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miércoles, 2 de julio de 2014

El informe sobre el fracking censurado por el Gobierno

El pasado 9 de junio supimos por la prensa que el Gobierno había devuelto al Instituto Geológico y Minero de España (IGME) un informe redactado por los técnicos del IGME en el que se alertaba sobre los peligros del frackingLa Dirección General de Calidad, Evaluación Ambiental y Medio Natural del Ministerio de Medio Ambiente pidió al instituto un informe que en la práctica se convirtió en una guía en la que se enumeran los riesgos de esta técnica y se establecen las precauciones. Sin embargo, el resultado no gustó al ministerio que devolvió el informe técnico para que se dulcificara.

El informe, que pues leer completo en este enlace, enumera entre los riesgos la contaminación de acuíferos subterráneos y en superficie, el elevado consumo de agua para la fracturación, la posible radiactividad de aguas del entorno, y riesgo de terremotos y contaminación atmosférica, especialmente por la emisión de gas metano.

Analiza hasta cuarenta incidentes medioambientales denunciados en explotaciones de gas no convencional en diez estados norteamericanos. Las empresas de fracking aseguran que la práctica totalidad del agua con arena y productos químicos que se inyecta a presión para romper la roca y liberar el gas se recupera. El informe toma varios ejemplos de explotaciones en Estados Unidos y concluye que entre el 25 y el 75% no llega a recuperarse.

En cuanto a los productos químicos, el informe cita un estudio del Ministerio de Medio Ambiente alemán que reconocen que en los sondeos de los que han obtenido datos se utilizaron 88 productos químicos diferentes y sólo 27 eran elementos no peligrosos. También se señala que entre 2005 y 2009, las empresas de fracking utilizaron 750 sustancias químicas: 12 eran cancerígenos y 24 contaminantes atmosféricos peligrosos. En el informe se habla de metano, benceno y ácido sulfídrico detectado en varias explotaciones.
Parte del agua utilizada retorna a la superficie, aunque no de forma inmediata, y sus afecciones se pueden detectar a muchos kilómetros del pozo de fracturación por las conexiones entre acuíferos y aguas superficiales.

En un muestreo realizado en 22 sondeos se encontraron concentraciones de material radiactivo, concretamente de radio por encima del umbral recomendado en agua potable. Además, se aportan pruebas de que esta técnica pueda propiciar terremotos. Se citan ejemplos de terremotos en un entorno de cuatro kilómetros de varios de los pozos.