al sagrado Usumacinta, el río que serpentea encajado entre la Sierra Norte de Chiapas por la izquierda y la Sierra del Lacandón, ya en Guatemala, por su margen derecha. La carretera, en la que parece que los topógrafos tuvieron el acierto de evitar las curvas, une Palenque con La Trinitaria, un punto perdido en el mapa que sirvió de justificante para trazar un viejo camino decimonónico que tuvo el objetivo militar de custodiar la frontera.
Dos horas y media después de ver amanecer en Palenque y tras recorrer casi doscientos kilómetros, el viajero recompone la posición de sus ajetreadas vísceras desayunando chilaquiles en las orillas del Usumacinta en Frontera Corozal, un pueblo con calles trazadas a escuadra cuyos habitantes son en su mayoría indígenas choles. Los escasos turistas que llegan hasta allí se dirigen a las barcazas por las que remontan el río hasta la zona arqueológica de Yaxchilán, otra de las ciudades mayas que duermen el sueño eterno del olvido sepultadas por la selva. Pocos visitantes, muy pocos – apenas una docena al año, me dicen en el Centro Ecoturístico Nueva Alianza-, quieren alejarse del río para internarse en la Reserva de la Biósfera de Montes Azules. Sea cual sea su destino, unos y otros necesitan los servicios de un guía chol.
Por un puñado de pesos que no puede recordar a estas alturas, el viajero contrata a Tomás Mejía, un chol que conoce bien la trocha que conduce al humedal donde habita la enigmática flor de Chiapas. Para llegar hasta allí, guía y viajero tienen que recorrer media docena de kilómetros en el corazón de Montes Azules. Situada en el corazón de la Selva Lacandona, la Reserva está dividida en dos zonas: la primera es la zona noroeste, compuesta por una región montañosa cárstica que incluye barrancos y valles separados por sierras de altitud media, así como una meseta con lagos calcáreos. La segunda zona está compuesta por tierras bajas (80 a 200 metros sobre el nivel del mar), de relieve suave y parcialmente inundables por las aguas del río Lacantún y de su tributarios.
Hace cinco millones de años, todo este territorio era un lago que hoy se reduce a un complejo lagunar en el que destaca la laguna Lacanjá, en cuya vecindad se encuentra la trocha por la que camina el viajero. Por aquel entonces, la vegetación en estas zonas bajas era similar a la que ahora cubre las alturas medias de la Reserva: un bosque tropical perennifolio favorecido por las temperaturas más frescas, las lluvias orográficas y las nieblas constantes. En las tierras bajas por las que culebrea la trocha, la ausencia de nieblas, la caída de las precipitaciones y la mayor evapotranspiración causada por una temperatura más elevada que en la media montaña, provocan que algunos árboles pierdan la hoja y el bosque adopte una apariencia estacional en la que se mezclan los perennifolios de hojas lustrosas y los caducifolios por sequía. Es el bosque tropical subperennifolio que tiene su límite septentrional en México para descender en latitud hasta alcanzar la cuenca amazónica brasileña.
El viajero, con Tomás Mejía a su vera y otra guía, esta de papel, en la mano, es capaz de identificar los tres árboles dominantes que ya había visto en el Caribe colombiano. Aquí, en Montes Azules, el bosque subperennifolio es una selva inundable de guanandí (Calophyllum brasiliense) con tepesuchil (Terminalia amazonia) y palma de escoba (Cryosophila stauracantha). El bosque está muy castigado por la mano del hombre. Sus reservas de madera de caoba (Swietenia macrophylla) y cedro (Cedrela odorata) fueron explotadas por aserraderos extranjeros desde la mitad del siglo XIX hasta la década de 1940. Los aserraderos, muchos de los cuales se han transformado en poblados choles, se colocaban a lo largo de la parte media del Usumacinta para que los árboles talados fueran transportados por la corriente del río hasta los barcos anclados en la costa tabasqueña del Golfo. Después, la devastación de la selva ha sido descomunal debido principalmente a la inmigración de pobladores de otras regiones con el aumento del cambio de uso suelo para actividades de agricultura, ganadería y explotación maderera.
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Sin titubear entre el laberinto de acahuales, huertos, lagunazos, maizales y potreros, Mejía conduce al viajero hasta un claro de unas dos hectáreas protegido por una rudimentaria alambrada. La atraviesan y penetran en un lagunazo cárstico. El viajero sabe lo que busca y camina atento al suelo. Mejías no necesita escudriñar: sabe dónde se encuentran todos y cada uno de los ejemplares de la joya botánica que descubrió el biólogo de la UNAM Esteban Martínez Salas: Lacandonia schismatica. En latín “schisma” significa “cisma” un epíteto muy conveniente habida cuenta de que su estructura floral es la excepción que confirma la regla en el variopinto mundo de las plantas con flores o Angiospermas, en el que milita un cuarto de millón de especies.
En 1985, mientras trabajaba como colector del proyecto Flora Mesoamericana en una campaña en la zona lacandona, Martínez Salas encontró una planta que por sus características (tipo de flores, falta de hojas y de clorofila, hábito), era difícil de determinar. En septiembre de ese año un colega le sugirió que podría tratarse de un miembro de la familia Triuridaceae, en particular del género Sciaphila, que agrupa unas ochenta especies. La planta presentaba características comunes a esta familia como el gineceo apocárpico, óvulos anátropos, polen inaperturado, flores trímeras, tépalos con apéndices y endomicorrizas. De esta familia, de la que se sabe muy poco, no se conocía hasta entonces ninguna especie mexicana.
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En febrero de 1987, Esteban y la bióloga Clara H. Ramos, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, decidieron proponer la nueva especie y la sometieron para su publicación a los Annals of the Missouri Botanical Gardens, la prestigiosa revista de taxonomía vegetal que publica el Missouri Botanical Garden. Tras no pocas vicisitudes motivadas por el celo de los revisores científicos, la nueva especie, a esa alturas convertida ya en una propuesta de nuevo género único representante de una nueva familia (Lacandoniaceae), apareció publicada en 1989 en el volumen 76 de los Annals. Para hacernos una idea de la importancia de proponer una nueva familia de plantas con flores, baste decir que cuando se publicó Lacandionaceae habían pasado más de cuarenta años desde que I. W. Bailey y A.C. Smith hubieran descrito Degeneriaceae, la última familia propuesta hasta ese momento durante el siglo pasado.
¿Qué tiene de particular esta planta? Empecemos por su porte. Lacandonia es una hierba muy pequeña (como mucho alcanza 10 cm de talla) que en su hábitat pasa desapercibida al ojo no entrenado. Carece totalmente de clorofila por lo que su color es blanquecino y transparente. Es micorricica, lo que significa que, a diferencia de la inmensa mayoría de las plantas con flores, se alimenta con la ayuda de un hongo mediante la descomposición de materia orgánica, como hacen muchas bacterias y hongos. Sus finas raíces filamentosas están asociadas a hongos para facilitar la asimilación de nutrientes. Carece de hojas verdaderas. Su tallo es filamentoso y delgado (unos 0,5 mm de diámetro). Sus flores son diminutas, crecen en una rama en forma de zigzag de unos cuantos cm de largo. Esta inflorescencia puede contener hasta trece flores distribuidas en espiral.
Cada flor es una diminuta estrella casi perfecta de cuatro milímetros. Carece de cáliz y corola diferenciados, por lo que su envuelta floral tiene seis piezas indiferenciadas o tépalos transparentes. Para reproducirse, la diminuta flor se basta por si sola porque posee los dos sexos, es decir, es hermafrodita. Y ahora llega la maravillosa excepción que distingue a Lacandonia. Su flor rompe completamente con el patrón general de las plantas con flor. Este patrón consiste en órganos del perianto estériles (sépalos y pétalos o tépalos) rodeando a los órganos reproductivos masculinos y estos a su vez rodeando los órganos femeninos, los ovarios, situados en el centro de la flor.
En Lacandonia ocurre un cambio de posición entre los órganos masculinos y los femeninos. Hacia el interior de la flor, en el centro, se encuentran de 60 a 80 carpelos (los órganos femeninos) papilosos, cada uno de los cuales posee un solo primordio seminal. Los órganos masculinos son tres estambres que crecen en el centro de la flor. Los estambres se adhieren al disco por filamentos muy cortos. Las anteras tienen dos lóculos y se abren por líneas longitudinales hacia el centro de la flor.
Observando el diferente grado de madurez de las flores (las más maduras en la base de la inflorescencia, las más jóvenes en su ápice), el viajero, cuentahílos en mano, es capaz de observar proceso de formación de la flor. Primero se desarrollan los tépalos que, antes de desplegarse en forma de estrella, actúan como protectores de los meristemos interiores que rellenan el centro de la flor. El meristemo central comienza a formar lóbulos. El lóbulo central es el primordio del que se originan las anteras sésiles en el centro de la flor. Los lóbulos que lo rodean son más pequeños y formarán los carpelos.
Viene ahora otro proceso muy raro entre las angiospermas, la llamada cleistogamia preántesis (la fecundación se produce cuando la flor aún no ha abierto). Las anteras no se abren, no hay dehiscencia y los granos de polen germinan en el saco polínico. Producen un tubo que crece hasta alcanzar a los primordios seminales para que los gametos masculinos lleguen hasta los óvulos, situados en el interior de los primordios, para fecundarlos. Este tipo de autofecundación interna ocurre en tan solo 56 de las 415 familias que, según el Sistema de clasificación APG III, forman parte de las angiospermas. Los frutos son aquenios ovoides que no alcanzan el milímetro de longitud. Son papilosos, con estilo persistente y ligeramente esponjosos. La semilla mide 0,5 mm de largo por 0,25 mm de ancho y es pardo-oscura. Germina perfectamente en el campo, pero no se ha conseguido cultivar en laboratorio debido a que aún no se ha conseguido aislar el hongo que la micorriza.
Está claro que en Lacandonia ocurre un cambio de posición entre los órganos masculinos y los femeninos. Este fenómeno es conocido como homeosis, un proceso de desarrollo mediante el cual los atributos de una estructura orgánica se transfieren a la posición ocupada por una estructura diferente.
La homeosis es un proceso tan esencial en Biología del Desarrollo que merece un tratamiento aparte. Para no dejarles con la mosca detrás de la oreja, en la próxima entrada me ocuparé de eso, de una mosca.

Bibliografía utilizada
Ambrose, B.A., S. Espinosa-Matías, S. Vázquez-Santana, F. Vergara-Silva, E. Martínez, J. Márquez-Guzmán y E. R. Álvarez-Buylla. 2006. Comparative developmental series of the Mexican triurids support a euanthial interpretartion for the unusual reproductive axes of Lacandonia schismatica (Triuridaceae). American Journal of Botany 93(1): 15-35.
Martínez, E. y C. Hilda R., 1989. Lacandoniaceae (Triuridales): Una nueva familia de México. Annals of the Missouri Botanical Garden 76(1): 128-135.
Márquez-Guzman, J. S. Vázquez-Santana, E. M, Engleman, A. Martínez-Mena y E. Martínez. 1993. Pollen development and fertilization in Lacandonia schismatica (Lacandoniaceae). Annals of the Missouri Botanical Garden 80(4): 891-897.