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domingo, 22 de marzo de 2020

Contra el coronavirus, jabón y más jabón


En pleno siglo XXI, la era de la cirugía robótica y de la terapia genética, es maravilloso que un poco de agua con jabón, una receta que ya conocían los fenicios, siga siendo una de las actuaciones higiénico-sanitarias más eficaces.

En 1817, la Real Imprenta de Madrid publicó la Memoria sobre las plantas barrilleras de España, del eminente botánico y médico Mariano Lagasca, que doscientos años después sigue siendo la obra de referencia para las plantas que, al quemarlas, producen “barrilla”, una mezcla de las cenizas rica en sosa.


viernes, 20 de marzo de 2020

El virus de la gripe española resistió en Alaska


Hace poco más de un siglo un virus gripal porcino provocó la pandemia más mortífera que ha conocido la humanidad. 50 millones de muertos en dos años.

Muchas personas han quedado sorprendidas al tener noticias estos días de que existen virus compartidos por humanos y animales, lo que ha servido para resucitar en la memoria colectiva la mal llamada “gripe española”, que irrumpió en 1918. Provocó en tan solo un bienio más de cincuenta millones de muertos y se colocó a la cabeza de las pandemias mortíferas que han asolado la historia de la humanidad.


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martes, 17 de marzo de 2020

Así actúa el coronavirus SARS-CoV-2



El coronavirus SARS-CoV-2
Figura 1
El virus SARS-CoV-2 y la enfermedad que causa, la COVID-19, se están propagando actualmente por todo el mundo. Al menos hay otros seis tipos de coronavirus que se sabe que infectan a los humanos; algunos causan el resfriado común y otros dos causan brotes respiratorios: SRAS y MERS.
El coronavirus recibe su nombre de las glicoproteínas en forma de espiga que sobresalen de su superficie y se parecen a una corona. El virus, que no es más que un filamento de ácido ribonucleico (ARN) está envuelto en una burbuja grasa de lípidos que se desintegra al contacto con el jabón.
Figura 2
Ingreso en una célula vulnerable (Figura 2)
El virus entra al cuerpo a través de la nariz, la boca o los ojos y después se aferra a las células de las vías aéreas que producen una proteína llamada ACE2. Se cree que el virus se originó en los murciélagos, donde pudo haber estado adherido a una proteína similar.
Liberación de ARN viral (Figura 3)
El virus infecta la célula al fusionar su membrana grasa con la membrana celular. Una vez dentro, el coronavirus libera un fragmento de su material genético (ARN).
Figura 3
Secuestro de la célula (Figura 4)
El genoma del virus, su material genético, tiene menos de 30.000 “letras" de longitud. (El nuestro, por ejemplo, tiene 3.000 millones). La célula infectada lee el ARN y empieza a producir proteínas que mantienen al margen al sistema inmunitario de la persona infectada y ayudan a crear nuevas copias del virus.
Figura 4
Fabricación de proteínas virales (Figura 5)
Conforme avanza la infección, el retículo endoplasmático de la célula empieza a producir nuevas espigas y otras proteínas que formarán más copias del coronavirus.
Figura 5
Ensamblado de nuevas copias (Figura 6)
Las nuevas copias del virus se ensamblan y se transportan a los límites exteriores de la célula.
Figura 6

Propagación de la infección (Figura 7)
Cada célula infectada puede liberar millones de copias del virus antes de que la célula finalmente colapse y muera. Los virus pueden infectar las células vecinas o terminar en microgotas que escapan de los pulmones.
Figura 7
Respuesta inmunitaria (Figura 8)
La mayoría de las infecciones de COVID-19 causan fiebre porque el sistema inmunitario lucha para liberarse del virus. En casos severos, el sistema inmunitario puede sobrerreaccionar y empezar a atacar a las células pulmonares. Los pulmones se obstruyen con fluido y células moribundas, lo que dificulta la respiración. Un pequeño porcentaje de infecciones puede llevar al síndrome de dificultad respiratoria aguda y, posiblemente, a la muerte.
Figura 8
Fuera del cuerpo
Al toser y estornudar se pueden expulsar microgotas llenas del virus en dirección de las personas y superficies cercanas, en donde el virus mantiene su capacidad de infección durante varias horas y hasta días. Los expertos recomiendan que las personas que han sido diagnosticadas con COVID-19 usen mascarillas para reducir la propagación de virus. Los trabajadores sanitarios y quienes cuidan de personas infectadas también deberían usar mascarillas especiales.
Figura 9
Una posible vacuna (Figura 9)
Una vacuna futura podría ayudar a que el cuerpo produzca anticuerpos contra el virus SARS-CoV-2 e impida que infecte las células humanas. La vacuna contra la gripe funciona de manera similar, pero los anticuerpos que se generan de la vacuna contra la gripe no protegen contra el coronavirus.
Cómo funciona el jabón (Figura 10)
El jabón destruye el virus cuando las colas hidrófobas de las moléculas del jabón se adhieren a los lípidos de la membrana y la abren.
Figura 10
La mejor forma de evitar infectarse con el coronavirus o con otros virus es lavarse las manos con jabón, evitar tocarse la cara, distanciarse de personas enfermas y limpiar con regularidad las superficies de mucho uso.

Fuentes: Jonathan Corum y Carl Zimmer, The New York Times. Dr. Matthew B. Frieman y Dr. Stuart Weston, Facultad de Medicina de la Univ. de Maryland; Fields Virology; Fenner and White’s Medical Virology; Nature; Science; The Lancet; New England Journal of Medicine; Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Coronavirus: novedades sobre mentiras, bulos y fake news


Hace unos días publiqué un artículo sobre las mentiras, bulos y fake news que circulan sobre el SARS-CoV-2 y la enfermedad que causa, la COVID-19. Hoy me ocupo de una publicación que circula por algunas redes sociales y se atribuye falsamente a la Universidad de Stanford que se está volviendo viral. No la creas.

Si has abierto Facebook o Twitter en los últimos días, es posible que hayas encontrado más de una publicación con información alarmante sobre el coronavirus. Como muestra un botón: una atribuida a la Universidad de Stanford que, junto a un par de afirmaciones ciertas, contiene varias falsedades e inexactitudes. La reproduzco en la imagen adjunta.

«La publicación no es de Stanford», han comunicado desde el centro de salud de la universidad californiana (Stanford Health Care). Todo lo que esa institución comunica oficialmente aparece en la página web sobre coronavirus de la universidad. 

Por si no bastara con ello, otra publicación distribuida también en Facebook y esta vez en español, repite varias de esas afirmaciones falsas, atribuyéndolas malintencionadamente a UNICEF. La falta de credibilidad de esta última se acentúa cuando uno lee que los virus son "células", lo que indica una ignorancia supina.

Por echar una mano, transcribo en negritas algunas citas textuales falsas o inexactas de la publicación viral de Facebook, seguidas de la respuesta real a las mismas.

Puede que el nuevo coronavirus no produzca señales de infección durante muchos días. Cuando tenga fiebre o tosa y acuda al hospital, será tarde porque el pulmón tiene ya un 50 por ciento de fibrosis.

Falso. La fibrosis es una enfermedad pulmonar que se produce cuando el tejido pulmonar se daña y se producen cicatrices. El tejido engrosado y rígido hace que sea más difícil que los pulmones funcionen correctamente. A medida que la fibrosis empeora, tendrás cada vez más dificultad para respirar. La fibrosis es un proceso de cicatrización tardía, que no se produce inmediatamente. Es posible que el virus afecte al 50 por ciento de tus pulmones, causando neumonía o líquido en los pulmones, pero no fibrosis. Eso no es verdad.

Portada de las falsas instrucciones de UNICEF
Si puede respirar bien, no vaya al médico. Hágalo solamente si ve que no puede respirar o está muy enfermo. Los expertos de Taiwán ofrecen un sencillo método de autocomprobación que podemos hacer todas las mañanas: respire profundamente y mantenga el aire durante más de diez segundos. Si logra sin toser, sin molestias, rigidez u opresión, no hay fibrosis en los pulmones. Básicamente, eso significa que no hay infección. Si vive en algún lugar crítico de infecciones, haga eso cada mañana en un ambiente de aire limpio.

Falso. Eso solo sirve para comprobar si muestras ansiedad o respiras normalmente, no para comprobar si tienes coronavirus y mucho menos fibrosis.

Todo el mundo debe mantener húmedas la boca y la garganta, nunca secas. Tome unos sorbos de agua cada 15 minutos como mínimo. Si el virus entra en la boca, beber agua u otros líquidos lo arrastrará a través de la garganta hasta el estómago. Una vez allí, los jugos gástricos matarán todos los virus. Si no bebe suficiente agua a intervalos regulares, el virus puede penetrar por la tráquea hasta los pulmones. Eso es muy peligroso.

Absolutamente falso. Eso no es verdad, como tampoco funciona la ingestión de jugos de frutas que, según algunos medios de dudosa solvencia, recomiendan algunos naturópatas.

Beber agua tibia es efectivo para combatir todos los virus. Trata de no beber líquidos con hielo.

Falso.

Si tienes mucosidad nasal y toses húmedas, tienes un resfriado común. La neumonía por coronavirus es una tos seca sin secreción nasal.

Eso no puede afirmarse con seguridad. Aunque eso se decía al principio, cuando no se disponía de estudios científicos sobre la materia, ya hay investigaciones serias que indican que la infección por COVID-19 puede presentarse como una enfermedad con síntomas similares al resfriado común en muchos más casos de lo que se pensaba anteriormente.

Este nuevo virus no es resistente al calor y será eliminado por una temperatura de solo 26/27 grados centígrados. El virus odia el sol.

Si algo está expuesto a la luz solar, se desinfectará con bastante rapidez por efecto de la luz ultravioleta. La temperatura en una secadora, por ejemplo, lo mataría todo. Pero decir algo así: “Como hoy va a ser un día calentito, no tenemos que preocuparnos por el coronavirus ", es hablar por hablar.

Si alguien con coronavirus estornuda, el virus recorrerá unos diez pies (unos tres metros y medio) antes de caer al suelo y ya no estará el aire.

La regla general que usan las autoridades médicas es de unos seis pies (menos de dos metros).

La conclusión es que circula mucha información directamente falsa o poco fiable. Por lo tanto, para evitar la propagación de rumores, haga con la información lo que hace con el distanciamiento social impuesto por la enfermedad: si alguien publica algo que suene un poco sospechoso, no lo transmita. © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.

lunes, 16 de marzo de 2020

¿Por qué hay tan pocos árboles en Europa templada?


Las extinciones han sido importantes en la configuración de los patrones fitogeográficos modernos. Un ejemplo clásico son las fuertes pérdidas de Plio-Pleistoceno que han causado que Europa tenga una flora arbórea depauperada en comparación con las Norteamérica y Asia oriental.

Eche un vistazo a una lista de especies de árboles de Europa templada, América del Norte y Asia y notará una notable diferencia. Mientras que Norteamérica y Asia albergan alrededor de 1000 especies de árboles cada una, el continente europeo apenas alberga la mitad ¿A qué se debe ese déficit en la biodiversidad forestal?

La respuesta puede estar en parte en la historia glacial del hemisferio Norte, así como en algunas peculiaridades geológicas. Hace unos tres millones de años, a finales del Plioceno, la Tierra comenzó a enfriarse. A medida que entraba en una época en la que los glaciares dominaban todo el continente, la vida tuvo que adaptarse.

Cuando estudié un curso de Geobotánica hace ahora casi cincuenta años, aprendí que Europa había perdido muchas de sus especies de árboles adaptados a climas templados gracias a la orientación este-oeste de sus principales cadenas montañosas, algo que cualquiera puede comprobar pensando en las cordilleras Béticas, en el Sistema Central o en los Pirineos, por no salir de la península.

A medida que los glaciares avanzaban desde el norte, las especies eran empujadas más y más hacia el sur hasta que chocaron con barreras físicas como los Alpes o los Pirineos. Muchas especies que no pudieron superar la tasa de cambio climático o el ajuste de altitud se extinguieron. El registro fósil de Europa proporciona una gran cantidad de pruebas de que Europa alguna vez albergó muchas más especies de árboles, incluidos algunos notables árboles hoy exclusivamente americanos como secuoyas (Sequoiadendron giganteum), liquidámbares (Liquidambar spp.), tulíperos (Liriodendron spp.) y magnolias (Magnolia spp.), o exclusivamente asiáticos como los pinos paraguas (Sciadopitys spp.). Muchas especies de árboles templados en América del Norte y Asia se salvaron de ese destino porque había muchas menos barreras para las migraciones hacia las tierras templadas del sur.

Todo eso es verdad, pero, como sugieren algunos estudios recientes, las cosas no son tan sencillas. Aunque el cambio climático, los glaciares y las montañas jugaron con total seguridad un papel en las tasas de extinción de los árboles europeos, la historia es un poco más complicada que eso. Las cadenas montañosas europeas no presentan una barrera tan impenetrable para las migraciones de plantas como se pensaba. El hecho de que el sur de Europa y el norte de África compartan muchos taxones similares es prueba de ello. En cambio, la diversidad de hábitats adecuados y la superficie de tierra disponible para los árboles que migraban desde el norte de Europa pueden haber jugado un papel mayor en la tasa de extinción de los árboles europeos.

Es un fenómeno bien documentado en ecología que las áreas más pequeñas de tierra albergan un menor número de especies. Ese era el caso del Pleistoceno en Europa. El hábitat adecuado para las especies de árboles templados durante este tiempo consistía sobre todo solamente en tres penínsulas (Iberia, Italia y los Balcanes) separadas por el Mar Mediterráneo. Cada una de estas penínsulas cuenta con cadenas montañosas que habrían ofrecido pequeñas bandas de microclimas adecuados para que las especies de árboles templados encontraran refugio durante el avance glacial.

Glaciación del hemisferio Norte durante el último periodo glaciar. La acumulación de 3-4 kilómetros de hielo hizo descender el nivel del mar alrededor de 120 metros. También los Alpes y el Himalaya fueron cubiertos por glaciares. El hielo marítimo durante el invierno era más reducido en el sur. Fuente.
Empujadas a ocupar pequeños refugios, las especies arbóreas templadas de Europa habrían sido más vulnerables a la extinción que las especies arbóreas de América del Norte y Asia, que tenían un hábitat disponible mucho más adecuado y extenso en las porciones del sur de esos continentes. Al observar qué taxones sobrevivieron y cuáles se extinguieron, comienzan a surgir algunos patrones. Las especies de árboles que están hoy en día ampliamente distribuidas por Europa son descendientes de árboles que eran mucho más tolerantes a las estaciones de crecimiento más frías y a los inviernos duros que los géneros que se extinguieron. Eso probablemente refleja el hecho de que sus ancestros fueron especies que encontraron refugio en las montañas.

Alternativamente, la Europa actual también cuenta con pequeños enclaves territoriales en los que viven los que se denominan "taxones relícticos", un término que se refiere a especies que fueron más comunes en el pasado de lo que son hoy. Se ha encontrado que esos taxones relícticos son mucho más tolerantes a la sequía que los géneros que se extinguieron. Esto probablemente refleja el hecho de que sus antepasados encontraron refugio en hábitats más cálidos y a menor altitud en el sur de Europa.

Parece que las especies situadas en ambos extremos de las curvas de tolerancia al frío y a la sequía fueron las que ganaron en la lotería de la extinción europea. Al tolerar el frío extremo o la sequía extrema, los "tolerantes al estrés" fueron capaces de sobrevivir no solo a las glaciaciones recurrentes, sino que también proporcionaron bancos de semillas para sus linajes después de la retirada de los glaciares.

Solo las especies que consiguieron encontrar hábitats adecuados en los refugios cálidos y relativamente secos del sur de Europa pudieron recolonizar el continente una vez que terminaron las glaciaciones. Hoy por hoy, estas son algunas de las mejores pruebas que tenemos para explicar la diferencia en la diversidad de árboles entre Europa, América del Norte y Asia.

Por lo demás, hay algunas tendencias en tales extinciones que sugieren que los glaciares no siempre acababan de inmediato con las especies. En cambio, muchas de ellas pudieron sobrevivir a las glaciaciones, pero eran empujadas hasta enclaves adecuados cada vez más pequeños hasta que perturbaciones relativamente pequeñas acabaron con ellas o las empujaron al borde de la extinción.

Hoy, los humanos estamos cambiando los climas de la Tierra a un ritmo que no se ha visto en más de cincuenta millones de años y mientras lo hacemos, fragmentamos los hábitats cada vez más. ¿Qué va a pasar con las especies que viven hoy en esos pequeños enclaves? © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.

Los lirios acuáticos de Yellowstone


Esta especie (Nuphar polysepalum), que los americanos conocen como “lily pad” se encuentra en los lagunazos y aguas estancadas de las tierras bajas del Parque Nacional Yellowstone. Es quizás la especie acuática más visible: sus grandes hojas tan turgentes, verdes y lustrosas que parecen de goma y sus grandes flores de color amarillo brillante que flotan en la superficie de las aguas remansadas en pozas y humedales alegran la vista a los visitantes del parque.

Las partes menos visibles de esta planta son quizás todavía más notables. Emerge desde las capas profundas de materia orgánica que recubren el fondo de los estanques gracias a unos densos racimos de tallos que, a modo de enredaderas, se elevan desde el fondo en una frondosidad que recuerda la de una selva tropical.

Los tallos pueden tener cinco centímetros de diámetro y dos metros de largo, y están especializados para ayudar a la planta a prosperar en el hábitat acuático. Nuphar y otros grupos de plantas acuáticas flotantes han desarrollado un tejido especializado, el aerénquima, que, en comparación con los tejidos de las plantas terrestres, tiene hasta ocho veces la cantidad de espacios porosos (vacuolas) dentro de cada célula. Esas grandes células abiertas, en forma de globo, permiten que grandes cantidades de oxígeno y otros gases se difundan a los tejidos subacuáticos para apoyar la respiración celular y otras funciones metabólicas que tienen lugar en las células vegetales sumergidas.

Otra adaptación metabólica interesante de Nuphar es la respiración anaeróbica, es decir, sin oxígeno. Este proceso permite que la planta respire sin usar oxígeno, una adaptación muy útil en el ambiente pobre en oxígeno del agua estancada de estanques y lagos. La respiración anaeróbica es un proceso químico complejo que produce etanol (el mismo alcohol que se encuentra en las bebidas alcohólicas) dentro de las células de las plantas. El etanol es una sustancia venenosa para la planta y debe excretarse rápidamente para evitar daños a los tejidos.

Nenúfar o lirio de agua europeo, Nuphar luteum
Una forma de eliminarlo es mediante la evaporación en la superficie del agua del alcohol producido, que es conducido a través de las células del aerénquima. Un nombre común que se le da a otro lirio de estanque amarillo europeo (Nuphar luteum) es "botella de brandy" debido al fuerte olor a alcohol que proviene de sus flores (situadas al final de largos tallos en forma de tubo llenos de ligero tejido parenquimático). Esta planta posee tubérculos grandes de los que brotan nuevos grupos de hojas en la primavera cuando los estanques y lagos se descongelan después del largo invierno. Esos tubérculos son órganos de almacenamiento para los azúcares que la planta produce cada verano; se pueden comer después de asarlos o hervirlos y son muy sabrosos.

Nuphar polysepalum se encuentra desde Alaska, en la mitad occidental de Canadá y en los 48 Estados Unidos hasta el sur de Arizona y Baja California. Eso significa que esta especie abarca un amplio espectro de hábitats acuáticos que van desde estanques que permanecen congelados durante más de la mitad del año y tienen temperaturas medias de temporada cercanas a los 10 grados centígrados, hasta otros que nunca se congelan y alcanzan temperaturas extremadamente cálidas durante gran parte del año.

¡Toda una hazaña ecológica que pocas plantas han conseguido lograr! ©Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca

domingo, 8 de marzo de 2020

¿Qué pasaría si el supervolcán de Yellowstone entrara en erupción?


Los científicos del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) y de la Universidad de Utah que trabajan en el Observatorio del Volcán Yellowstone (YOV) están cansados de desmentir los bulos y los memes sobre las espantosas supererupciones que amenazan al Parque Nacional, pero eso no significa que dejen de evaluar las posibles consecuencias de una de ellas.
Además de pronosticar los posibles daños, los científicos supervisan constantemente la región para detectar la aparición de túneles de roca fundida bajo tierra. Además, para predecir qué sucedería si el volcán explotara, analizan las supererupciones y las explosiones volcánicas más pequeñas del pasado.
Como casi todo en Estados Unidos, el Parque Nacional Yellowstone tiene unas dimensiones enormes. Sus 8.983 km² superan en casi mil el tamaño de la Comunidad de Madrid. La mayor parte del Parque Nacional se encuentra dentro de la Caldera Yellowstone, el volcán más grande del continente, considerado un volcán activo. En realidad, son tres calderas superpuestas que, como tres cuencos poco profundos, se formaron en lo que era la antigua meseta de Yellowstone (situada a 2.400 m de altitud) cuando estalló una cámara subterránea de magma. Con el tiempo, cada vez emergía más material hasta que el terreno original colapsó y creó una caldera. Las grandes explosiones sacudieron Yellowstone hace 2,1, 1,3 y 0,64 millones de años. Esas grandes erupciones, que son el origen de las tres calderas, sirven como pistas para comprender lo que sucedería si hubiera otra megaexplosión.
Mapa geológico de Yellowstone. Fuente
En contra de lo que cualquiera puede leer en las redes sociales, no hay una colosal balsa de roca fundida agitándose debajo de los icónicos géiseres y fuentes de barro de Yellowstone. Entre 5 y 10 km por debajo del parque descansa una cámara muy caliente de magma. Los cálculos, siempre estimativos, varían, pero una cámara de magma necesita alcanzar aproximadamente el 50% de magma fundido antes de que se acumule y escape. No es el caso de Yellowstone.
La corteza terrestre y el manto debajo del parque están muy, muy calientes, pero en su mayoría son sólidos, con pequeñas bolsas de roca fundida esparcidas por todas partes, como el agua dentro de una esponja. Solamente un 9% de la masa caliente está fundida y el resto es sólido. Por eso, los vulcanólogos piensan que en estos momentos no parece que el depósito de magma de Yellowstone pueda producir una erupción.
Yellowstone es un volcán activo. Las características de la superficie, como los géiseres y las aguas termales, son resultados directos del vulcanismo subyacente de la región. Imagen del Servicio Nacional de Parques.
¿Cómo miden los investigadores el magma? Las ondas sísmicas viajan más lentamente a través de rocas calientes o parcialmente fundidas que a través de las rocas sólidas normales, por lo que observando y cartografiando dónde viajan las ondas sísmicas más lentamente, los geólogos pueden ver dónde está almacenado el magma y cuánto hay allí.
De la misma forma que la cartografía del magma es cada vez más precisa, la capacidad de los científicos para pronosticar erupciones volcánicas siempre está mejorando. La mayoría de los vulcanólogos piensa que la acumulación de magma sería detectable durante semanas, tal vez años, antes de que ocurriera una gran erupción de Yellowstone. Las señales de advertencia incluirían cientos de pequeños terremotos muy característicos, emisiones de gases y deformación rápida del suelo.
Alguien que conozca estas señales de advertencia podría pasear por el parque en cualquier momento y pensar que está sucediendo algo extraño. No debe sorprenderse: Yellowstone es un volcán vivo y siempre hay pequeños terremotos que causan temblores y gases que se filtran desde el suelo. El volcán incluso respira: la superficie del suelo se hincha y se hunde a medida que los gases y fluidos se mueven alrededor del sistema de "fontanería" volcánica situado debajo del parque.
Grosor de las capas de ceniza que, a escala continental, arrojaría el volcán de Yellowstone en caso de una superexplosión. En el mapa aparecen las principales ciudades de Estados Unidos. Fuente USGS.
Pero el temblor diario no presagia una superexplosión que pudiera arrasar el parque. El YOV nunca ha registrado señales de advertencia de una erupción inminente. ¿Cómo lo saben? Por un lado, los terremotos provocados por el movimiento de roca fundida son muy característicos y los vulcanólogos los conocen bien, porque el “túnel” subterráneo de magma emite señales sísmicas que son diferentes de las generadas por las líneas de falla deslizantes que provocan los terremotos habituales. En cuanto se produjeran se observarían terremotos moviéndose según un patrón definido y produciéndose cada vez a menor profundidad.
Recuerde la erupción de 2014 del volcán Bardarbunga en Islandia. Rastreando terremotos, tanto los aficionados como los expertos "vieron" cómo el magma del Bardarbunga se elevaba bajo tierra. El avance superficial se anunció casi de inmediato en Twitter y en otras redes sociales. Esté tranquilo: como sucede en Islandia, todos los datos sísmicos de Yellowstone están disponibles públicamente a través del YOV y de la Universidad de Utah.
Además, si una futura supererupción se parece a sus predecesoras, la lava que fluye no será una gran amenaza. Según el USGS, los flujos de lava más antiguos de Yellowstone nunca viajaron mucho más allá de los límites del parque. Para los vulcanólogos, la mayor preocupación son las cenizas arrojadas por el viento. Imagine un círculo de aproximadamente 800 kilómetros alrededor del corazón del parque. Los estudios más recientes, que datan de 2014, dicen que una capa de cenizas de unos diez centímetros cubriría toda la superficie incluida dentro de ese círculo.
Es probable que la próxima supererupción del volcán Yellowstone arrojara grandes cantidades de gases como el dióxido de azufre, que forma un aerosol que absorbe la luz solar y la refleja hacia el espacio. El enfriamiento climático resultante podría durar hasta una década. El cambio climático temporal podría alterar los patrones de lluvia y, junto con las heladas severas, causar pérdidas generalizadas en cultivos y hambruna, que afectaría a toda la agricultura extensiva del Medio Oeste y, en la costa del Pacífico, desde California hasta Columbia Británica.
Cascadas del río Yellowstone en el corazón del Parque Nacional
Pero por grande que fuera la explosión no acabaría ni con la Humanidad ni con la vida en la Tierra. No hubo extinciones después de las últimas tres enormes erupciones de Yellowstone, como tampoco las hubo con otras siete supererupciones sucedidas en los últimos millones de años.
Sin embargo, los científicos coinciden en que aún queda mucho por aprender sobre los efectos globales de las supererupciones. El problema es que estas catástrofes masivas son, afortunadamente, raras, y suceden en algún lugar de la Tierra solo una o dos veces cada millón de años. Estos acontecimientos han sido tan poco frecuentes que los vulcanólogos aconsejan no preocuparse por ellos.
Un escenario de daño mucho más probable en Yellowstone reside en los peligros menos predecibles: grandes terremotos y explosiones hidrotermales en las áreas por donde deambulan los turistas. Aunque sean catástrofes locales de escasa magnitud regional y mucho menos continental, sí representan un cierto peligro y podrían tener un gran impacto en la gente que estuviese cerca. ©Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.

domingo, 1 de marzo de 2020

Cactus peludos y murciélagos polinizadores

Un murciélago lengüilargo sin cola (Anoura geoffroyi), libando en la flor de un viejito (Espostoa frutescens). Foto

Las plantas con flores han desarrollado una extraordinaria variedad de señales para atraer y guiar a sus polinizadores. La mayoría de las flores dependen de señales visuales y químicas que incluyen desde colores brillantes hasta olores seductores e incluso engaños sexuales, pero algunas plantas polinizadas por murciélagos (flores quiropterófilas) han desarrollado superficies reflectantes para guiar a los murciélagos ecolocalizadores (1, 2, 3, 4). Todas las señales florales eco-acústicas conocidas se basan en los mismos principios básicos de la reflectividad del sonar.
En un artículo publicado el pasado mes de diciembre se revela un mecanismo hasta ahora desconocido a través del cual un cactus columnar quiropterófilo de los Andes ecuatorianos, Espostoa frutescens, mejora su comunicación acústica con los murciélagos gracias a la mayor absorción del área que rodea la flor objetivo, mejorando así el contraste eco-acústico. El mecanismo descansa en la formación de un cefalio alrededor de la flor. Los cefalios, de los que me ocupé en este artículo, son estructuras generalmente coloreadas, lanudas y cubiertas de cerdas que surge en el ápice de crecimiento de algunos cactus.
Espostoa frutescens es un precioso cactus columnar que puede alcanzar varios metros de altura y que crece entre los 500 y los 2.100 metros de altitud en los Andes ecuatorianos. Como muchos otros cactus que crecen en las montañas, cuya pilosidad canosa les ha hecho merecedores del nombre de “viejitos”, esta especie está cubierta por una densa capa de tricomas peludos. Estos pelos cumplen una función importante en estas montañas: proteger el cuerpo de la planta del calor excesivo, el frío, el viento y la radiación ultravioleta.
Las flores de Espostoa crecen sobre cefalios  especiales. En la foto E. hylaea.
E. frutescens lleva el uso de los tricomas un paso más allá cuando llega el momento de la floración. Forma parte de un grupo de cactáceas que producen una densa capa de pelos (cefalios) alrededor de sus botones florales. Se piensa que los cefalios han evolucionado como un medio para proteger el crecimiento de flores y frutos de los elementos externos. Esa función protectora se amplía ahora gracias a que los científicos han descubierto que, al menos en algunos cactus, el cefalio también puede desempeñar un papel importante en la atracción de murciélagos.
Desde que el biólogo italiano Lazzaro Spallanzani descubriera el fenómeno en pleno siglo XVIII, los murciélagos son conocidos por su uso de la ecolocación. Como criaturas que vuelan en la oscuridad, dependen del sonido y del olor, en lugar de utilizar la vista, para encontrar alimento. Cada vez conocemos más acerca de muchas plantas que se benefician de ello para producir estructuras que aumentan el efecto sonar haciéndolas más atractivas para sus visitantes nocturnos. Algunas plantas, como Mucuna holtonii y Marcgravia evenia, lo hacen para mejorar la polinización. Otras, como Nepenthes hemsleyana, para obtener una comida rica en nitrógeno.
El mecanismo desarrollado por E. frutescens difiere de los ejemplos conocidos hasta ahora en que no trata de reflejar como un sonar los ultrasonidos emitidos por los murciélagos, sino de absorber frecuencias específicas. Un examen minucioso de los pelos que conforman el cefalio de E. frutescens reveló que estaban extremadamente bien adaptados para absorber frecuencias ultrasónicas en el rango de los 90 kHz. Esta absorción, que en principio puede resultar aleatoria adquiere pleno significado cuando se descubre quién poliniza exactamente a este cactus.
Anoura geoffroy. Foto
El principal polinizador de E. frutescens es el murciélago lengüilargo sin cola (Anoura geoffroyi), una especie de quiróptero que se encuentra desde el centro de México hasta Bolivia y el sureste de Brasil. Esta especie ecolocaliza usando frecuencias cercanas al rango de los 90 kHz. Mientras que la mayor parte del cuerpo del cactus refleja en forma de eco inapreciable para nuestros oídos el resto de las frecuencias, los cefalios actúan como un fuerte absorbente de los chillidos ultrasónicos, atenuando el sonido en -14 decibelios en comparación con otras partes del cuerpo columnar.
Lo que demostraron los experimentos es que la absorción de las frecuencias de llamada de ecolocación de los murciélagos lengüilargos que se acercaban al cactus era más alta alrededor de los cefalios peludos. Eso significa que, en lugar de hacer que las flores sean más reflectantes, las plantas también pueden desarrollar estructuras específicas para atenuar el eco de fondo, mejorando así el contraste acústico del objetivo.
Esencialmente, el área de recompensa floral de esta especie presenta una superficie mucho más “tranquila” que el resto de la planta. Es muy posible que esto funcione como una especie de tarjeta de presentación para los murciélagos de Geoffroy que buscan su próxima comida. Eso tiene sentido desde el punto de vista de la comunicación, ya que no solo ahorra a los murciélagos un valioso tiempo para alimentarse, sino que también aumenta las posibilidades de polinización cruzada para el cactus.
Para obtener suficiente energía del rico néctar de las flores, los murciélagos deben recorrer grandes distancias. Cualquier cosa que los ayude a localizar una comida de forma más rápida aumentará las visitas a esa flor. Al cambiar la forma en que las flores "aparecen" ante las silenciosas criaturas de la noche, plantas y polinizadores obtienen una considerable ventaja.
Es importante señalar que, en este momento, la investigación solo ha podido demostrar que los pelos que rodean las flores de E. frutescens son más absorbentes a las frecuencias ultrasónicas utilizadas por Anoura geoffroyi. Todavía desconocemos si los murciélagos prefieren o no visitar flores provistas de cefalia. Aunque sea así, esta investigación abre camino para realizar más experimentos sobre cómo plantas como E. frutescens pueden "comunicarse" con sus polinizadores nocturnos. ©Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.