¿Conviene dejar los cargadores eléctricos enchufados todo el tiempo? Un poco de historia nos aclarará las cosas.
Estamos rodeados de dispositivos
electrónicos recargables: teléfonos móviles, portátiles, relojes inteligentes,
auriculares, bicicletas eléctricas y muchos más. Quizás tengas un cargador de
teléfono enchufado junto a tu cama sin siquiera molestarte en desenchufarlo
cuando no lo uses. Lo mismo podría pasar con el cargador de tu portátil que pasa
las noches reposando enchufado en tu despacho. ¿Corres algún riesgo? ¿Hay costes
ocultos por dejar los cargadores enchufados todo el tiempo?
Empecemos por conocer algo de la
historia que llevó al uso de los cargadores y por qué los dispositivos
electrónicos no pueden conectarse directamente en los enchufes domésticos.
Corriente alterna y corriente continua:
la Guerra de las Corrientes
La "Guerra de las
Corrientes" fue una polémica histórica entre Thomas Edison, defensor de la
corriente continua (CC), y Nikola Tesla, promotor de la corriente alterna (CA),
por determinar qué sistema de distribución eléctrica dominaría el mundo.
Edison, que argumentaba que su sistema de CC era más seguro y estable, tenía
limitaciones en la transmisión de energía a largas distancias y requería
generadores y estaciones eléctricas muy cercanas a los consumidores, lo que lo
hacía costoso e ineficiente.
Tesla, por su parte, demostró que
la CA, además de ser más eficiente para el transporte de electricidad a grandes
distancias, era más fácil de transformar a diferentes voltajes utilizando
transformadores, haciéndola más práctica y económica para la distribución
masiva ya que minimizaba las pérdidas de energía.
Edison intentó desacreditar la CA
de Tesla asociándola con la peligrosidad, llegando incluso a electrocutar
animales con ella en demostraciones públicas para demostrar que era mortal. Sus
intentos no dieron resultado: Tesla demostró la seguridad de su sistema.
Aunque Edison estaba empeñado en desprestigiar
la CA por considerarla incontrolable y peligrosa, la corriente alterna de
Tesla, respaldada por el ingeniero George Westinghouse, prevaleció y se
convirtió en el sistema de distribución eléctrica dominante a nivel global,
utilizándose hasta el día de hoy, aunque con una decisión salomónica: la
electricidad se genera en CA, pero los electrodomésticos y baterías modernos
requieren CC. Por eso, casi todos los electrodomésticos incluyen un convertidor
CA-CC.
¿Qué hay dentro de un
cargador?
Para comprender la diferencia
entre CC y CA, considera el flujo de electrones en un cable. En un circuito de
CC, los electrones se mueven en una dirección y giran continuamente. En un
circuito de CA, los electrones no circulan, sino que solo se mueven de un lado
a otro. Para realizar la conversión de CA a CC, un cargador típico necesita
varios componentes eléctricos, como un transformador, un circuito para realizar
la conversión real, elementos de filtrado para mejorar la calidad del voltaje
de CC de salida y circuitos de control para regulación y protección.
Cargadores y energía vampiro
La "energía vampiro" es
real. Si lo dejas enchufado, un cargador consumirá continuamente una pequeña
cantidad de energía. Parte de esta energía se utiliza para mantener los
circuitos de control y protección en funcionamiento, mientras que el resto se
pierde en forma de calor.
Si solo consideras un cargador
pequeño, la energía de reserva (también conocida como energía en espera) es
insignificante. Sin embargo, si sumas todos los cargadores de los diferentes
dispositivos que están en tu vivienda, con el tiempo el desperdicio de energía
puede ser significativo. La energía en espera no se limita a los cargadores;
otros dispositivos electrónicos, como los televisores, también consumen algo de
energía en espera, lo que significa que, dependiendo de cuántas cosas dejes
enchufadas, a lo largo del año podrías consumir varios kilovatios hora.
Dicho esto, los cargadores
modernos están diseñados para minimizar el consumo de energía en modo de
espera. Estos cargadores incorporan componentes de gestión de energía
inteligente que los mantienen en modo de suspensión hasta que un dispositivo
externo intenta obtener energía.
Una vista debajo de un escritorio
con muchas cosas enchufadas a una regleta de enchufes. Tener muchos cargadores
enchufados en casa puede generar una buena cantidad de energía en espera.
Kit/Unsplash
También existen otros riesgos
Los cargadores se desgastan con
el tiempo cuando la electricidad fluye a través de ellos, especialmente cuando
la tensión de la red eléctrica supera temporalmente su valor nominal. La red
eléctrica es un entorno caótico y, ocasionalmente, se producen diversos episodios
de subida de tensión.
Dejar los cargadores expuestos a
estos episodios acorta su vida útil. Este envejecimiento prematuro no debería
ser alarmante para los dispositivos modernos, gracias a su diseño y control
mejorados. Sin embargo, es especialmente preocupante para los cargadores
baratos que suelen carecer de los niveles de protección adecuados y pueden
suponer un peligro de incendio.
Aunque los cargadores modernos suelen ser muy seguros y deberían consumir una energía de reserva mínima, lo más conveniente es desenchufarlos cuando estén en reposo. Y si un cargador se calienta más de lo normal, hace ruido o presenta algún daño, ha llegado el momento de reemplazarlo. Nunca deberías dejarlo enchufado.