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jueves, 24 de noviembre de 2016

Un garbeo por Marrakech

La Cumbre del Clima de Marrakech, celebrada la semana pasada, ha sido positiva. La mayoría de los países han apostado por continuar con el Acuerdo de París, es decir, siguen comprometidos a reducir sus emisiones para evitar traspasar el umbral del 1,5 ºC en la subida de temperaturas. Además, 47 países en vías de desarrollo se han comprometido a tener un sistema energético totalmente basado en renovables. Y, lo mejor de todo, ha quedado claro que es un problema que nos afecta a todas las personas y en el que tenemos que cooperar para evitarlo.
Pero no todos los países han estado a la altura de este compromiso, y España ha sido uno de ellos.
Primero, Mariano Rajoy vino a Marrakech a visitar al rey de Marruecos, y se pasó por la Cumbre del Clima sólo a hacerse la foto. Habría tenido la oportunidad de intervenir en la ceremonia de los presidentes, pero no entró en sus prioridades del viaje.
La ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, volvió a anunciar una ley de cambio climático que no tiene todavía diseñada. Cuando le preguntaron por las energías sucias dijo que eso corresponde al Ministerio de Industria. ¿Cómo pretenden hacer una ley de cambio climático que no afecte al carbón, al petróleo y al gas?
Por su parte, el recién nombrado ministro de Industria, Álvaro Nadal, artífice del hundimiento de las renovables en España y convertido ahora en la zorra al cuidado del gallinero, dejó muy claro que no contemplaban definir una fecha para el cierre del carbón, y que eso lo iba a marcar “el mercado”. No las personas, nuestra salud, el bienestar o el medio ambiente, sino “el mercado”. ¿Por qué no diseñar las normas para que los mercados sean los que responden a las necesidades de las personas? Por ejemplo, muchos países europeos ya han asegurado que las centrales térmicas se cerrarán para 2025, lo que ayuda tanto a inversores como a las regiones a planificar su economía y su desarrollo lejos del carbón con energías limpias y empleos sostenibles.

Esta primera falta de actuación del nuevo Gobierno evidencia una nueva apuesta por la economía de las grandes empresas, antes que por el medio ambiente y las personas. Por ello, tenemos que estar más preparados que nunca para llegar a donde el Gobierno no quiere, y exigirle que tome las medidas necesarias en la lucha contra el cambio climático y el resto de problemas ambientales.

jueves, 13 de octubre de 2016

Fracking: ascenso y caída de la fractura hidráulica en Europa


Después de años de bombo y platillo «anunciando ganancias y más ganancias y ante la negativa de muchos países de permitir el fracking, las empresas dedicadas a la extracción de gas de esquisto parecen haber perdido la esperanza de una revolución energética en la mayoría de países de Europa».

Cuando el comisario de Comercio de la UE se reunió con los representantes de Exxon a puertas cerradas hacer varios años, su mensaje a los petroleros era inequívoco: la revolución del gas de esquisto de Estados Unidos era la antesala de una idéntica en la UE.

El fracking fue visto como la gran salvación del viejo continente y un proceso mediante el cual aumentarían las esperanzas de independencia energética, gracias a un combustible fósil relativamente barato y con un impacto climático reducido. En 2011, el entonces presidente de Polonia, Donald Tusk, ya se había comprometido a iniciar la fractura hidráulica comercial en 2014, después de los estudios geológicos estimasen que el país podría tener hasta 768 billones de metros cúbicos de reservas de gas de esquisto.

P
ero las cosas cambiaron ya que las tensiones fueron creciendo en Ucrania y en Europa. La seguridad energética y la competitividad fueron las nuevas prioridades políticas y hubo un aumento en la presión por parte de los activistas que denostaban el fracking y predecían sus nefastas consecuencias. En 2013, un ejecutivo de BP no identificado advirtió a Günther Oettinger, comisario de Energía de la UE, que los bajos precios del gas de Estados Unidos habían dañado la competitividad del mercado y advertía que en Europa podía darse un caso similar.

Tres años más tarde, las cosas han cambiado radicalmente. Francia, Alemania y Escocia han prohibido toda la fractura hidráulica. El grupo de los gigantes petroleros encabezados por Exxon, Chevron y Marathon que pretendían llevar a cabo una revolución económica en Polonia y en Dinamarca se ha marchado con las manos vacías.

En Rumania, los intentos de Hillary Clinton para reactivar un mercado de gas de esquisto para las empresas estadounidenses terminaron en protestas masivas y en la salida de Chevron. En Bulgaria, la misión comercial de Estados Unidos terminó en una prohibición de la fractura hidráulica. Recientemente en el Reino Unido, el partido Laborista anunció planes para prohibir la fractura hidráulica en todo el territorio si es elegido. Aunque muy criticada por unos y aplaudida por otros, esta iniciativa marca un nuevo cambio en la actitud del país, frente al fracking.

En el continente europeo hay quienes defienden el fracking y hablan de fuentes de trabajo y de recursos muy accesibles, pero los ecologistas y ambientalistas son los mayores detractores de este sistema, dado que es altamente contaminante y tienen grandes riesgos de producir movimientos sismológicos artificiales.

Para Amigos de la Tierra, el desplome del desarrollo del fracking en Europa se debe principalmente a que industria de los combustibles fósiles norteamericana se ha encontrado un contexto muy diferente en Europa, cuya densa población no está acostumbrada a vivir en las proximidades de campos de producción de gas y que posee y aplica, normas ambientales más estrictas.

Tal y como están las cosas, el Reino Unido, siempre y cuando no ganen los laboristas podría ser el único sitio en el que aún se permitiría el fracking en Europa, pero el país se va quedando solo ante la deserción en masa de sus ex vecinos.

En España, el coro de palmeros del ex ministro Soria que se vanagloriaba en España de todo lo que crecería el país gracias al fracking, después de varios y duros golpes como las prospecciones de Canarias, los problemas con los terremotos del almacén Castor y las nuevas medidas medioambientales, ahora se los ve cabizbajos y muy calladitos. Y es que el fracking se ha demostrado que tiene unos efectos realmente catastróficos a nivel ambiental, pero como en España somos como somos, hasta que no sentimos en carne propia la devastación, no nos convencemos de que lo que advierten los que saben, suele tener una base científica.

Y claro, cuando llegaron los gigantes petroleros, nuestros políticos se “subieron al carro”, les dijeron a todo que sí y aportaron su parafernalia mediática, para bajarse en la primera parada, mareados de tanto sismo y con un manifiesto malestar ante la evidencia de que no era oro todo lo que relucía.

Y en realidad no es que nada haya cambiado bajo el sol de España, sino que seguir con el paripé de que todo está genial y el fracking es estupendo era insostenible, así que les han dicho a los señores norteamericanos, que “gudbay” y muchas “fenkius” y aquí no ha pasado nada.
Fuente.

miércoles, 12 de octubre de 2016

El Acuerdo de París entrará en vigor el 4 de Noviembre

La puesta en marcha del Acuerdo de París sobre el cambio climático[1], aprobado en la conferencia de Naciones Unidas el pasado 12 de diciembre de 2015, estaba sujeta a dos requisitos: que al menos 55 partes lo ratificaran y que estas sumaran como mínimo el 55% de las emisiones globales de gases contaminantes. Según los datos de la Secretaría de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el objetivo se logró el pasado 6 de octubre.

Cuando redacto estas líneas (7:35 am del 12 de octubre), 76 partes de las 197 de la convención lo han ratificado, lo que representa casi el 60% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Al superar estos dos umbrales, el acuerdo entrará en vigor 30 días después, es decir el próximo 4 de noviembre de 2016, unos días antes del inicio de la celebración de la Cumbre del Clima que este año tendrá lugar en Marrakech (Marruecos) del 7 al 18 de noviembre (COP22).

«Los países han hecho posible la entrada en vigor del Acuerdo de París a una velocidad sin precedentes en la historia reciente de los acuerdos internacionales. Es una rotunda confirmación de la importancia que las naciones dan a la lucha frente al cambio climático y al aprovechamiento de las muchas oportunidades inherentes al Acuerdo de París», ha declarado Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la CMNUCC.

Para Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, el fuerte apoyo internacional a la entrada en vigor del Acuerdo de París demuestra que es urgente actuar y refleja que existe entre los gobiernos un fuerte consenso para la cooperación internacional que es esencial para afrontar el reto climático: «Por encima de todo, la entrada en vigor es una buena señal de la urgente y acelerada implementación de la acción climática tan necesaria para hacer posible un mundo mejor y más seguro, y apoyar además el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible».

La entrada en vigor del Acuerdo de París tiene una serie de importantes implicaciones como la entrada en funcionamiento de su órgano de gobierno, conocido como CMA, es decir la Conferencia de las Partes. Como la cuenta atrás para la entrada en vigor ya ha comenzado de manera formal, esoo que significa que la CMA se producirá durante la COP 22.

Por otro lado, los planes nacionales de acción climática, conocidos formalmente como las contribuciones previstas determinadas a nivel nacional (INDC, por sus siglas en inglés), que las Partes presentaron como aporte al Acuerdo de París, se transformarán en contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC). En cualquier momento, los países pueden revisar estos planes para aumentar su nivel de contribución. Un elemento clave del Acuerdo de París es que estos planes solo pueden ser revisados al alza. Nunca podrán ser revisados introduciendo objetivos menos ambiciosos.

«Desde París, la acción climática de países, inversores, inversionistas, ciudades, regiones, territorios y estados no ha cesado y con la implantación completa del acuerdo se asegura que este esfuerzo colectivo continúe, aumentando sin cese, hasta garantizar un futuro sostenible y seguro», ha explicado Espinosa.

Los gobiernos estarán también obligados a tomar medidas para lograr los objetivos relativos a la temperatura consagrados en el acuerdo, es decir, limitar el aumento de la temperatura en este siglo a menos de 2ºC con respecto a los niveles de la era preindustrial y proseguir los esfuerzos para que ese aumento no supere los 1,5ºC.

Otro asunto clave es asegurar que realmente se movilizan para 2020 los 100.000 millones de dólares que los países desarrollados han prometido a los países en desarrollo. También se deben producir inversiones mayores por parte de inversores, bancos y sector privado con el objetivo de lograr la cifra de entre 5 y 7 billones que se necesita para hacer posible la transformación a nivel mundial.

A esto se añade otra etapa clave: concluir con éxito las negociaciones de elaboración del reglamento para la aplicación efectiva del Acuerdo de París, que será un modelo a escala global para informar y rendir cuentas de las medidas climáticas. Cuando esté terminado, este reglamento hará posible su aplicación completa, y establecerá los requisitos concretos para que los países y otros actores informen de manera abierta y contabilicen sus acciones a favor del clima. 

La puesta en marcha del Acuerdo de París es mucho más de un paso en el camino. Es un logro político extraordinario que ha abierto la puerta a un cambio fundamental en la manera en la que el mundo percibe y se prepara para actuar frente al cambio climático mediante acciones más contundentes a todos los niveles por parte de los gobiernos, las empresas, el mundo de la inversión y la sociedad civil.





[1] Los 12 puntos fundamentales para entender el Acuerdo de París pueden leerse en este enlace.

martes, 11 de octubre de 2016

Cómo se defienden las aves de los huracanes

La televisión muestra los daños causados por el huracán Matthew en su recorrido por la costa oriental de Estados Unidos después de golpear Cuba y haber provocado un gran desastre en la desdichada Haití. Matthew ha traído consigo algunas de las precipitaciones más elevadas y los vientos más potentes registrados en los últimos tiempos en la costa atlántica estadounidense. Sí, ya sé que lo políticamente correcto es preocuparse por los daños materiales y la capacidad de las personas para resistir los desastres naturales, pero ¿cómo resisten las aves los efectos de un huracán?

No he podido acceder a ningún registro oficial en el que se cuantifiquen las aves víctimas de un huracán, pero está claro que las cifras deben ser elevadas, sobre todo en las aves de alta mar que no encuentran refugio seguro durante las tormentas. Por eso, llegada la calma, las playas afectadas por huracanes aparecen llenas de cadáveres de pájaros. La mayoría de los huracanes del Atlántico se producen a finales de verano y principios de otoño, por lo que la temporada de huracanes coincide con la migración de las aves y puede perturbar gravemente sus patrones de migración.

Hay que tener en cuenta que entre el 40 y 50% de las aves son migratorias, que a menudo viajan miles de kilómetros al año entre sus zonas de verano y de invierno. La única manera de que puedan lograrlo es poseer habilidades increíbles que van mucho más allá de lo que podemos imaginar. La migración, en su sentido más básico, es una respuesta al cambio climático, puesto que se trata de encontrar alguna manera de enfrentarse a un régimen de cambio de temperatura y a la disponibilidad de alimentos. Para las aves, los ciclones, las tormentas y otros fenómenos meteorológicos han sido siempre parte del peaje de su régimen itinerante, por lo que han desarrollado estrategias estables para enfrentar la inestabilidad.

Muchas aves quedan atrapadas en por las tormentas y son arrastradas lejos de sus territorios habituales hasta aterrizar frecuentemente en lugares inhóspitos hasta los que llegan  demasiado maltratadas y debilitadas para sobrevivir. Otras, aunque no mueran ni sean arrastradas por las tormentas, pueden morir de hambre porque son incapaces de alimentarse mientras que las condiciones atmosféricas les son desfavorables. El número de aves que mueren como resultado de uno de los grandes huracanes debe llegar a cientos de miles.

Las poblaciones de aves no amenazadas son capaces de soportar tales pérdidas y lo han hecho durante millones de años. El huracán Hermine, que pasó por Norteamérica la primera semana de septiembre, transportó potencialmente miles de aves desde el Golfo de México hacia los estados del sureste. Lo sabemos porque el radar del Servicio Meteorológico Nacional muestra claramente señales atrapadas dentro del ojo seco del tornado que corresponden a aves.

Imágenes de radar del Servicio Meteorológico Nacional de EEUU el 2 de septiembre de 2016 que muestran a la derecha la presencia de bandadas de aves en el vórtice del huracán Hermine. Fuente.
Las aves quedan atrapadas en un huracán introduciéndose en la cola de la espiral y moviéndose hacia el ojo del mismo. De esa forma, en lugar de luchar contra los vientos, utilizan el huracán como una especie de tirachinas para impulsarse hacia delante a toda velocidad: se instalan en la zona de calma del huracán y viajan en su interior hasta que el huracán va perdiendo potencia mientras que se disipa. La mayoría de las aves marinas, si no están demasiado débiles por haber volado durante tanto tiempo sin comer, abandonan el debilitado huracán y se dirigen hacia la orilla segura más cercana.

Por supuesto, eso significa que algunas especies serán transportadas desde los trópicos hasta las latitudes medias, los que pone en alerta roja a los observadores de aves. Aunque a menudo las aves arrastradas por las tormentas lejos de sus territorios no sobreviven, no es raro que los observadores de aves las registren en lugares extraños a su hábitat. Por lo general, esos avistamientos registran la presencia muy tierra adentro de aves marinas que aparecen en lagos y embalses. 

De hecho, las primeras citas de aves marinas en los registros de algunos sitios obedecen a esas causas. Hay incluso observadores de aves que, ávidos de anotarse la efímera “gloria” de una nueva cita, corren a las aguas continentales después del paso de un huracán. Otros estudian cuidadosamente los mapas del tiempo para intentar predecir en que lugar van a terminar las aves barridas por los huracanes. Por el contrario, nada se sabe de las aves terrestres que son arrastradas hacia el mar.

Charrán común (Onychoprion anaethetus). Fuente.
Después del huracán Irene de 2013 fueron avistadas en las costas norteamericanas varias especies de charranes embridados (Onychoprion anaethetus), charranes sombríos (Onychoprion fuscatus) y tiñosas comunes (Anous stolidus), que son aves marinas tropicales que anidan en el Caribe. Entre las aves que son transportadas con más frecuencia se cuentan los petreles cabecinegros (Pterodroma hasitata) que se avistan regularmente en alta mar siguiendo la Corriente del Golfo. En los últimos cincuenta años, todas las citas de la especie en el interior de Estados Unidos se han hecho inmediatamente después de los huracanes.

El huracán Sandy no defraudó  a los ornitólogos. Era un gigantesco híbrido de frentes invernales y tormentas tropicales de un enorme alcance, que transportó consigo más aves que ningún otro conocido. Las páginas ebird.org y birdcast.info, en las que los observadores estadounidenses registran los avistamientos excepcionales, echaban humo. Entre otras, el avefría (Vanellus vanellus), un ave costera europea, apareció en Massachusetts; el pibí oriental (Contopus virens), que anida en Suramérica, apareció en Nueva York y Ontario; los petreles de Trindade (Pterodroma arminjoniana), que normalmente pasan toda su vida sobre el océano abierto frente a Brasil, fueron registrados por primera vez en el oeste de Pensilvania; bandadas de paíños boreales (Oceanodroma leucorhoa) y de págalos pomarinos (Stercorarius pomarinus), unos parientes árticos de las gaviotas, se dejaron ver sobrevolando Manhattan en un inédito vuelo de regreso hacia el norte. Días más tarde, nadie los volvió a ver: presumiblemente, todos los pájaros habían volado hacia sus lugares de origen.

Iguaca puertorriqueña (Amazonia vittata). Fuente.
Los huracanes pueden tener graves consecuencias para las especies amenazadas o en peligro de extinción, muchas de las cuales se encuentran en islas tropicales, que son los lugares más afectados por los huracanes. Por ejemplo, el huracán Hugo de 1989 mató a la mitad de los loros puertorriqueños o iguacas (Amazonia vittata), una especie endémica de Puerto Rico y en peligro crítico de extinción. El cuitlacoche de Cozumel (Toxostoma guttatum), un pájaro de la familia de los mímidos endémico de la isla de Cozumel junto a la península de Yucatán, quedó al borde de la extinción después del paso del huracán Gilbert en 1988. Se piensa que el huracán Iniki de 1992 pudo haber acabado con los últimos supervivientes de tres especies de aves de Hawái que no han vuelto a verse desde entonces.

Además de los efectos físicos directos, los huracanes también pueden provocar efectos perjudiciales sobre los hábitats de la avifauna. Las especies que anidan en los huecos de los árboles pueden resultar especialmente afectadas porque el viento huracanado puede arrancar los árboles en los que anidan o romper de cuajo los lugares del tronco debilitados por las cavidades de anidamiento. El huracán Hugo, que afectó a las Carolinas en 1989, destruyó la mayor parte de los árboles de la zona de anidamiento de Leuconotopicus borealis, un pájaro carpintero endémico de los pinares costeros del sureste de Estados Unidos. Un pinar del que se tienen datos perdió el 87% de los árboles con nidos y el 67% de los pájaros carpinteros. Un plan de restauración basado en a instalación de cajas nido artificiales ha logrado recuperar la población hasta sus niveles previos al paso del Hugo.

Es importante tener en cuenta que los efectos a largo plazo de los huracanes sobre las aves no son necesariamente negativos. Cualquier perturbación puede ser mala para algunas especies, pero beneficiosa para otras. Por ejemplo, los huracanes provocan claros en los bosques que son rápidamente aprovechados por especies cuyo hábitat son los matorrales que colonizan las zonas forestales aclaradas. Las aves migratorias desviadas de su trayectoria pueden encontrar hábitats favorables para fundar allí nuevos asentamientos; esos fenómenos pueden ser los responsables de la mayoría de los episodios de colonización de islas remotas.

Por otra parte, los huracanes han existido desde hace millones de años y forman parte del sistema en el que se desenvuelven las aves. Solamente tienen efectos letales cuando los seres humanos hemos llevado a determinadas especies al borde de la extinción o cuando nuestra incidencia en el cambio climático global incrementa la frecuencia de los huracanes, alterando así el ritmo y el modelo normal en cualquier zona.

Pareja de azulones (Sialia sialis). La hembra arriba. Fuente.
¿A dónde van los pájaros para la protegerse durante de ventiscas, tormentas, huracanes y tornados? Las aves tienen una capacidad asombrosa para encontrar refugio de las tormentas y lo hacen de manera muy variable, dependiendo de la especie y de su hábitat natural. Tomemos algunos ejemplos de los que existen datos contrastados. Empecemos por las especies de Sialia, un género que agrupa a tres especies de bluebirds (azulones), unos pájaros americanos cuya área de distribución se extiende de Canadá a Honduras. Los azulones por lo general hibernan por el norte, en Nueva Inglaterra. Aunque son aves cuyo comportamiento habitual es territorial, cuando el frío arrecia o las tormentas se desatan, se agrupan formando comunas en lugares protegidos, muchas veces en cajas nido artificiales. Hay fotografías de trece azulones machos hacinados en una caja prevista para una sola pareja. Este comportamiento les permite abrigarse conservando el calor corporal  y la mantiene protegidas del viento, la lluvia y la nieve.

Otros pájaros como carboneros, herrerillos y carpinteros, que anidan en oquedades, también buscan antiguas cavidades abandonadas en árboles muertos u ocupan cajas nidos de otras aves para protegerse durante la tormenta. Los agateadores, que suelen anidar bajo un trozo desgajado de la corteza de los árboles, emplean la misma estrategia para defenderse del frío. Las bandadas de pinzones se cobijan en fisuras de rocas para protegerse del viento helado.

Las desconfiadas bandadas de codornices se acurrucan formando un círculo con las cabezas dirigidas hacia afuera. Es una estrategia que les permite compartir el calor del cuerpo y estar siempre alertas para salir a escape en caso de ser atacadas. Los urogallos emplean una táctica diferente. Se entierran debajo de un banco de nieve y pueden permanecer allí durante varios días hasta amaine la cellisca. Muchas otras aves se cobijan al amparo de densos matorrales perennifolios, donde permanecen protegidas de la intemperie hasta que escampa.

Entre las habilidades de las aves para gestionar temporales se cuenta el poder de detectar con antelación los cambios de presión atmosférica que denuncian la llegada de una tormenta, lo que les permite prepararse para lo que se avecina. Los científicos no están seguros de cómo funciona el barómetro aviar, aunque las evidencias sobre su existencia son claras. Ante la inminencia de una tormenta anormal, los pájaros se agitan nerviosamente y llenan sus buches preparándose para lo que les viene encima.

Alcatraz atlántico (Morus bassanus). Fuente.
Los investigadores han comenzado a etiquetar aves con dispositivos GPS y las siguen por satélite para obtener una detallada comprensión de cómo las aves migratorias logran sus maratonianas proezas y qué es exactamente lo que hacen cuando se enfrentan a una tormenta. Caleb Spiegel, un biólogo del servicio estadounidense de Pesca y Vida Silvestre (US Fish and Wildlife Service), y sus colegas en la Oficina de Gestión de Energía Oceánica (Bureau of Ocean Energy Management) han colocado transmisores los transmisores en las plumas de la cola de varios tipos de aves migratorias, incluyendo el alcatraz atlántico (Morus bassanus), un ave marina de gran tamaño cuyo espectacular estilo de pesca consiste en dejarse de caer en picado como un misil.

Cuando uno de los alcatraces marcados se acercaba a la costa sur de Nueva Jersey, justo en el momento en el que el Sandy llegaba allí, los biólogos comprobaron cómo, girando bruscamente en U, el alcatraz se dirigió de nuevo hacia el norte de Long Island y luego voló en esa dirección hacia el norte, costeando a baja altura a la espera de que amainase la tormenta mientras llenaba el buche cayendo en picado sobre las bandadas de peces. Luego, terminado el temporal, el pájaro regresó a su territorio de Nueva Jersey.

En un conocido estudio de seguimiento de avifauna que se inició en 2008, el doctor Bryan D. Watts, director del Centro de Conservación Biológica del William and Mary College en Virginia, y sus colegas han estado siguiendo las peregrinaciones de los zarapitos trinadores (Numenius phaeopus), unas aves de pico largo y recurvado, que se reproducen en la región subártica de la Bahía de Hudson e hibernan en el sur de Brasil. En sus rutas migratorias, los zarapitos hacen vuelos sin escalas de hasta 5.000 km. Debido ese hábito viajero, los zarapitos pasan regularmente a través del "callejón de huracanes" del Caribe. 

Zarapito trinador (Numenius phaeopus). Fuente
En agosto de 2011, los investigadores se maravillaron ante lo que parecía una locura realizada por un zarapito que se encontró con la tormenta tropical Gert frente a la costa de Nueva Escocia. Ni corto ni perezoso, el pájaro se zambulló directamente en la tempestad a 7 millas por hora y emergió por el otro lado a 90 mph. Es el mismo comportamiento que, poco tiempo después, los científicos observaron cuando otros cuatro zarapitos sobrepasaron con éxito al huracán Irene.

La alegría duró poco. En septiembre de 2011, dos de los cuatro sobrevivientes del Irene buscaron refugio de otra tormenta aterrizando en Isla Guadalupe, donde fueron abatidos por cazadores deportivos. Watts y sus colegas han descubierto que, para que los cazadores disfruten de las abundantes aves migratorias que toman tierra por el mal tiempo, en todas las islas del Caribe la temporada de huracanes es temporada de caza. «Hay 3.000 cazadores residentes tan solo en Guadalupe, dice Watts. La captura anual en las Indias Occidentales puede ser las 200.000 aves».

Incluso el navegante más intrépido entre los vientos huracanados, no puede hacer nada cuando se enfrenta a un arma de fuego.

jueves, 6 de octubre de 2016

Gary Johnson, millonario y outsider

La consigna «No nos representan», uno de los lemas más coreados en las movilizaciones del 15M, suena esta vez en Estados Unidos. La mayoría de los jóvenes norteamericanos afirma no sentirse representada ni por demócratas ni por republicanos. Esto es lo que muestran algunos sondeos, que ponen de manifiesto que la desconexión con los partidos tradicionales se da en todos los grupos étnicos y raciales estadounidenses. Solamente un 28% de jóvenes señala que los dos partidos tradicionales representan "bien" a la sociedad americana.
De Hillary Clinton, «la señora Wall Street», se dice que los americanos no confían en ella. De Donald Trump que sería una pesadilla para el país si alguien así se hiciera con la Presidencia. Sin embargo, todo apunta a que uno de los dos será el próximo inquilino de la Casa Blanca. ¿Hay una tercera opción? Pues sí, la hay, aunque remotísima, se llama Gary Johnson y es la alternativa que ofrece el Partido Libertario, que aspira a hacerse con el 44% de los votantes consultados que, según una encuesta de ABC News y The Washington Post, afirman que quieren la opción de un tercer partido.
Conscientes de la oportunidad que se les presenta, los libertarios no quieren dejarla pasar. Por eso Johnson, ex gobernador republicano de Nuevo México en dos ocasiones (1995-2003), que ya fue el candidato libertario en las elecciones presidenciales de 2012, lleva meses haciendo campaña a la búsqueda de votantes descontentos. Johnson es consciente de que republicanos y demócratas van a designar a dos de los candidatos más polarizados de la historia reciente. Y como él suele decir que millones de estadounidenses son libertarios, pero que simplemente no lo saben y este puede ser año ser el año en el que lo descubran, el resultado aumenta la posibilidad de optar por un tercero: él.
Curioso tipo Gary Johnson. A sus 63 años, este millonario ha ejercido el cargo de presidente y CEO de Cannabis Sativa, empresa que se dedica a la distribución de marihuana con fines terapéuticos, aunque el negocio que le hizo millonario fue Big J Enterprises, la constructora más grande de Nuevo México, de la que se deshizo en 1999. Cómodamente instalado en su mansión de Taos, la Meca hippy de Nuevo México, en 2012 dejó la buena vida y se lanzó a la carrera presidencial compitiendo con Obama y Mitt Romney porque estaba indignado con republicanos y demócratas quienes se habían dedicado a generar un endeudamiento descomunal y a desarrollar políticas intervencionistas.
En ser millonario y en competir como outsider en una campaña electoral (Johnson ganó las elecciones a gobernador encabezando a los republicanos de la línea Tea Party en un estado tradicionalmente demócrata), se parece a Donald Trump porque, como éste, Johnson apela a su experiencia de hombre de negocios como aval para ejecutar políticas eficientes; pero hasta ahí llega la semejanza, porque mientras que Trump aboga por un Gobierno con más poder, más control y que intervenga más en el mercado, el lema de Johnson es el del Partido Libertario: «Gobierno mínimo, libertad máxima».
Así que Johnson, que demuestra una gran ignorancia en temas de política internacional (en eso también se parece a Donald Trump), lo que le ha llevado a cometer algunas pifias sensacionales, tiene esperanzas de conquistar el voto de muchos republicanos descontentos con la candidatura de Trump. Pero su mensaje libertario no va dirigido sólo al votante republicano desencantado, sino también al demócrata: «Está claro qué tipo de político es Hillary Clinton: sus ideas sobre la economía y sobre el tipo de control que considera que tiene que ejercer el Gobierno en nuestras vidas son parecidas a las de Trump […]. Además, no hay que olvidar que Clinton es la candidata del establishment en un año en el que los votantes están claramente en contra de ese mismo establishment que la sustenta».
En la columna Why I'm running for president, que escribió para CNN, Johnson se autodefinió un conservador en lo económico y liberal en lo social que cree en el libre mercado, pero que rechaza el capitalismo amiguista. En ese artículo dejó muy claros los motivos que le animaron a emprender la carrera presidencial, una carrera en la que ha ido desgranando unos objetivos simples pero precisos en varios puntos esenciales. En inmigración se acerca a los planteamientos demócratas y se distancia de los republicanos. Quiere favorecer la inmigración para aquellas personas que quieran mejorar sus condiciones de vida en Estados Unidos. En este tema una estocada para Trump: «Un muro más alto en la frontera sólo tendrá como consecuencia que se hagan escaleras más altas».
En asuntos sociales, apoya que el matrimonio se conciba como una cuestión privada, de manera que, si alguien quiere casarse con alguien del mismo sexo, allá él. La decisión de abortar es un derecho individual que compete a la mujer y por esa razón favorecería la autorización generalizada del aborto en el primer trimestre del embarazo. Si alguien enferma, que se las apañe: anularía el Medicare, las reformas sanitarias realizadas por Obama y las prestaciones médicas públicas.
¿Por qué hay que decir a los adultos lo que pueden meterse en el cuerpo? Está a favor de la legalización de las drogas, empezando por el cannabis: «No defiendo la legalización de otras drogas, pero si mañana las legalizáramos todas, el mundo sería un lugar mejor: el 90% del problema de las drogas se debe a la prohibición». Ahora que aspira a la Presidencia ha dicho que no fuma marihuana con fines recreativos. Tampoco lo hará durante la campaña, ni en el caso más que improbable de que llegue a la Casa Blanca.
En política fiscal quiere la reducción de impuestos de más del 40% en todos los niveles: federal, estatal y local. No hay que rescatar a los bancos, no hay que subsidiar al campo, no hay que dar estímulos financieros a ninguna empresa. Como Andrew Jackson hace casi dos siglos, quiere terminar con la Reserva Federal, responsable –dice él, y no le falta razón- de haber devaluado el dólar imprimiendo billetes sin ton ni son. Y si hay que ahorrar, ha encontrado otras vías: Las prisiones privadas cuestan 20 dólares menos por individuo y día que las públicas. Estados Unidos no puede gastar miles de millones en ayudas para el desarrollo y mucho menos si no protegen los intereses estadounidenses
En asuntos de Defensa, Johnson, que se opuso desde el comienzo a la guerra de Irak, va por libre pero siguiendo el camino de otro libertario sui generis, el Mayor General Smedley D. Butler, el autor de La guerra es una estafa. Johnson se aleja de los dos partidos tradicionales y aboga por acabar con las intervenciones militares y traer a casa a todas las tropas que sigan en el extranjero. Promete reducir el presupuesto de Defensa en un 43% para que cubra sólo lo estrictamente necesario para defender el país.

Son, por tanto, unas ideas que cabalgan entre los dos partidos tradicionales de Estados Unidos. Excepto que haya un margen muy estrecho entre los candidatos demócrata y republicano (como es el caso en este momento según las últimas encuestas), históricamente los terceros candidatos nunca han tenido posibilidades de amenazar a unos u otros con privarles de la mudanza al 1600 de Pennsylvania Avenue. Clinton o Trump deben reservar un capitoné.

Clinton vs. Trump: La campaña se calienta

Hoy, en Diálogo Atlántico, la revista digital del Instituto Franklin de Estudios Norteamericanos, han publicado un artículo en el que doy mi opinión sobre las diferentes posturas de Hillary Clinton y Donal Trump  sobre el cambio climático.  


Fracking: El último que apague la luz


Desde hace cuatro años, cuando la industria del fracking apenas asomaba su patita por estos lares, he estado anunciando el fin de una técnica basada en la especulación financiera, que fue la tesis de mi libro El fracking: vaya timo. El verano pasado apareció en las librerías otro libro que dediqué asunto, Fracking. El espectro que sobrevuela Europa, en el que analicé los aspectos técnicos, medioambientales y socioeconómicos de una industria condenada al fracaso. Hace dos años, en este mismo blog, escribí que el timo se estaba desinflando en Estados Unidos. En septiembre se confirma el pronóstico: la debacle del petróleo pasa factura al fracking: más de 100 empresas han quebrado en dos años.

En cuanto al caso español, mi pronóstico ha sido siempre el mismo: su práctica era absolutamente inviable en nuestro país, un punto de vista que he sostenido contra viento y marea en todo tipos de foros, incluido alguna entrevista televisiva como la que dejo en este enlace. Hoy, los periódicos anuncian la discreta retirada de España de los reyes del fracking, que dan por finalizada su aventura española, que se ha mantenido con el único propósito de alentar la burbuja financiera de la industria de la fractura en Estados Unidos y Canadá. 

Todas las conferencias que he dado sobre el tema, y han sido muchas, finalizaban con una apuesta en la que afirmaba que en España jamás se practicaría el fracking, algo que también he dejado escrito en alguna que otra entrada de este blog que los interesados pueden consultar sin más que teclear la palabra fracking en el buscador del blog.


domingo, 25 de septiembre de 2016

Científicos contra Trump

El cambio climático global está transformando nuestro concepto de la seguridad y se ha convertido en una de las principales amenazas para el futuro de la humanidad. La perspectiva a que nos enfrentamos es muy alarmante. La escasez de recursos, ya sea energía, agua o tierra cultivable, puede llevar al derrumbe de los códigos de conducta establecidos e incluso al conflicto abierto. El clima cada vez más inestable ya no se considera una cuestión eminentemente medioambiental o económica. Durante los últimos años, la amenaza a que nos enfrentamos ha aumentado en gran medida en escala y se ha hecho más evidente. 

La evidencia científica reciente ha confirmado -y en algunos casos excedido- nuestros peores temores sobre el impacto físico a que nos enfrentamos. Cada vez resulta más evidente que el cambio global tiene consecuencias que afectan a las cuestiones capitales de seguridad: inundaciones, enfermedades y hambrunas que ocasionan migraciones a una escala sin precedentes en zonas sometidas ya a gran tensión; sequías y pérdida de cosechas que llevan a una competición más intensa por los alimentos, el agua y la energía en regiones en las que los recursos ya están explotados hasta el límite; y un descalabro económico a escala no vista desde el final de la Segunda Guerra Mundial

No se trata simplemente de la seguridad nacional sino de la seguridad colectiva en un mundo frágil y cada vez más interdependiente. Cualquiera que todavía esté convencido de que el cambio climático es únicamente un problema medioambiental debería leer el informe publicado por la Military Advisory Board de los Estados Unidos, un grupo asesor formado por militares de alto rango y gran prestigio. En el transcurso de sus carreras, estos almirantes y generales de cuatro estrellas ahora en la reserva se enfrentaron a todo, desde la contención y la disuasión ante la amenaza nuclear soviética durante la Guerra Fría, hasta la más reciente lucha contra el terrorismo y el extremismo. Aun así, en su informe manifiestan categóricamente que el cambio climático supone una grave amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos. Declaran que un clima inestable dará lugar precisamente al tipo de tensiones y conflictos a los que nos enfrentamos hoy, pero más frecuentes e incluso más intensos.

Esta no sería la primera vez en que hombres y mujeres tendrían que luchar por tierra, agua y recursos, pero esta vez será a una escala mayor que no puede compararse con la de conflictos de la antigüedad. La mayor parte de la comunidad internacional considera un clima inestable como una amenaza sin precedentes a la que debe hacerse frente con la máxima urgencia y ambición. Se trata de una amenaza que nos puede unir si tenemos el sentido común de evitar que nos separe. El presidente Obama lo sabe bien y sus dos mandatos han servido para poner de manifiesto su preocupación por un problema global que ha llevado a su Administración a dictar un número sin precedentes de compromisos ambientales del Gobierno Federal.

Y sigue con ello. El pasado miércoles 21 de septiembre la Oficina del Director de Inteligencia Nacional divulgó un informe dirigido a todos los departamentos en el que puede leerse que el cambio climático probablemente representará un problema significativo para la seguridad nacional de Estados Unidos en los próximos dos decenios al incrementar las tensiones políticas y sociales, amenazar la estabilidad de algunos países y aumentar los riesgos a la salud humana. El informe pronostica un creciente riesgo de conflictos en el extranjero debido a disputas sobre el agua, además de un aumento de las migraciones que exacerban las tensiones políticas y sociales.

Junto con el texto, el presidente Barack Obama firmó un memorándum presidencial que ordena a las agencias federales ponderar el impacto del cambio climático a la hora de desarrollar políticas de seguridad nacional. El memorándum presidencial establece un equipo dedicado a revisar los efectos del cambio climático en las prioridades de seguridad nacional. El documento instruye además a las agencias federales a que desarrollen planes para enfrentarse con una serie de situaciones resultantes del cambio en el clima, tales como los efectos adversos en los precios y la disponibilidad de los alimentos.

Mientras tanto, Donald Trump se comporta como un analfabeto que no comprende el calentamiento global. En sus twitters dice que el cambio climático fue un invento de los chinos para perjudicar a Estados Unidos. El candidato republicano considera que el cambio climático es un mito y «un engaño» y que él «no es un creyente». En su propia web de campaña asegura que no le interesa promover el uso de energías verdes por su excesivo costo y que hasta podría eliminar la Agencia de Protección del Ambiente (EPA) y sus regulaciones porque entorpecen el buen funcionamiento de las empresas. Al Washington Post le dijo en marzo que no se creía el cambio climático, solo el del tiempo, y a Reuters que «como poco» renegociaría los acuerdos de París, recién ratificados por Barack Obama y su homólogo chino, Xi Jinping.

Además, ha dicho que su Gobierno apostará por fomentar la industria del petróleo y por promover la producción de energía nuclear. El 26 de mayo de este año, además, declaró en North Dakota que, en caso de ser elegido presidente, buscaría la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático porque «es malo para los negocios de Estados Unidos». «Vamos a cancelar el acuerdo de París sobre el clima y vamos a suspender todos los pagos de dólares de Estados Unidos para los programas de calentamiento global de Naciones Unidos», dijo el candidato. 

Aunque las reacciones en contra de todas las afirmaciones anteriores no son nuevas, el pasado 20 de septiembre, 375 científicos prominentes de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos -incluyendo entre ellos a 30 ganadores del Premio Nobel y a intelectuales del calibre de Stephen Hawking-, decidieron publicar un manifiesto conjunto para explicarle a Donald Trump que está equivocado y cómo darle la espalda al consenso mundial contra el calentamiento global sería una decisión desatinada. 

Los científicos lamentan que durante la campaña haya afirmado que la Tierra no se está calentando o que el calentamiento se debe a causas puramente naturales fuera del control humano. «Tales alegaciones son incompatibles con la realidad», zanjan. «Nuestras huellas en el sistema climático son visibles en todas partes. Se observan en el calentamiento de los océanos, la superficie terrestre y la atmósfera inferior. Se identifican en el aumento del nivel del mar, los patrones de precipitación alterados, el retroceso del hielo marino en el Ártico, la acidificación del océano y muchos otros aspectos del sistema climático».

Para los científicos, elegir a alguien con la mentalidad de Donald Trump sería un punto de inflexión para el planeta que «no nos podemos permitir». Lástima que uno no pueda votar.