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lunes, 14 de enero de 2019

El lunes, eclipse

Han pasado más de dos años desde que pudimos ver el último gran eclipse lunar total. El espectáculo de la Luna completamente oscurecida por la sombra de la Tierra será visible en toda España en un intervalo de algo más de una hora de la madrugada del lunes 21 en Alcalá de Henares. La duración del eclipse será más larga de lo normal: 1 hora y 2 minutos.
Técnicamente, un eclipse lunar sucede cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, generando un cono de sombra que oscurece a la última. Para que tenga lugar, los tres cuerpos celestes deben estar exactamente alineados o muy cerca de estarlo, de tal modo que la Tierra bloquee los rayos solares que llegan al satélite; por eso, los eclipses lunares solo pueden ocurrir en la fase de luna llena.
Para describir un eclipse lunar, podemos usar una analogía cinematográfica. La sala es la noche en la Tierra. La "pantalla" es la Luna llena, y la "película" es la progresión de la sombra de la Tierra sobre la cara visible de nuestro satélite. Todos los espectadores de la sala ven lo mismo y, de manera similar, todos los que estén observando desde el lado nocturno de la Tierra verán la misma secuencia y en el mismo momento, aunque en diferentes husos horarios. La fase total del eclipse será visible desde el hemisferio occidental, Europa y la parte occidental de África, así como en las partes más septentrionales de Rusia. En total, asumiendo buenas condiciones climáticas, esta sombría proyección tendrá una audiencia potencial de unos 2.800 millones de personas.
Como sucede en un gran auditorio, algunos espectadores tendrán mejor vista que otros. Los mejores asientos del patio de butacas estarán en América del Norte, que verán la actuación celestial en lo más alto del cielo en pleno invierno. Entre esos privilegiados espectadores, los más selectos, los del centro de las primeras filas, son los que viven a lo largo de la costa este de Estados Unidos, en donde la Luna totalmente eclipsada se verá a unas alturas extraordinarias.
En Nueva York, cuando el eclipse llegue a la mitad, la Luna ensombrecida se levantará unos 70 grados sobre el horizonte meridional; como un puño cerrado de tamaño normal sostenido a la distancia del brazo mide aproximadamente 10 grados, los neoyorquinos dicen que lo verán a unos "siete puños" por encima del horizonte. La última vez que los vecinos de la Gran Manzana pudieron mirar tan alto a una Luna totalmente eclipsada fue en 1797, cuando John Adams era presidente; la próxima oportunidad no llegará hasta 2113. Más al sur, la luna aparecerá aún más arriba. En Cabo Hatteras alcanzará los 75 grados; en Orlando, 80 grados, y en Miami, 83 grados. Los cubanos tendrán que mirar directamente sobre sus cabezas.
Por el contrario, para quienes estemos en Europa, el eclipse tendrá lugar cuando la Luna se acerque a su puesta al amanecer del lunes 21 de enero. De hecho, en Europa Central y Oriental, la Luna se pondrá antes de que esté completamente libre de la sombra terrestre. En este enlace hay una tabla que detalla los momentos de las fases del eclipse total en diferentes lugares de España. El horario es el local incluyendo el cambio de horario de invierno.
En cuanto a la altura, cuánto más sur se esté en España, más alta se observará la Luna. En Madrid, por ejemplo, la altura será de 54 grados, mientras que el máximo español estará en Canarias (68). En Alcalá asistiremos a todas las fases del ciclo. El inicio de la fase penumbral será a las 3:37 de la madrugada del lunes; el de la fase umbral a las 5:41; el máximo umbral sucederá entre las 6:12 y las 6:43. Luego comenzará la fase penumbral de declive que culminará a las 8:48, cuando desaparecerá todo vestigio del eclipse.
Tradicionalmente, la luna llena de enero se conoce como la "luna lobo", aunque últimamente han dado en llamarla "luna de sangre" que es, como mínimo, un nombre inapropiado. De hecho, el color (o colores) que tomará la Luna durante la totalidad del eclipse dependerá en gran medida del estado de nuestra atmósfera y puede abarcar desde el negro, pasando por el gris y el marrón, hasta el rojo brillante. El término “luna de sangre” procede de un libro, Four Blood Moons, publicado en 2013 por dos alucinados cristianos de los que pronostican el fin del mundo, que sugirieron que una serie de eclipses lunares totales en 2014 y 2015 eran la señal de acontecimientos desastrosos profetizados en la Biblia. ¿Y qué mejor manera de sugerir posibles catástrofes que invocar a la sangre? Los eclipses vinieron y se fueron, mientras las supuestas calamidades nunca llegaron, pero lamentablemente la marca “luna de sangre” permanece.
A veces, una luna llena coincide con el perigeo, el punto en la órbita lunar en el que doña Catalina está más cerca de la Tierra, por lo que parece algo más grande de lo normal. Tradicionalmente, una luna llena que ocurre dentro del 90 por ciento del perigeo gana el título de "superluna". Como esa es precisamente la posición de la próxima luna llena, el hecho de que coincida con un eclipse total convierte el eclipse en un acontecimiento extraordinario.
Pero no echemos las campanas al vuelo. La verdad es que una "superluna" no es realmente tan buena cuando coincide con un eclipse lunar total. La duración de la totalidad de un eclipse se basa principalmente en la distancia de la Luna a la Tierra. Cuando la Luna está cerca del perigeo, se está moviendo más rápidamente en su órbita en comparación de cómo lo hace cuando está cerca del apogeo, su punto más alejado de la Tierra, por lo que se mueve tras las sombras a más velocidad. De hecho, si la Luna estuviera cerca de un apogeo, veríamos unos ocho minutos más de eclipse total. 
Pero, sea como sea, la madrugada del 21 de enero seremos los invitados privilegiados de uno de los grandes espectáculos celestiales con los que nos obsequia la naturaleza. © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.