Cuando se adquiere aparatos
electrónicos, zapatos, medicamentos y no pocos alimentos, dentro del embalaje
se suele encontrar una pequeña bolsita de papel con la advertencia: “gel de
sílice, no ingerir”. ¿Qué es? ¿Es realmente tóxico? ¿Se puede utilizar para
algo?
Desecantes a base de gel de sílice
Esa pequeña bolsita es un
desecante, un tipo de material que elimina el exceso de humedad del aire. Su
empleo es importante durante el transporte y almacenamiento de una amplia gama
de productos que hay que proteger de la humedad, puesto que esta puede causar
daños por corrosión, descomposición, enmohecimiento y ataque por microorganismos.
Si alguna vez has tenido la
curiosidad de abrir uno de esos sobrecitos de papel o tela te habrás encontrado
un puñado de bolitas de aspecto cristalino. Esas bolitas son literalmente gel de silicio, o
silica gel. Resulta que cada una de esas bolitas es increíblemente porosa.
Tanto que su superficie específica es de 800 metros cuadrados por gramo.
A pesar del nombre, el gel de
sílice es sólido.
El gel de sílice es una sustancia
que se conoce desde 1640 pero a la que no se encontró utilidad hasta 1919. Sus
pequeñas perlas, duras y translúcidas están hechas de dióxido de silicio (como
la mayoría de las arenas o el cuarzo), un material hidrófilo, es decir, que adsorbe
el agua con gran facilidad. Cabe destacar que las perlas son porosas a escala
nanométrica, con poros tan solo 15 veces mayores que el radio de sus átomos.
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Una bolsa desecante con las bolitas sólidas de gel de sílice que llevaba dentro. |
Estos poros tienen un efecto
capilar, lo que significa que se condensan y atraen la humedad hacia el
interior del grano de manera similar a lo que conseguimos colocando una esponja
encima de un charco de líquido. Además, su porosidad esponjosa hace que su
superficie sea muy extensa. Un solo gramo de gel de sílice puede abarcar hasta
700 metros cuadrados (casi cuatro pistas de tenis), lo que las hace
excepcionalmente eficientes para captar y almacenar agua.
¿El gel de sílice es tóxico?
La advertencia de “no ingerir” es
el texto más destacado en los sobrecitos de gel de sílice. La mayoría de las
perlas de sílice no son tóxicas y no presentan el mismo riesgo que, por
ejemplo, el polvo de sílice. Representan, eso sí, un remoto peligro de asfixia,
razón suficiente para mantenerlas fuera del alcance de niños y mascotas.
Sin embargo, si se ingiere gel de
sílice accidentalmente, se recomienda contactar con los servicios de atención
sanitaria para saber cómo hay que actuar. Algunas variantes del gel de sílice
contienen un colorante sensible a la humedad. Una variante en particular, a
base de cloruro de cobalto, es azul cuando el desecante está seco y se vuelve
rosa cuando está saturado de humedad. Aunque el colorante es tóxico, en las
pastillas desecantes solo está presente en una pequeña cantidad:
aproximadamente el 1% del peso total.
Los desecantes no solo son de gel de sílice
Además del gel de sílice, como
absorbentes de humedad y desecantes se utilizan otros materiales. Entre ellos
se encuentran materiales extraordinariamente porosos como las zeolitas (unos minerales
aluminosilicatados microporosos), la alúmina activada
(un compuesto químico que contiene aluminio y oxígeno) y el carbón
activado.
Otro tipo de desecante que se ve
a menudo en absorbentes de humedad para zonas más grandes, como despensas o
armarios, es un tipo de sal, el cloruro de calcio
que se suele comercializar en una caja llena de polvo o cristales.
La sal de cocina (cloruro de
sodio) atrae el agua y se apelmaza fácilmente. El cloruro de calcio funciona de
la misma manera, pero tiene un efecto higroscópico aún más fuerte y
"atrapa" el agua mediante una reacción de hidratación. Si alguna vez
el exceso de humedad satura la sal, se podrá observar verá cómo el líquido fluye en el recipiente que puede ser vaciado.
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El principal ingrediente del antihumedad que se comercializa en Ahorramás (conocido como Sec 2000) son las sales de cloruro cálcico higroscópico. |
Absorbentes de oxígeno
Algunos alimentos, medicamentos y
vitaminas contienen sobres ligeramente diferentes, etiquetados como
“absorbentes de oxígeno”. Estos pequeños envoltorios no contienen desecantes,
sino compuestos químicos que "capturan" o fijan el oxígeno.
Su función es similar a la de los
desecantes: prolongan la vida útil de los alimentos y de productos químicos
sensibles, como los medicamentos. Sin embargo, lo hacen previniendo
directamente la oxidación. Cuando algunos alimentos se exponen al oxígeno, su
composición química cambia y puede provocar su descomposición (las manzanas que
empardecen al cortarlas son un ejemplo de oxidación).
Existe una amplia gama de
compuestos que se utilizan como absorbentes de oxígeno. Estos productos
químicos tienen una mayor afinidad por el oxígeno que la sustancia protegida.
Van desde compuestos simples como el hierro, que se oxida al consumir oxígeno,
hasta compuestos más complejos como las películas plásticas, que funcionan al
exponerse a la luz.
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Algunos de los sobres contienen absorbentes de oxígeno, no desecantes, aunque puedan parecer similares. Sergio Yoneda/Shutterstock |
¿Se pueden reutilizar los desecantes?
Aunque los desecantes y
deshumidificadores se consideran desechables, se pueden reutilizar con facilidad.
Para “recargar” o deshidratar el gel de sílice, puedes colocarlo en un horno a
aproximadamente 115–125°C durante 2–3 horas (no lo hagas si está en una bolsita
de plástico que podría derretirse con el calor).
Curiosamente, debido a la forma
en que se unen al agua, algunos desecantes requieren temperaturas muy
superiores al punto de ebullición del agua (100 ºC) para deshidratarse. Por
ejemplo, los hidratos de cloruro de calcio se deshidratan completamente a 200
°C.
Después de la deshidratación, las
bolsitas de gel de sílice pueden ser útiles para secar pequeños elementos
electrónicos (como el móvil si se ha caído accidentalmente en el
agua), mantener seca la cámara fotográfica o evitar que las fotos familiares
y las películas antiguas se peguen entre sí.
Es una buena alternativa al
método de utilizar arroz crudo, ya que el gel de sílice no se descompone y no
dejará residuos de almidón en sus objetos.
Si quieres saber muchos más usos de los desecantes reciclados, mira en este enlace.