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domingo, 27 de julio de 2025

Renault 4L, un vehículo fenomenal

 

Renault 4L (conocido popularmente como Cuatro latas, Renoleta, Chivoleta, R4, 4Lobbo, Katrca o Amigo Fiel en algunos países) fue un utilitario producido por el fabricante francés Renault entre los años 1961 y 1993, y originalmente concebido para competir con el Citroën 2CV.

Este innovador automóvil tuvo la audacia de diseñar un vehículo con una filosofía diametralmente opuesta a la hasta entonces seguida por la firma francesa. Se trataba de un vehículo dotado de una mecánica pionera en Renault, con tracción delantera, suspensión a base de barras de torsión, y refrigeración por sistema de circuito cerrado con vaso de expansión. Todo ello comportaba un diseño de carácter estructural muy diferente al de los Renault 4CV y los Renault Dauphine que a la sazón imperaban en la marca. 

Renault 4CV (izquierda) y Renault Dauphine, cos antecesores del 4L

El equipo de diseño capitaneado por Robert Barthaud realizó un esfuerzo considerable para establecer un nuevo concepto de automóvil, apremiado además por la necesidad de alcanzar un ajustado precio de venta, dado el mercado al cual se destinaba. La solución tenía que superar al Citroën 2CV, cuyo éxito era notorio en aquellas fechas. 

Fue un hito muy importante para la marca gala, pues supuso un cambio radical de la configuración mecánica, pasando de un “todo atrás” a un “todo delante”, solución que adoptó del Citroën 2CV, aunque con cuatro cilindros en vez de dos, más rápido y potente que este, consumiendo un poco más que el 2CV. Su suspensión independiente en las cuatro ruedas, con barras de torsión transversales, eran tan sencillas como eficaces, sobre todo por caminos.

Se desarrolló para ser un urbanita, pero con el tiempo se convirtió en una mezcla de coche todoterreno y honorable ciudadano, además de un compañero inseparable de aventuras. Estuvo en nuestro mercado desde 1964 hasta 1991, es decir, la friolera de 27 años, sufriendo muy pocas variaciones. En Francia aguantó un poco más, hasta la llegada del Twingo, despidiéndose con la serie limitada Bye Bye en 1992.


La versión española del Renault 4, fabricada en la factoría FASA de Valladolid, se convirtió en todo un referente por su reconocida fiabilidad, robustez, espacio interior y polivalencia. Fue un coche tremendamente polifacético, utilizado tanto por empresas como Telefónica, como coches patrulla de la Guardia Civil como dotación de los puestos rurales, con sus correspondientes modificaciones, como un techo abierto capotado por una lona o una banqueta trasera con dos asientos reversibles. Muchos propietarios de tierras lo utilizaron para sus tareas camperas, en sustitución de los eternos e indestructibles Land Rover, bastante más caros. Y es que por el precio de un 4×4 medio de la época se podían comprar tres unidades del R4.