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sábado, 28 de junio de 2025

¿Son tóxicos los desecantes?

 

Cuando se adquiere aparatos electrónicos, zapatos, medicamentos y no pocos alimentos, dentro del embalaje se suele encontrar una pequeña bolsita de papel con la advertencia: “gel de sílice, no ingerir”. ¿Qué es? ¿Es realmente tóxico? ¿Se puede utilizar para algo?

Desecantes a base de gel de sílice

Esa pequeña bolsita es un desecante, un tipo de material que elimina el exceso de humedad del aire. Su empleo es importante durante el transporte y almacenamiento de una amplia gama de productos que hay que proteger de la humedad, puesto que esta puede causar daños por corrosión, descomposición, enmohecimiento y ataque por microorganismos.

Si alguna vez has tenido la curiosidad de abrir uno de esos sobrecitos de papel o tela te habrás encontrado un puñado de bolitas de aspecto cristalino. Esas bolitas son literalmente gel de silicio, o silica gel. Resulta que cada una de esas bolitas es increíblemente porosa. Tanto que su superficie específica es de 800 metros cuadrados por gramo.

A pesar del nombre, el gel de sílice es sólido.

El gel de sílice es una sustancia que se conoce desde 1640 pero a la que no se encontró utilidad hasta 1919. Sus pequeñas perlas, duras y translúcidas están hechas de dióxido de silicio (como la mayoría de las arenas o el cuarzo), un material hidrófilo, es decir, que adsorbe el agua con gran facilidad. Cabe destacar que las perlas son porosas a escala nanométrica, con poros tan solo 15 veces mayores que el radio de sus átomos.


Una bolsa desecante con las bolitas sólidas de gel de sílice que llevaba dentro.

Estos poros tienen un efecto capilar, lo que significa que se condensan y atraen la humedad hacia el interior del grano de manera similar a lo que conseguimos colocando una esponja encima de un charco de líquido. Además, su porosidad esponjosa hace que su superficie sea muy extensa. Un solo gramo de gel de sílice puede abarcar hasta 700 metros cuadrados (casi cuatro pistas de tenis), lo que las hace excepcionalmente eficientes para captar y almacenar agua.

¿El gel de sílice es tóxico?

La advertencia de “no ingerir” es el texto más destacado en los sobrecitos de gel de sílice. La mayoría de las perlas de sílice no son tóxicas y no presentan el mismo riesgo que, por ejemplo, el polvo de sílice. Representan, eso sí, un remoto peligro de asfixia, razón suficiente para mantenerlas fuera del alcance de niños y mascotas.

Sin embargo, si se ingiere gel de sílice accidentalmente, se recomienda contactar con los servicios de atención sanitaria para saber cómo hay que actuar. Algunas variantes del gel de sílice contienen un colorante sensible a la humedad. Una variante en particular, a base de cloruro de cobalto, es azul cuando el desecante está seco y se vuelve rosa cuando está saturado de humedad. Aunque el colorante es tóxico, en las pastillas desecantes solo está presente en una pequeña cantidad: aproximadamente el 1% del peso total.


Dos recipientes de plástico, uno con cuentas translúcidas de color azul y otro con cuentas de color rosa. Gel de sílice con cloruro de cobalto: «fresco» a la izquierda, «usado» a la derecha. Foto de Reza Rio/Shutterstock.

Los desecantes no solo son de gel de sílice

Además del gel de sílice, como absorbentes de humedad y desecantes se utilizan otros materiales. Entre ellos se encuentran materiales extraordinariamente porosos como las zeolitas (unos minerales aluminosilicatados microporosos), la alúmina activada (un compuesto químico que contiene aluminio y oxígeno) y el carbón activado.

Otro tipo de desecante que se ve a menudo en absorbentes de humedad para zonas más grandes, como despensas o armarios, es un tipo de sal, el cloruro de calcio que se suele comercializar en una caja llena de polvo o cristales.

La sal de cocina (cloruro de sodio) atrae el agua y se apelmaza fácilmente. El cloruro de calcio funciona de la misma manera, pero tiene un efecto higroscópico aún más fuerte y "atrapa" el agua mediante una reacción de hidratación. Si alguna vez el exceso de humedad satura la sal, se podrá observar verá cómo el líquido fluye en el recipiente que puede ser vaciado.

El principal ingrediente del antihumedad que se comercializa en Ahorramás (conocido como Sec 2000) son las sales de cloruro cálcico higroscópico. 

Absorbentes de oxígeno

Algunos alimentos, medicamentos y vitaminas contienen sobres ligeramente diferentes, etiquetados como “absorbentes de oxígeno”. Estos pequeños envoltorios no contienen desecantes, sino compuestos químicos que "capturan" o fijan el oxígeno.

Su función es similar a la de los desecantes: prolongan la vida útil de los alimentos y de productos químicos sensibles, como los medicamentos. Sin embargo, lo hacen previniendo directamente la oxidación. Cuando algunos alimentos se exponen al oxígeno, su composición química cambia y puede provocar su descomposición (las manzanas que empardecen al cortarlas son un ejemplo de oxidación).

Existe una amplia gama de compuestos que se utilizan como absorbentes de oxígeno. Estos productos químicos tienen una mayor afinidad por el oxígeno que la sustancia protegida. Van desde compuestos simples como el hierro, que se oxida al consumir oxígeno, hasta compuestos más complejos como las películas plásticas, que funcionan al exponerse a la luz.

Algunos de los sobres contienen absorbentes de oxígeno, no desecantes, aunque puedan parecer similares. Sergio Yoneda/Shutterstock

¿Se pueden reutilizar los desecantes?

Aunque los desecantes y deshumidificadores se consideran desechables, se pueden reutilizar con facilidad. Para “recargar” o deshidratar el gel de sílice, puedes colocarlo en un horno a aproximadamente 115–125°C durante 2–3 horas (no lo hagas si está en una bolsita de plástico que podría derretirse con el calor).

Curiosamente, debido a la forma en que se unen al agua, algunos desecantes requieren temperaturas muy superiores al punto de ebullición del agua (100 ºC) para deshidratarse. Por ejemplo, los hidratos de cloruro de calcio se deshidratan completamente a 200 °C.

Después de la deshidratación, las bolsitas de gel de sílice pueden ser útiles para secar pequeños elementos electrónicos (como el móvil si se ha caído accidentalmente en el agua), mantener seca la cámara fotográfica o evitar que las fotos familiares y las películas antiguas se peguen entre sí.

Es una buena alternativa al método de utilizar arroz crudo, ya que el gel de sílice no se descompone y no dejará residuos de almidón en sus objetos.

Si quieres saber muchos más usos de los desecantes reciclados, mira en este enlace.