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jueves, 24 de agosto de 2023

EL PRÓXIMO 30 DE AGOSTO TENDREMOS “SUPERLUNA AZUL”

 



Agosto comenzó con una brillante luna llena, pero la noche del 30 de agosto otra aún más grande iluminará los cielos en un fenómeno especial llamado “superluna azul”, un nombre erróneo que obedece a un error que se arrastra desde 1946.

El fenómeno lunar que pondrá fin al penúltimo día de agosto se produce por la coincidencia de dos características lunares poco frecuentes: una superluna, que, gracias a un truco cerebral, aparece cuando la luna parece más grande de lo habitual, y una luna azul, la segunda luna llena en un mes. 

Según la NASA, una luna azul solo aparece una vez cada dos o tres años como media, y una luna azul que sea también una superluna es aún más rara: aunque excepcionalmente pueda lucir dos veces en dos meses, podrían pasar 20 años antes de que el fenómeno se repita. Como media, un fenómeno de este tipo ocurre una vez cada década. Foto NASA.

Quienes esperen ver la superluna azul del miércoles próximo brillar con un color distinto al habitual es posible que se sientan decepcionados porque la superficie lunar no cambiará de color, pero sí deberían apreciar su rareza. La última luna azul apareció en agosto de 2021 y, después de la de este mes, no volverá a hacerlo hasta mayo de 2026.

Cada 29,53 días, nuestro único satélite natural ejecuta una fase lunar completa, pasando de una luna llena brillante a una luna nueva oscura y luego a una luna llena. Dado que los 29,53 días duran más o menos que los meses de nuestro calendario, la mayoría de los meses solo tienen una luna llena. Pero como nuestro calendario se basa en el movimiento de la Tierra alrededor del Sol y no en las fases de la Luna, los períodos no coinciden exactamente. Por eso, a veces ocurren dos lunas llenas en un mes, mientras que febrero, con sólo 28 o 29 días, nunca gozará de una luna azul.

Las superlunas aparecen porque la órbita de la Luna alrededor de la Tierra no es un círculo perfecto. En consecuencia, la distancia entre ambas varía a medida que la Luna gira a nuestro alrededor. Hay luna llena aproximadamente tres o cuatro veces al año, cuando la Luna está en perigeo, su punto más cercano a la Tierra. Fuente.

Las superlunas son un 7 por ciento más grandes que la luna llena promedio y un 14 por ciento más grandes que una luna llena en su punto más distante de la Tierra, el apogeo. Foto NASA.

Quizás lo explique mejor con otro símil. Imagine que recibe una transferencia bancaria cada dos semanas. Tarde o temprano terminará recibiendo dos transferencias en un mes, ya que dos períodos de pago de 14 días (28 días) no coinciden exactamente con la duración de los meses del almanaque. Eso es, en esencia, lo que sucederá el miércoles 30, pero será una “transferencia” a escala cósmica.

Fases lunares durante agosto de 2023. Elaboración propia.

Pero, si la superluna de ese día en realidad no será azul, ¿de dónde demonios procede el nombre? Otros fenómenos lunares tienen un nombre justificado. Por ejemplo, los americanos llaman a la primera superluna de primeros de agosto la “luna del esturión”, un nombre relacionado con el folclore de los indígenas que, por esas fechas, asistían al comienzo del ascenso de los esturiones a los Grandes Lagos.


En cambio, la historia del término luna azul es una pieza de folclore moderna, a la que se ha pretendido disfrazar de antigua. A principios de 1900, en publicaciones como el Maine Farmers’ Almanac (Almanaque para granjeros de Maine), el término “luna azul” se usaba para referirse a cuando en una estación determinada aparecían cuatro lunas llenas, una más de las tres habituales. En esos casos, la tercera luna llena se conocía como “azul”. 

En 1946, el astrónomo aficionado James Hugh Pruett interpretó incorrectamente el término en un artículo que escribió en Sky & Telescope utilizando el significado que conocemos hoy. El error se repitió varias veces (en particular, en varios programas televisivos de los 80) y, finalmente, la nueva definición se mantuvo. Desde entonces, el término se ha utilizado con múltiples fines: una novela, una mariposa o una popular cerveza belga. Todo un éxito, habida cuenta de que nadie ha podido ver jamás una Luna de color azul… salvo en contadas excepciones.



Cuando hay grandes incendios forestales o erupciones volcánicas que arrojan suficiente humo o cenizas a la atmósfera la Luna puede aparecer ligeramente tintada de azul. Si las partículas de la ceniza miden aproximadamente una micra (una millonésima parte de un metro), pueden interactuar con la luz que se refleja en la Luna, dispersando la luz roja de longitud de onda larga y dejando que solo la luz más azul sea visible desde el suelo. Esto ha sucedido varias veces en la historia, como durante la erupción del monte Pinatubo en Filipinas en junio de 1991, que hizo que la luna adquiriera un tono verde azulado en varios lugares del mundo.

Quizás esa excepcionalidad explique el significado más utilizado del término, “ocurrió una vez durante una luna azul”, que se refiere a algo que sucede muy raramente y que se suele utilizar mucho en Estados Unidos.

Presenciar una luna que sea verdaderamente azul será mucho más difícil y es posible que necesites tener paciencia y esperar a que se produzca una explosión volcánica gigantesca. ©Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.