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miércoles, 13 de mayo de 2020

Las maravillosas orquídeas abejas

Ophrys lutea, Ejemplar del Jardín Botánico de Alcalá
fotografiado por R. Elvira 14/05/20)
Dado que las flores de muchas especies se asemejan a los cuerpos de abejas, abejorros y otros insectos, las orquídeas del género Ophrys, cuyo nombre significa “ceja” por los pelitos que adornan sus flores, se conocen popularmente como "orquídeas abeja".


Según las revisiones más recientes, la familia de las orquídeas (Orchidaceae) consta de unas 25.000 o 30.000 especies silvestres conocidas. Se encuentran distribuidas por todo el globo a excepción de las zonas polares y los desiertos más secos. La diversidad se encuentra en la franja norte de la región andina, entre Ecuador y Colombia. También cabe destacar el interés ornamental de estas plantas, lo que ha conducido a la proliferación de híbridos y cultivares por selección artificial, que suman quizá más de 100.000.
En la flora española, donde están descritos 25 géneros, todas las orquídeas son terrestres. No obstante, la gran mayoría de las especies de esta familia se desarrollan en climas tropicales y subtropicales, en donde abundan las que viven sobre grandes árboles (epífitas) o las trepadoras.
Todas las orquídeas son plantas que viven varios años (perennes), en su mayoría mediante órganos subterráneos invisibles durante la estación desfavorable, que en nuestras latitudes adoptan fundamentalmente dos modelos: tubérculos y rizomas. Los tubérculos aparecen frecuentemente por parejas, de modo que asemejan un par de testículos, que es exactamente lo que significa la palabra que da nombre a la familia: "orchis" en griego.
Durante el verano las orquídeas tuberculadas como Ophrys están en reposo (es decir, pierden la parte aérea y sobreviven al calor y la sequía gracias a sus tubérculos subterráneos, que sirven como reserva de agua y nutrientes). A lo largo del verano se seca toda la parte aérea y, al llegar el otoño, con algo más de fresco y lluvia, se suelen desarrollar las hojas de la roseta basal, que permanecen durante el invierno. Ello permite que se inicie la formación de un nuevo tubérculo durante el otoño. Se detiene casi su desarrollo durante el invierno y se acelera a la primavera siguiente.
La formación de la inflorescencia ocurre a costa de los nutrientes almacenados en el tubérculo viejo, no del nuevo, que actuará al siguiente año. Cuando se seca la parte aérea el tubérculo viejo está prácticamente agotado. No todos los años se produce la floración. Parece que la planta debe de ir acumulando materia a lo largo de más de un año, aumentando su peso y el número y tamaño de sus hojas
Los tallos aéreos de las orquídeas ibéricas tienen crecimiento vertical y terminan en la inflorescencia, es decir, son de tipo escapo. Las hojas tienen formas ovaladas, lanceoladas o casi lineares, con varios nervios que nacen desde la base, discurren más o menos paralelos y quedan conectados por una fina red de nervios secundarios.
Despiece de una flor de Ophrys tenthredinifera
A pesar de su enorme variabilidad, la flor de las orquídeas resulta muy fácil de reconocer. Las flores son por lo común hermafroditas. Constan de dos verticilos de tres piezas estériles (el perianto), 1-2 estambres fértiles y un ovario ínfero, que puede surgir directamente del eje de la inflorescencia o estar sujeto a este por un pedicelo.
El perianto está constituido por dos verticilos de tres piezas cada uno; el exterior es el cáliz (formado por tres sépalos) y el interior es la corola (formada por tres pétalos). Dos pétalos pequeños se encuentran en posición inferior, mientras que el tercero, el labelo (por su forma de labio) se sitúa orientado hacia abajo y funciona como una plataforma de aterrizaje para los insectos polinizadores. No es raro que en algunas orquídeas los tres sépalos y los dos pétalos inferiores formen una especie de casco.
El labelo es la pieza más compleja y un órgano característico de las orquídeas. Puede ser lobulado, tener áreas brillantes, crestas, quillas u otras protuberancias que se suelen denominar callosidades. En algunos géneros como Ophrys, la pilosidad del labelo resulta muy llamativa, con coloraciones muy diversas.
También es frecuente que el labelo desarrolle un espolón, de tamaño y dirección variable que puede presentar un nectario en su extremo. Morfológicamente, puede ser largo y fino o corto y rechoncho como un saquito redondeado. También hay especies que no producen néctar en el espolón; en estos casos, la polinización se produce por engaño del insecto atraído.
Las piezas fértiles presentan una estructura muy compleja y altamente especializada, lo que ha dado lugar a una nomenclatura rica y no siempre fácil de entender. La estructura básica recibe el nombre de columna o ginostemo. Proviene de la soldadura en mayor o menor grado del estilo con el filamento de los estambres. Lo más frecuente es que la soldadura sea tan completa que no se distingan unos y otros.
El androceo (conjunto de piezas masculinas o estambres) ha sufrido un fuerte proceso de reducción, tanto en el número de piezas que lo componen como en su estructura. En la inmensa mayoría de las orquídeas hay un único estambre que se integra en la columna de modo que la parte fértil del estambre (la teca) constituye la parte superior de la columna. En algunas orquídeas, los estambres que no se desarrollan (estaminodios) aparecen como unas protuberancias en la base del ginostemo.
En la mayoría de las plantas la teca está formada por dos sacos polínicos o esporangios. En las orquídeas, el polen de cada esporangio se dispersa en masas que se denominan polinias. La dispersión del polen en grandes masas está en correlación con el enorme número de primordios seminales (óvulos) que alberga el ovario de una orquídea. Por ejemplo, en el género Ophrys el ovario fecundado alberga hasta 10.000-15.000 semillas.
Por lo general, la polinia suele tener forma mazuda, con un extremo alargado, semejante a un pedúnculo, que se denomina caudícula. La base de esta, que se ensancha un poco y es pegajosa, es el viscidio o retináculo. Gracias al viscidio la polinia se fijará al polinizador primero y después al estigma de otra flor. En algunas orquídeas como Ophrys el viscidio está semicubierto por unas estructuras ligeramente abombadas, las bursículas.
En el género Ophrys el ginostemo lleva en su base una abertura, la cavidad estigmática, y por encima de esta se alza la parte de la columna que aloja las dos polinias, cada una con una larga caudícula y de dispersión independiente. En muchas especies, los laterales de la abertura estigmática tienen dos pequeños y brillantes bultitos que pueden parecer los ojos de un insecto y, por ello, se denominan falsos ojos.
La polinización tiene lugar por engaño sexual o pseudocopulación, ya que el labelo imita a las hembras de ciertos himenópteros, e incluso a otros grupos de insectos. Tradicionalmente, el género se ha dividido en dos secciones en función de la posición que adopta el abejorro al ser engañado. A la sección Ophrys pertenecen las especies en las que los insectos se disponen con la cabeza hacia el centro de la flor (polinización cefálica). En la sección Pseudophrys se incluyen aquellas en que los insectos se sitúan con la cabeza orientada hacia el ápice del labelo y las polinias se fijan al abdomen (polinización abdominal).
El engaño no es sólo visual, también táctil e incluso olfativo. La relación es bastante específica. Los machos de himenópteros suelen emerger de la ninfa antes que las hembras e intentan la cópula con las orquídeas con mucho entusiasmo. Una pseudocópula puede durar desde pocos segundos hasta un cuarto de hora.
Las flores de Ophrys producen también sustancias aromáticas. No tienen exactamente las mismas feromonas que segregan las hembras de los insectos, pero sí una buena cantidad de sustancias cuyo conjunto también debe resultar atractivo y estimulante para los machos, pero es inapreciable a los humanos. Por el contrario, el factor visual que nosotros apreciamos bien podría ser de importancia secundaria para los polinizadores. En algunos casos, las semejanzas con un insecto son muy evidentes (incluso para nosotros) en pilosidad, máculas, crestas, ojos, etc.
Otros caracteres de importancia en los procesos de especiación son el tamaño del labelo, que constituye un mecanismo de selección del polinizador, y la época de floración, porque los machos aprenden y a poco no hacen caso de las orquídeas y se dedican a buscar sus verdaderas hembras. Por lo tanto, deben aprovechar los machos "inexpertos" y serán favorecidas las plantas que florezcan comparativamente temprano. Una floración tardía puede aprovechar otra especie de polinizador o una segunda generación de la misma especie. Por todo esto solamente cerca del 10 % de una población de Ophrys llega a ser polinizada. Esto es suficiente para mantener la población, si se tienen en cuenta que cada flor fertilizada produce miles de diminutas semillas.
En la península ibérica hay descritas doce especies de Ophrys. En este enlace pueden estudiarlas todas. En el cuadro de arriba os dejo siete de las más abundantes. ©Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.

* Salvo la primera, todas las imágenes están tomadas de la excelente web Orquídeas Ibéricas