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lunes, 1 de agosto de 2016

Reservas estratégicas de petróleo

La mayoría de los países de la OCDE guardan vastas reservas en barriles de petróleo de las que pueden echar mano en caso de desabastecimiento. Son las llamadas Reservas Estratégicas (SPR, por sus siglas en inglés) que, en el caso de Estados Unidos, el país que almacena la reserva más grande del mundo, pueden guardar 713 millones de barriles (MB) o, si lo prefieren, a 113,4 millones de metros cúbicos, un volumen suficiente para llenar 45.360 piscinas olímpicas. Cuando redacto este artículo, la web en la que el Gobierno federal actualiza las reservas anuncia que el inventario es de 695,1 MB, un volumen que aproximadamente serviría para satisfacer 38 días de consumo diario de un país que, en promedio, consume 18,5 MB (2.940,000 metros cúbicos) de petróleo al día. Si ese petróleo saliera ahora mismo a la venta, cuando el precio del barril está a unos 45 dólares, su valor ascendería a unos 30.000 millones de dólares.

Semejante volumen se encuentra inmerso en una red de 60 grutas naturales subterráneas formadas en domos salinos a unos mil metros de profundidad, que han sido excavadas y ampliadas para adaptarlas al almacenaje de crudo. Están distribuidas en cuatro puntos situados en la costa del Golfo de México, desde Baton Rouge, Luisiana, hasta Freeport, Texas, cada uno de los cuales está localizado cerca de grandes refinerías. Como la sal es impermeable al crudo, y una y otro no se mezclan y tampoco se crean fisuras, las cavernas se han construido a modo de gigantescas cúpulas de sal que son un almacén perfecto. Pero no imaginen que las cúpulas emergen como el Duomo de Florencia, porque aún en vuelos bajos no se pueden apreciar desde la superficie, sobre la que apenas emergen algunos tanques y tuberías que no permiten adivinar lo que se oculta debajo.

Gestionar estas infraestructuras, cuya construcción supuso una inversión federal de 4.000 millones de dólares y cuyo mantenimiento generó en 2015 un gasto de 200 millones de dólares, tiene sus propios retos. Por ejemplo, las cavernas de sal no son del todo estables y con frecuencia se desprenden fragmentos de ellas causando daños en la maquinaria. Por eso no hay personal en las cavernas cuyo manejo está robotizado por control remoto. Periódicamente las cavernas se vacían para tomar imágenes de sónar del interior, con las que se genera una imagen tridimensional del espacio que permite comprobar el estado de las instalaciones.

SPR de Big Hill, Texas. Como otros SPR, es un diapiro salino natural.
Consta de 14 cavidades de unos 250 metros de alto y 60 de ancho, 
que pueden almacenar un volumen equivalente a 12 millones de barriles.
El origen de la SPR estadounidense se remonta a la crisis del petróleo de 1973, cuando los exportadores de petróleo árabes cortaron los suministros a Occidente como castigo por el apoyo de Estados Unidos a Israel durante la guerra del Yom Kippur. Ese conflicto bélico, también conocido como la guerra árabe-israelí de 1973, fue librado por una coalición de países árabes liderados por Egipto y Siria contra Israel desde el 6 al 25 de octubre de 1973. La guerra provocó que Estados Unidos se quedara sin suministro de petróleo desde los países árabes.

En aquel tiempo Estados Unidos era tan dependiente del petróleo de Oriente Medio que los precios del carburante se dispararon. Eso se tradujo en racionamientos de la gasolina y en colas interminables en las estaciones de servicio. La gente comenzó a temer que le robaran la poca gasolina que tenían, por lo que hubo quienes protegieron sus vehículos con armas de fuego. Un par de años después Estados Unidos comenzó a construir su SPR, la red de cavernas subterráneas llenas de crudo.

Gracias a estas reservas, hoy por hoy, aunque fallara el suministro, Estados Unidos podría enfrentar el alza del precio y la presión de los mercados globales sin problemas. «El formidable tamaño de la SPR la convierte en un importante factor disuasorio ante los cortes en la importación de petróleo y es una herramienta clave de la política exterior», asegura el gobierno estadounidense en su página de internet. Y en esa línea, que afecta tanto a la política exterior como a la doméstica en el caso de catástrofes naturales, la SPR ha ayudado a Estados Unidos a salir airoso de varias situaciones difíciles.

SPR de Shibushi, Japón. Imagen de Google Earth
Así ocurrió con ocasión del cierre del estrecho de Ormuz cuando los iraníes derrocaron al sha y este huyó del país el 16 de enero de 1979, dejando el poder los ayatolás de Jomeini. La producción iraní había vuelto a cerca de la mitad de sus niveles anteriores a la revolución a finales de 1979, pero se desplomó otra vez cuando Irak lanzó una guerra contra el país el 22 de septiembre de 1980 y la pérdida combinada de producción de los dos países de nuevo ascendió a alrededor del 6% de la producción mundial de la época. Otro tanto ocurrió durante la primera Guerra del Golfo (1990-1991), un conflicto entre Irak y una coalición de países liderados por Estados Unidos en respuesta a la invasión iraquí de Kuwait, cuando se interrumpió el suministro de petróleo desde Oriente Medio. En 2005, la reserva comenzó a atender las peticiones urgentes de carburante de emergencia durante las 24 horas posteriores a que el huracán Katrina tocara tierra.

Estados Unidos no es el único país que ha invertido grandes cantidades de dinero en reservas estratégicas de petróleo. Los acuerdos internacionales obligan a que las naciones miembros de la Organización Internacional de Energía (OIEA) deben mantener reservas de petróleo equivalentes a 90 días de importaciones. Japón, por ejemplo, tiene unas reservas equivalentes a 500 MB en enormes tanques que, esta vez sí, cualquiera puede ver al sobrevolar los tanques de Shibushi, en el suroeste del país, justo en la costa, lo que, tras el terremoto y el tsunami que azotó el país en 2011, los convierte para algunos expertos en extremadamente vulnerables. Por presiones demográficas y económicas, India y China, que no forman parte de la OEIA, también han destinado fondos a sus reservas estratégicas en los últimos años.

SPR de Zhendai, China. Imagen de satélite de Google Earth
Los estadounidenses consumen 22 barriles por persona y año, que es cinco veces más que lo que consume la media mundial y nueve veces más que China. China, empero, encabeza ahora las compras mundiales de coches y se ha convertido en el tercer mayor importador de petróleo. Hace muy poco, en 1992, China era exportadora neta de petróleo. Desde entonces, su consumo se ha multiplicado por cuatro y en 2011 tuvo que importar el 60% del petróleo que consumió. Ese año, China importó seis MB diarios, un 7,2 de la producción mundial total y entró en competencia con Estados Unidos, Japón o la UE. El consumo chino de petróleo ha igualado sus tasas de crecimiento anual: 5-10%.

Una caverna subterránea de roca natural 
reformada como SPR cerca del 
puerto de Visakhapatnam, India. 
.
Así las cosas, Pekín tiene planes muy ambiciosos que prevén una gran variedad de lugares de almacenamiento, infraestructuras estatales y comerciales, que puedan albergar tanto crudo como en Estados Unidos. A diferencia de India, que ha optado por el modelo de las grutas salinas, China no posee cavernas de sal, porque ha optado por almacenar en tanques en la superficie. Esos depósitos son fáciles de identificar con Google Earth y en fotografías de satélite: forman filas y filas de puntos blancos en lugares como Zhenhai, en el sureste del país, donde se almacena una cantidad de petróleo equivalente a 33 millones de barriles.

No todos los gobiernos mantienen esas reservas a sus propias expensas. Reino Unido, por ejemplo, obliga a que la industria petrolera mantenga excedentes para que el Gobierno pueda disponer de él de forma inmediata. Ese es, básicamente, el modelo que se sigue en España, donde la aplicación del derecho comunitario establece que se debe disponer de unas existencias mínimas de seguridad de 92 días equivalentes de consumo de los principales productos petrolíferos. Las compañías petroleras que operan en España deben tener reservas para abastecer 50 de esos días, mientras que de los 42 restantes se encarga CORES (Corporación d0e Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos), un organismo de derecho público sin ánimo de lucro, tutelada por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo (MIET), que fue designada en diciembre de 2013 la Entidad Central de Almacenamiento prevista en la Directiva 2009/119/CE.

CORES no posee almacenes específicos, pero contribuye a garantizar la seguridad de suministro de hidrocarburos en España mediante el mantenimiento de reservas de productos petrolíferos y el control de las existencias que mantiene la industria en lo referente a productos petrolíferos, gases licuados del petróleo (GLP) y gas natural. En caso de crisis de abastecimiento de petróleo, nacional o internacional, y bajo la supervisión del MIET, la corporación contribuye a garantizar la continuidad del suministro coordinando la puesta en consumo de las existencias de productos petrolíferos necesarias.

En definitiva, España, al igual que el resto de países pertenecientes a la Unión Europea, tiene suscritas las obligaciones de mantenimiento de existencias de seguridad de productos petrolíferos, así como la participación en las acciones colectivas en caso de crisis de suministro desde su doble condición de miembro de la Agencia Internacional de la Energía y miembro de la Unión Europea.