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miércoles, 3 de julio de 2019

¿Por qué los hombres somos los primates con el pene más grande?

La evolución de la bipedestación que caracteriza a los humanos ha traído consecuencias dolorosas para la madre y ha hecho del neonato un consumado contorsionista, también las ha traído en el caso del padre, aunque parezcan algo más venturosas.
En las hembras de los mamíferos la vagina se abre en la parte posterior del cuerpo y se dirige hacia el interior en un plano horizontal ligeramente inclinado hacia abajo, lo que facilita la progresión de los espermatozoides hacia el fondo, en dirección al cuello del útero, el cual se dispone también como un pasillo prácticamente horizontal en cuyo fondo se encuentra el óvulo. Cuando la hembra de un simio está receptiva y el macho se le aproxima por la espalda, aquella levanta sus cuartos traseros y, sin más carantoñas, el macho la monta para comenzar una brevísima cópula. Una vez inseminada, la hembra puede deambular sin perder el semen depositado en la vagina, porque al andar a cuatro patas no hay riesgo alguno de que el fluido seminal resbale gravitacionalmente.

Publicado originalmente en The Conversation. Sigue leyendo aquí