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sábado, 28 de junio de 2025

LOS CARGADORES ELÉCTRICOS Y LA “GUERRA DE LAS CORRIENTES”

¿Conviene dejar los cargadores eléctricos enchufados todo el tiempo? Un poco de historia nos aclarará las cosas.

Estamos rodeados de dispositivos electrónicos recargables: teléfonos móviles, portátiles, relojes inteligentes, auriculares, bicicletas eléctricas y muchos más. Quizás tengas un cargador de teléfono enchufado junto a tu cama sin siquiera molestarte en desenchufarlo cuando no lo uses. Lo mismo podría pasar con el cargador de tu portátil que pasa las noches reposando enchufado en tu despacho. ¿Corres algún riesgo? ¿Hay costes ocultos por dejar los cargadores enchufados todo el tiempo?

Empecemos por conocer algo de la historia que llevó al uso de los cargadores y por qué los dispositivos electrónicos no pueden conectarse directamente en los enchufes domésticos.

Corriente alterna y corriente continua: la Guerra de las Corrientes

La "Guerra de las Corrientes" fue una polémica histórica entre Thomas Edison, defensor de la corriente continua (CC), y Nikola Tesla, promotor de la corriente alterna (CA), por determinar qué sistema de distribución eléctrica dominaría el mundo. Edison, que argumentaba que su sistema de CC era más seguro y estable, tenía limitaciones en la transmisión de energía a largas distancias y requería generadores y estaciones eléctricas muy cercanas a los consumidores, lo que lo hacía costoso e ineficiente.

Tesla, por su parte, demostró que la CA, además de ser más eficiente para el transporte de electricidad a grandes distancias, era más fácil de transformar a diferentes voltajes utilizando transformadores, haciéndola más práctica y económica para la distribución masiva ya que minimizaba las pérdidas de energía.

Edison intentó desacreditar la CA de Tesla asociándola con la peligrosidad, llegando incluso a electrocutar animales con ella en demostraciones públicas para demostrar que era mortal. Sus intentos no dieron resultado: Tesla demostró la seguridad de su sistema.

Aunque Edison estaba empeñado en desprestigiar la CA por considerarla incontrolable y peligrosa, la corriente alterna de Tesla, respaldada por el ingeniero George Westinghouse, prevaleció y se convirtió en el sistema de distribución eléctrica dominante a nivel global, utilizándose hasta el día de hoy, aunque con una decisión salomónica: la electricidad se genera en CA, pero los electrodomésticos y baterías modernos requieren CC. Por eso, casi todos los electrodomésticos incluyen un convertidor CA-CC.

¿Qué hay dentro de un cargador?

Para comprender la diferencia entre CC y CA, considera el flujo de electrones en un cable. En un circuito de CC, los electrones se mueven en una dirección y giran continuamente. En un circuito de CA, los electrones no circulan, sino que solo se mueven de un lado a otro. Para realizar la conversión de CA a CC, un cargador típico necesita varios componentes eléctricos, como un transformador, un circuito para realizar la conversión real, elementos de filtrado para mejorar la calidad del voltaje de CC de salida y circuitos de control para regulación y protección.

Un cargador parcialmente roto con dos clavijas y los chips internos. Los cargadores tienen varios componentes eléctricos para convertir la corriente alterna (CA) en corriente continua (CC) que puede usar la batería. PeterRoziSnaps/Shutterstock.

Cargadores y energía vampiro

La "energía vampiro" es real. Si lo dejas enchufado, un cargador consumirá continuamente una pequeña cantidad de energía. Parte de esta energía se utiliza para mantener los circuitos de control y protección en funcionamiento, mientras que el resto se pierde en forma de calor.

Si solo consideras un cargador pequeño, la energía de reserva (también conocida como energía en espera) es insignificante. Sin embargo, si sumas todos los cargadores de los diferentes dispositivos que están en tu vivienda, con el tiempo el desperdicio de energía puede ser significativo. La energía en espera no se limita a los cargadores; otros dispositivos electrónicos, como los televisores, también consumen algo de energía en espera, lo que significa que, dependiendo de cuántas cosas dejes enchufadas, a lo largo del año podrías consumir varios kilovatios hora.

Dicho esto, los cargadores modernos están diseñados para minimizar el consumo de energía en modo de espera. Estos cargadores incorporan componentes de gestión de energía inteligente que los mantienen en modo de suspensión hasta que un dispositivo externo intenta obtener energía.

Una vista debajo de un escritorio con muchas cosas enchufadas a una regleta de enchufes. Tener muchos cargadores enchufados en casa puede generar una buena cantidad de energía en espera. Kit/Unsplash

También existen otros riesgos

Los cargadores se desgastan con el tiempo cuando la electricidad fluye a través de ellos, especialmente cuando la tensión de la red eléctrica supera temporalmente su valor nominal. La red eléctrica es un entorno caótico y, ocasionalmente, se producen diversos episodios de subida de tensión.

Dejar los cargadores expuestos a estos episodios acorta su vida útil. Este envejecimiento prematuro no debería ser alarmante para los dispositivos modernos, gracias a su diseño y control mejorados. Sin embargo, es especialmente preocupante para los cargadores baratos que suelen carecer de los niveles de protección adecuados y pueden suponer un peligro de incendio.

Aunque los cargadores modernos suelen ser muy seguros y deberían consumir una energía de reserva mínima, lo más conveniente es desenchufarlos cuando estén en reposo. Y si un cargador se calienta más de lo normal, hace ruido o presenta algún daño, ha llegado el momento de reemplazarlo. Nunca deberías dejarlo enchufado.