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domingo, 27 de abril de 2025

MIENTRAS MASCAS CHICLE ESTÁS ENGULLENDO MICROPLÁSTICOS


Veo en televisión la final de la Copa del Rey de fútbol. Las cámaras enfocan al entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, cada vez que engulle un puñado de chicles. Un utillero se encarga de que nunca le falten. Cada partido los ingiere en cantidades industriales. Al parecer le tranquilizan, lo que viene muy bien en una profesión donde los más fácil debe de ser perder los nervios.

A juzgar por los restos aplastados en el pavimento de las aceras y las asquerosas y pegajosas bolitas pegadas en la parte inferior de los veladores de los bares, me parece que Ancelotti no es caso aparte en lo que a esta práctica relajante se refiere.

Masticar chicle reduce la ansiedad y mitiga el estrés

He encontrado dos estudios sólidos que concluyen que masticar chicle es una estrategia barata para aliviar la ansiedad y el estrés. Unos investigadores australianos encontraron que masticar chicle durante una tarea muy exigente redujo la ansiedad y los niveles de cortisol salival, una hormona asociada al estrés. Este efecto se atribuyó a un aumento en el flujo sanguíneo cerebral y a la activación del sistema nervioso autónomo.

Un ensayo publicado en 2019, demostró que masticar chicle durante una a tres semanas redujo significativamente los niveles de ansiedad, depresión y estrés, además de mejorar el rendimiento académico de los estudiantes de enfermería que participaron en el ensayo.

Por resumir lo que he encontrado en PubMed, la web de referencia para publicaciones médicas, parece que masticar chicle puede ayudar a calmar los nervios debido a cuatro factores psicológicos y fisiológicos:

Distracción mental: al masticar chicle se activa una zona cerebral asociada con la concentración, lo que puede ayudar a desviar la atención de los pensamientos estresantes o ansiosos.

Reducción de la ansiedad: los estudios relacionan masticar chicle con el aumento de la circulación sanguínea en el cerebro, lo que podría mejorar la claridad mental y la concentración.

Producción de saliva: masticar chicle estimula la producción de saliva, lo que puede ayudar a reducir la sequedad de la boca que a veces acompaña al estrés, lo que el cuerpo percibe como un comportamiento relajante.

Liberación de endorfinas: masticar chicle también puede generar una liberación de endorfinas, la hormonas que ayudan a mejorar el estado de ánimo y generar sensaciones de bienestar.

Breve historia del chicle

La mayoría de los relatos sobre la historia del chicle se remontan a un par de milenios, hasta los mayas de Mesoamérica, quienes probaron la savia del árbol chicozapote (Manikara zapota) y descubrieron que no se desintegraba en la boca. La savia llegó a conocerse como "chicle", del vocablo indígena "tzictli", que se traduce como "sustancia pegajosa".

Frutos de Manilkara zapota

Cuando mascar chicle se puso de moda en el siglo XIX, los "chicleros" sangraban los árboles, recolectaban y secaban la savia para venderla a la Compañía Wrigley, que desde principios de ese siglo fabricaba  el jabón Wrigley's Scrubing Soap. Dado que los comerciantes minoristas se resistían a trabajar su producto debido a los bajos márgenes de beneficio, se les ocurrió un plan para agregar un extra en forma de regalos.

Estos regalos iban desde paraguas hasta polvo de levaduras para hornear. Como los métodos de horneado de pasteles habían cambiado a mediados de ese siglo y el polvo de levaduras tuvo una gran parte del cambio, no fue una sorpresa que las ventas despegaran y que la compañía se centrara en la fabricación de ese polvo y de otros obsequios promocionales: unas pastillas rectangulares de chicle que se entregaban como premio junto con el que ya era el producto estrella de la compañía, el polvo para hornear.

Anuncio del chicle Wrighley de 1920

El chicle se hizo tan popular que Wrigley abandonó el negocio del polvo para hornear para dedicarse a la producción de chicles. Resultó ser una buena decisión. En 1920, el estadounidense medio masticaba más de cien chicles al año. Durante la Primera Guerra Mundial, Wrigley puso la guinda en su pastel: logró convencer al Departamento de Guerra para que incluyera su chicle en las raciones de los soldados, argumentando que calmaría la sed, aliviaría el hambre y disiparía la tensión nerviosa.

No estaba del todo equivocado. Como he adelantado, estudios posteriores vincularon el chicle con la reducción del hambre y una mayor atención al realizar tareas. Sea como fuese, cuando William Wrigley falleció en 1932 tenía una fortuna de aproximadamente 500 millones de dólares actuales.

La creciente demanda del chicle exigió más producto base, una demanda que no pudo satisfacerse debido a la pérdida de muchos árboles de zapote por el drenaje excesivo de la savia. Aquí es donde entra en escena la química sintética.

Química del chicle

El ingrediente principal del chicle es el cis-1,4-poliisopreno, el mismo polímero presente en el látex del árbol del caucho Hevea brassiliensis. El chicle también contiene moléculas más pequeñas, como el acetato de lupenilo, junto con ácidos grasos y ceras que contribuyen a la elasticidad y la textura.

Mediado el siglo pasado, los químicos se pusieron manos a la obra para reproducir e incluso mejorar las propiedades del chicle y crearon diversas combinaciones de polímeros sintéticos, edulcorantes, saborizantes y conservantes para producir las gomas de mascar que se comercializan actualmente. Los fabricantes no están obligadas a revelar la composición exacta de los ingredientes principales que convierten la pasta en masticable, porque lograron que la información fuese confidencial. En la etiqueta se les puede denominar colectivamente "goma base", que suele consistir en una combinación de acetato de polivinilo, poliisobutileno, polietileno y caucho de butadieno-estireno.

Si estos compuestos le suenan a plásticos, es porque son plásticos. Y ahí radica el problema de los micro y nanoplásticos, un tema desconocido hace tan solo veinte años pero muy de actualidad habida cuenta de que la contaminación por esas partículas plásticas afecta peligrosamente a la salud.

Microplásticos y nanoplásticos



Ambos tipos de plásticos son pequeñas partículas (normalmente miden menos de 5 mm) que se pueden encontrar en muchos productos diferentes, incluidos productos de higiene personal (pasta dentífrica, por ejemplo), textiles sintéticos y materiales de embalaje. 

Desde que una investigaciíon pionera los descubriera por primera vez en el intestino, los medios de comunicación han estado bombardeando noticias sobre el hallazgo de microplásticos y nanoplásticos en todas las partes del cuerpo analizadas, desde el cerebro hasta el pene.

No está claro si nuestra salud corre peligro debido a las diminutas partículas de plástico que ingerimos a través de los alimentos y el agua o que inhalamos del aire, pero es preocupante que aparezcan en mayores cantidades en los depósitos de las arterias coronarias y en el cerebro de personas que han fallecido con diagnóstico de demencia.

Los sospechosos habituales de ser el origen de estas partículas microscópicas son las botellas de plástico, las bolsas de la compra, los cubiertos desechables, las telas sintéticas, los neumáticos, las tuberías de agua y los productos de higiene personal. Pero gracias a investigadores de la Universidad de California, desde el pasado mes de abril tenemos la preocupación añadida de que masticar chicle también libera microplásticos y nanoplásticos. Y su cantidad no es pequeña. Se han detectado unas 250.000 partículas en la saliva tras una hora de masticar.

Cualquiera que se preocupe por esto podría verse tentado a optar por uno de los chicles "naturales" del mercado, que se anuncian como libres de plásticos, azúcar, sabores y colorantes artificiales. Pero resulta que eso no significa que estén libres de microplásticos o nanoplásticos. Los Investigadores de la Universidad de California han encontrado la misma cantidad de partículas en la saliva después de masticar chicle sintético o natural. No deja de ser curioso que los chicles "naturales" también contuvieran algunos de los mismos polímeros que el chicle sintético.

¿Acaso no serán tan naturales como afirman los fabricantes?

viernes, 18 de abril de 2025

DE MOMENTO, COMER GUSANOS INTESTINALES NO RESUELVE LOS PROBLEMAS INMUNITARIOS

 

Taenia solium (lombriz del cerdo)

La terapia helmíntica se basa en la idea de que nuestro sistema inmunitario necesita gusanos helmínticos para evitar un mal funcionamiento. ¿Podría ser beneficiosa la ingestión de estos parásitos?

Ingerir gusanos (helmintos) para curar enfermedades es el objetivo de la llamada terapia helmíntica, cuyos defensores intentan aplicar introduciendo en el aparato digestivo de pacientes desesperados los gusanos parásitos que, afirman, necesita nuestro cuerpo.

En 1974, J. A. Turton, un hombre de unos treinta y pocos años, decidió experimentar con su propio cuerpo. Desde los ocho años sufría de alergias estacionales y el uso de antihistamínicos para controlar los síntomas le resultaba extraordinariamente molesto. Tal y como escribió en la revista científica The Lancet, se infestó ingiriendo larvas vivas de ciertas lombrices de aproximadamente un centímetro de longitud responsables de la anquilostomiasis.

También llamada anemia tropical y uncinariasis, la anquilostomiasis es una infección intestinal causada por dos nematodos parásitos: Necator americanus y Ancylostoma duodenale. Es una infección ampliamente distribuida en humanos de todo el mundo y en particular en las zonas tropicales húmedas, en las que afecta a más de mil millones de personas.

Ciclo de vida de Ancilostoma duodenale. 1. El gusano adulto fertilizado pone huevos no embrionados, que se excretan en las heces. 2. El huevo embrionado se desarrolla en suelos húmedos, arenosos y cálidos. 3. La larva rhabditiforme eclosiona del huevo para luego convertirse (4) en larva filariforme. 5. La larva rara vez se transmite por vía oral, transplacentaria o transmamaria. Los seres humanos se infectan por la penetración de larvas filariformes en la piel (pies descalzos en suelo húmedo). 6. La larva migra por el torrente sanguíneo hasta los pulmones. Una vez allí, la larva sube por el tracto respiratorio, se traga y llega al intestino delgado, donde madura hasta convertirse en un anquilostoma adulto, que se adhiere a la mucosa intestinal con sus dientes situados en la cavidad bucal.

Lo que Turton esperaba es que su sistema inmunitario abandonara su fijación alergógena por el polen de las plantas que le producían una tremenda alergia para dar respuesta a la infección por los nematodos intestinales. Escribió que durante los veranos en los que su intestino sirvió de huésped para esos parásitos, permaneció completamente libre de todos los síntomas de la alergia polínica.

¿Estamos demasiado limpios?

A primera vista, infectarse a posta con parásitos parece una terapia insensata. Al fin y al cabo, llevamos décadas financiando programas de desparasitación en todo el mundo porque las lombrices pueden causar enfermedades. No me refiero a las lombrices de tierra, sino a los helmintos, unos pequeños gusanos que han evolucionado para sobrevivir dentro de un huésped animal (y nosotros lo somos, mal que le pese a algunos), que sufre las consecuencias mientras el gusano prospera. Una infección por helmintos puede provocar anemia, hipertensión, desnutrición y problemas intestinales. Pero las lombrices no son necesariamente malas y es ahí donde está el meollo del argumento a su favor: la hipótesis de la higiene, que en resumidas cuentas sostiene que quizás ser demasiado limpio no sea tan positivo.

Nuestro mundo industrializado es muy limpio y hay quien sostiene que demasiado limpio. Gracias a la vacunación, la pasteurización, la cadena de frío y las prácticas generales de limpieza y desinfección, hemos mantenido a raya muchos microorganismos. Mientras tanto, hemos observado un aumento pronunciado de enfermedades relacionadas con nuestro sistema inmunitario: alergias, asma, diversas afecciones cutáneas, diabetes tipo 1, lupus, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa y artritis reumatoide.

Muchas de ellas son enfermedades autoinmunes: nuestro sistema inmunitario se rebela contra una molécula propia de nuestro cuerpo, como un ejército golpista que atacase a sus propios ciudadanos. Un mejor diagnóstico y un mayor acceso a la atención médica ayudan a explicar por qué algunas de estas enfermedades están en aumento en los países desarrollados, pero para los partidarios de la hipótesis de la higiene eso no es suficiente.

La hipótesis de la higiene

Esta hipótesis plantea que la mejora de las condiciones sanitarias causó el aumento de las enfermedades autoinmunes, o que al menos es una causa importante del mismo. Hasta hace poco, nuestros antepasados estaban plagados de parásitos. Era la norma, y los contraíamos a través de la agricultura, la caza, el trabajo de la tierra y del consumo de alimentos y agua contaminados. 

Eso significa que nuestro sistema inmunitario evolucionó dentro de cuerpos infectados por helmintos. La teoría sostiene que, al eliminar el gusano —un supuesto "viejo amigo" del cuerpo humano—, el sistema inmunitario se desequilibra y funciona mal.

Los científicos han intentado explicar cómo se produce ese desequilibrio. Una primera hipótesis se centró en dos tipos de respuesta inmunitaria: la respuesta Th1 y la respuesta Th2. Se creía que los gusanos provocaban una respuesta Th2 que bloqueaba los linfocitos Th1 del sistema inmunitario.

Por tanto, dicen, si se eliminan los gusanos, el sistema inmunitario produce una respuesta Th1 que conduce a enfermedades autoinmunes. Sin embargo, esta hipótesis del yin y el yang es simplista, ya que muchas de las armas inmunológicas de nuestro cuerpo no encajan perfectamente ni en Th1 ni en Th2. Una mejor comprensión de la inmunidad ha llevado a los científicos a considerar cómo los gusanos afectan a tipos específicos de glóbulos blancos, como las células reguladoras T, las células dendríticas y los macrófagos.

El objetivo de la terapia antihelmíntica es reintroducir los heilmintos en el organismo para tratar alergias o enfermedades autoinmunes. Sin embargo, no todos los helmintos son iguales; el gusano ideal no causaría ninguna enfermedad, no se multiplicaría dentro del cuerpo ni colonizaría otros órganos; no se propagaría a otras personas ni causaría síntomas en su hospedante y sería resistente a los medicamentos comunes, pero se eliminaría con antiparasitarios. Encontrar un gusano fetén como este no ha sido fácil, pero algunos candidatos han llegado a la cima de la lista.

Los dos principales son el anquilostoma humano (Necator americanus) y los huevos del tricocéfalo porcino (Trichuris suis ova), este último aprobado por el Departamento de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA) para su empleo en investigación con humanos. 

La evidencia de la terapia helmíntica en modelos animales (es decir, ratas y ratones criados para expresar enfermedades similares a las que buscamos tratar en humanos) ha resultado positiva y alentadora, a menudo porque los científicos utilizan muchos gusanos  para influir en el sistema inmunitario. El problema es que nosotros no somos ratones grandes.

De gusanos y hombres

Los pocos ensayos clínicos de terapia antihelmíntica que se han realizado han dado resultados contradictorios. A veces funciona; a veces, no. Los estudios escasean y los defensores de la técnica se apresuran a señalar problemas cuando los ensayos ofrecen resultados negativos: argumentan que los pacientes presentaban síntomas graves y no habían respondido a ningún tratamiento, por lo que no debería generalizarse la falta de respuesta. 

Por otro lado, cuando los investigadores intentan resumir los hallazgos sobre el tema suelen comparar un estudio realizado con un tipo de gusano con otro realizado con una especie completamente diferente, lo que es lo mismo que comparar peras con manzanas (ambas agusanadas).

He buceado en ClinicalTrials.gov, la base de datos de estudios de investigación clínica, y no he encontrado ningún ensayo registrado de terapia con lombrices que esté inscribiendo participantes. Dado que la investigación es tan escasa, la gente que intenta recuperar a toda costa su sistema inmunitario está recurriendo a grupos de apoyo en redes sociales.

Un artículo de 2020 de un equipo de investigadores canadienses analizó a personas con esclerosis múltiple que buscaban alivio ingiriendo lombrices. Muchos creían que los tratamientos convencionales les habían fallado, así que recurrieron a internet. La información que encontraron era de índole diversa. Incluso una fuente citaba: 

«Sus resultados son inequívocos y sorprendentes: la terapia helmíntica ralentizará o detendrá la evolución de la esclerosis múltiple remitente-recurrente en todos los que la prueben». 

No existe un solo fármaco contra cualquier enfermedad que pueda ofrecer resultados con tanta precisión ni con la esclerosis múltiple ni con cualquier otra enfermedad, y mucho menos lo ofrecen las lombrices parásitas.

Con anuncios como esos, algunos pacientes desesperados pagan grandes sumas de dinero para comprar helmintos on line, por lo general ocultando la información a su médico, porque temen su rechazo, y a sus amigos, porque temerían infectarse. No existen protocolos normalizados: muchos de estos gusanos mueren dentro del cuerpo y es necesario administrar una nueva dosis. ¿Cuánta? ¿Con qué frecuencia? Estas preguntas no han sido respondidas por los investigadores, por lo que quienes experimentan por su cuenta se basan en bulos y milagros compartidas en foros de internet.

Ciclo de vida de Trichuris suis. 1. El gusano adulto fertilizado pone huevos no embrionados, que se excretan en las heces. 2. El huevo no embrionado se desarrolla en el suelo y (3) se desarrolla en embrión en condiciones cálidas y húmedas. El hombre se infecta por ingestión de tierra, alimentos y agua contaminados. Los cerdos son el huésped natural de T. suis. 4. La larva eclosiona a través del polo del huevo en el intestino delgado. 5. La larva sufre mudas hasta el estado de gusano adulto en las capas mucosas. La mayoría de los gusanos adultos se encuentran en el intestino grueso. La mayoría de las larvas de T. suis después de eclosionar en el tracto gastrointestinal humano permanecen inmaduras y viven allí durante semanas.

Como de costumbre, sembrando muchas afirmaciones falsas e información errónea, las redes sociales han llevado la terapia con helmintos a la vanguardia de la discusión sobre el tratamiento autoinmune. Debido a este aumento de la discusión online sobre la terapia con helmintos, muchas personas que luchan contra enfermedades autoinmunes han recurrido a parásitos autoadministrados para tratarse, a pesar de que el tratamiento aún se encuentra en proceso de prueba y, en general, la mayoría de los profesionales médicos lo desaconsejan.

Por supuesto, siempre que existen terapias alternativas, es inevitable que se las vendan a padres de niños autistas, y con la terapia helmíntica ocurre lo mismo: muchos padres angustiados acuden a curanderos que les administran lombrices y terapia de quelación. También es de esperar que los helmintos se abran paso en el mercado de la pérdida de peso (algo así como "explota unos cuantos huevos de lombriz y observa cómo estas criaturas ingieren tu exceso de calorías"), pero de momento eso parece ser más una leyenda urbana que una realidad. Si te tienta la idea de una dieta para la tenia, recuerda que estos helmintos planos pueden excavar en el intestino e infectar otros órganos, incluido el cerebro.

En cuanto a la seguridad general de ingerir parásitos más benignos para curarse de una enfermedad inmunológica, como alergias o la enfermedad de Crohn, también persiste una gran incógnita. No somos cerdos, por lo que el tricocéfalo porcino no puede infectarnos más allá de que consiga vivir dentro de nosotros durante un tiempo y captar la atención de nuestro sistema inmunitario si es que lo consigue. 

Sin embargo, los gusanos pueden causar daño tisular interno al migrar de un órgano a otro, y pueden transportar las bacterias y sus toxinas si no se analizan antes de su uso. Los ensayos en humanos suelen reportar una buena tolerancia y ningún exceso de efectos secundarios en comparación con los grupos placebo, pero los estudios son demasiado escasos y poco representativos como para ser tranquilizadores.

Es difícil predecir qué enfermedad inmunológica se beneficiará de la terapia helmíntica, si es que se beneficia alguna. No es raro que una posible vía terapéutica conduzca a un callejón sin salida o a una sola aplicación probada. Con los gusanos, cualquier uso efectivo dependerá de demostrar qué especie funciona, en qué dosis y durante por cuánto tiempo. Pero el problema con estos gusanos es que pueden ser demasiado rudimentarios, peligrosos y "repulsivos" para ser útiles, razón por la cual los científicos intentan convertirlos en biofármacos más manejables.

Así como la llave es importante para abrir una puerta, no la persona que la sostiene, es posible que ingerir el gusano entero no sea necesario. Quizás se logre aislar una molécula producida por el gusano que sería la clave para reequilibrar nuestro sistema inmunitario. Una de las más estudiadas es la molécula de azúcar-proteína llamada ES-62, secretada por el gusano Acanthocheilonema viteae, que infecta a roedores. Parece proteger a los ratones contra el asma, la artritis reumatoide y la fibrosis pulmonar, pero, según afirman los investigadores, se necesitan más estudios.

Conclusión

Actualmente existen resultados prometedores de ensayos clínicos sobre terapias helmínticas aplicadas al tratamiento de enfermedades autoinmunes como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Igualmente prometedora es la gran variedad de ensayos clínicos que actualmente se están desarrollando sobre la aplicación de la terapia helmíntica al tratamiento de diversas patologías en las que está involucrado el sistema inmunológico, como son: asma, rinitis alérgica, artritis reumatoide, esclerosis múltiple, diabetes Mellitus tipo I, encefalomielitis autoinmune, obesidad, autismo, etc., que han llevado a identificar cuáles son los parásitos indicados en el tratamiento de este amplio espectro de enfermedades.

Sin embargo, es necesario indicar que no todos los helmintos son inmunorreguladores y, por lo tanto, útiles en el tratamiento de estas enfermedades y que, los que lo son, no son útiles en el tratamiento de todas las enfermedades de origen inmunológico, sino que presentan una marcada especificidad. 

Es más, la utilidad de los que resultan útiles presentan una variabilidad importante, no sólo dependiente de la enfermedad de origen inmunológico a tratar, sino también de las condiciones del paciente. Es por eso por lo que actualmente no existen terapias helmínticas aprobadas oficialmente; aún quedan muchos aspectos por desvelar, lo que hace que la hipótesis de la higiene no haya pasado de ser eso, una hipótesis, no una teoría contrastada. Sin embargo, lo prometedor de estas terapias ha traído consigo la autorización de algunas de ellas como “productos en fase de investigación clínica”.

Aunque quienes se dedican a la medicina alternativa prefieren que la industria farmacéutica no se involucre en la terapia antihelmíntica, la cuestión es que si lo hace podría facilitar su acceso al público. Por ahora, las compañías farmacéuticas no están dispuestas a invertir en gusanos terapéuticos, ya que aislarlos del intestino de los animales conlleva el riesgo de contaminación bacteriana y los clientes potenciales generalmente rechazan la idea de ingerir huevos de gusanos. Pero todo cambiaría si pudiera patentarse un extracto molecular administrable en forma de píldora, lo que facilitaría su comercialización.

Los gusanos parásitos pueden dañarnos, pero nos han acompañado a medida que nuestro sistema inmunitario evolucionaba. Quizás encontremos una forma segura de reincorporarlos a nuestro sistema inmunitario con beneficios comprobados y no sólo como remedios milagrosos. 

Quizás logren escapar del mundo de la autoexperimentación y se infiltren en la medicina moderna. Pero eso todavía está por verse.

martes, 15 de abril de 2025

RANAS VENENOSAS Y MAGOS “TRAGARRANAS”

 

Los colores brillantes de esta rana venenosa (Oophaga granulifera) advierten a los depredadores de su toxicidad. Foto de Patrick Gijsbergs.

Desde adaptaciones físicas (poner pies en polvorosa es la más frecuente de ellas) y conductuales (el permanente estado de alerta es el más utilizado quizás por ser el más barato) hasta mecanismos químicos y de camuflaje, la naturaleza ha desarrollado una serie de defensas asombrosas para garantizar la supervivencia de las presas en un mundo lleno de peligros y desafíos.

Los mecanismos químicos de defensa implican la producción de sustancias químicas tóxicas o repelentes que hacen que las presas sean menos apetecibles o incluso peligrosas para los cazadores. Por lo general, los mecanismos químicos defensivos vienen acompañados de aposematismo (del griego apo "lejos o aparte", y sema "señal"), fenómeno que consiste en que algunos organismos presenten rasgos llamativos a los sentidos, destinados a que sirvan de "señales de advertencia" para alejar a sus depredadores.

Entre los animales es frecuente el aposematismo en especies dotadas de medios defensivos potentes, tales como aguijones o colmillos venenosos, o un sabor desagradable, aunque el más eficaz de todos ellos es la producción de toxinas por parte de algunas especies, como las ranas venenosas.

Existen más de 175 especies de ranas dardo venenosas en la familia Dendrobatidae; todas presentan una brillante coloración aposemática destinada a que los depredadores queden avisados de sus secreciones cutáneas tóxicas. Son ranas pequeñas; la mayoría no son más grandes que un clip. Poseen una lengua larga y pegajosa que se proyecta rápidamente para capturar a sus presas.

El nombre de una de ellas, Phyllobates terribilis, es muy apropiado. Es tan venenosa que los nativos solo tienen que rasparle el lomo con un dardo para que este sea mortal. John Daly, el científico especialista en alcaloides que en los Institutos Nacionales de Salud estadounidense aisló y caracterizó muchos de los venenos de ranas en la década de 1960, escribió que bajo ningún concepto tocaría esa rana porque tenía suficiente veneno en la piel como para matar a una persona.

Daly también pudo rastrear el origen del veneno hasta las hormigas, pequeños escarabajos, milpiés y ácaros de los que se alimentan las ranas. Todos estos contienen alcaloides que las enzimas de las ranas convierten en toxinas, la más notoria de las cuales es la batracotoxina, tan potente que una centésima de miligramo, demasiado pequeña para ser visible, puede ser letal para un adulto.

La batracotoxina abre los canales de sodio en las células nerviosas y la afluencia masiva de sodio afecta la capacidad de la neurona para enviar señales a los músculos. El resultado es parálisis respiratoria. La única criatura que no tiene que temer a los Phyllobates es la "serpiente vientre de fuego" (Storeria occipitomaculata), una pequeña serpiente inofensiva que ha desarrollado inmunidad al veneno de rana y, de hecho, se alimenta de ellas.

Epipedobates tricolor es una rana venenosa que se encuentra en Ecuador, de la cual Daly y sus colegas extrajeron una toxina diferente, llamada epibatidina. Aunque es extremadamente tóxica, también se descubrió que tiene un efecto analgésico, unas 200 veces más potente que la morfina.

Eso se determinó mediante una prueba normalizada en la que se coloca una rata sobre una placa calentada eléctricamente, lo que la hace saltar en el aire. Si se le inyecta un analgésico, permanecerá en la placa durante más tiempo. En general, el roedor ignora el calor con una dosis de un miligramo de morfina por kilogramo de peso corporal, pero se puede lograr el mismo efecto con una dosis de solo cinco microgramos por kilogramo de epibatidina, lo que explica su potencia 200 veces mayor.

Además, si a una rata a la que se le administra morfina se le inyecta naloxona, una sustancia química que neutraliza el efecto de los opioides, recupera su sensibilidad al dolor. Sorprendentemente, esto no ocurrió con la epibatidina, lo que sugiere que su efecto analgésico se debía a un mecanismo diferente y, por lo tanto, no causaría adicción. De hecho, en lugar de estimular los receptores opiáceos, la epibatidina se une a los receptores de acetilcolina e inhibe la transmisión de las señales de dolor.

Pese a que inicialmente se abrigaba una gran esperanza en la epibatidina como un potente analgésico no adictivo, resulta que la diferencia entre una dosis terapéutica y una tóxica es demasiado pequeña para poder utilizarla en la práctica.

Aunque no se conocen asesinatos por veneno de rana en espectáculos de magia, ni en ningún otro lugar, las ranas han participado en al menos una función de magia. El mago David Blaine se traga ranas y las regurgita. No es un truco. Ha entrenado sus músculos para evitar que las ranas caigan en su estómago, manteniéndolas en el esófago, desde donde puede regurgitarlas a voluntad.


No usa ranas dardo venenosas. Eso sería demasiado incluso para Blaine, quien ha desconcertado al público con desafíos tan mortales como ser enterrado vivo o estar encerrado en un bloque de hielo durante 63 horas. Escalofriante.

lunes, 14 de abril de 2025

LA ARAÑAS EUNUCAS PELEAN MEJOR

 

Hembra de la araña Nephilengys malabarensis en su tela. Foto de ekavieka / Alamy Stock Photo.

La arañas ermitañas (Nephilengys malabarensis), que viven en el sureste de Asia (India, Sri Lanka, Filipinas, China, Japón e Indonesia) alimentándose de pequeños insectos, no son unos arácnidos comunes; han desarrollado una adaptación que les permite reproducirse mientras escapan del canibalismo de las hembras: pueden desprenderse de su “pene” y de alguna que otra pata.

Esta especie de araña presenta un dimorfismo sexual extremo, lo que significa que machos y hembras tienen una apariencia muy diferente. Las hembras pueden medir hasta aproximadamente 1,5 centímetros, mientras que los machos apenas miden menos de medio centímetro.

Nephilengys malabarensis. a: Dimorfismo sexual entre hembra (izquierda) y macho (derecha). b: Un macho encima de la hembra listo para insertar su palpo durante la cópula. c: un macho rompe su palpo que se aloja en el órgano receptor (epiginum) de la hembra (encerrado en un círculo).

Los machos se enfrentan a riesgos considerables durante el apareamiento debido a la agresiva voracidad de las hembras, que pueden matar y devorar a sus parejas antes o después de la cópula. El sexo puede ser tan peligroso para los machos que han desarrollado la capacidad de desprenderse el pene para dejarlo bombeando esperma mientras huyen a toda prisa.

En este proceso de "cópula a distancia", el palpo de la araña macho (su órgano de liberación de esperma, del cual posee dos) puede desprenderse dentro del tracto reproductivo de la hembra. El palpo desprendido permanece dentro de ella y continua bombeando esperma incluso después de que el macho haya puesto pies en polvorosa.

Al estudiar este "fenómeno autocapador", los biólogos han descubierto no solo que cuanto más tiempo permanece el palpo cercenado en los genitales femeninos, más espermatozoides transfiere; también que la amputación del palpo inducida por la hembra acelera la transferencia de espermatozoides.

El “pene desmontable” también cumple otra función importante: actúa como tapón de apareamiento. Tras romperse, el émbolo —una estructura similar a una aguja que transporta el esperma— permanece alojado en el orificio reproductivo de la hembra para evitar que otros machos se apareen con ella. Eso reduce la competencia espermática y aumenta la probabilidad de transmisión de los genes del macho.

Después de perder el miembro, la araña macho también se vuelve más agresiva y protege a la hembra de otros machos que podrían intentar desalojar el "tapón palpo" e inseminar a su “amada”. Y es que según un estudio publicado en la revista Animal Behaviour con el sugestivo título de “Los eunucos son mejores luchadores”, la eliminación de un palpo reduce el peso corporal de la araña y aumenta su resistencia, lo que potencia su capacidad de lucha.

Mutilación de palpos en Nephilengys malabarensis. a: La punta del émbolo se rompe (a la derecha) después de que el palpo se use para la cópula. b: fragmento del émbolo (mostrado por una flecha) alojado en la espermateca receptora de la hembra.

Este descubrimiento respalda lo que los investigadores denominan una estrategia de apareamiento en la que las arañas no tienen otra razón de vida que proteger a sus posibles crías. Las arañas macho también tienen otro truco para evitar ser devorados por las hembras: a veces, les ofrecen una de sus patas como distracción durante el apareamiento. Este acto de autoamputación reduce el riesgo de ser atacado o devorado durante el apareamiento. Además, le permite al macho ganar tiempo para poner sus otras siete patas en marcha.

Nephilengys malabarensis. a: Dimorfismo sexual entre hembra (izquierda) y macho (derecha). b: Un macho encima de la hembra listo para insertar su palpo durante la cópula. c: un macho rompe su palpo que se aloja en el órgano receptor (epiginum) de la hembra (encerrado en un círculo).

Mutilación de palpos en Nephilengys malabarensis. A: La punta del émbolo se rompe (a la derecha) después de que el palpo se use para la cópula. B: fragmento del émbolo (mostrado por una flecha) alojado en la espermateca de la hembra.

sábado, 5 de abril de 2025

LA CHAQUETA DE LINCOLN Y EL FALSO ARGUMENTO DE LA «EQUIDAD ARANCELARIA»

 

En estos días en los que “arancel” (la tarifa oficial determinante de los derechos que se han de pagar en varios servicios, como el de costas judiciales, aduanas, etcétera) se ha convertido en la estrella del diccionario, algunos han dado en recordar la vieja frase del presidente Abraham Lincoln: «yo no sé gran cosa de aranceles. Lo que sí sé es que cuando compro una chaqueta fabricada en Inglaterra, yo me quedo con la chaqueta e Inglaterra con el dinero, mientras que, si la compro en Estados Unidos, yo me quedo con la chaqueta y Estados Unidos con el dinero».

El «argumento Lincoln» confunde la posesión de dinero con la posesión de riqueza. La diferencia entre riqueza y dinero radica principalmente en su naturaleza y en cómo se perciben dentro de la economía: dinero es un medio de intercambio que se utiliza para comprar bienes y servicios. Es una unidad de medida de valor, pero por sí mismo no genera riqueza. El dinero puede ser en forma de billetes, monedas o depósitos bancarios, y su valor puede fluctuar según factores económicos como la inflación o la oferta y demanda.

Riqueza, en cambio, es un concepto más amplio. Se refiere a los recursos y activos acumulados que tienen valor, como propiedades, tierras, acciones, empresas, y otros bienes materiales o inmateriales. La riqueza incluye no solo el dinero, sino también otros elementos que pueden generar ingresos o mantener su valor a lo largo del tiempo, como inversiones o propiedades inmobiliarias. Además, la riqueza puede ser una fuente de dinero, ya que algunos activos generan rentas o ganancias.

En resumen, el dinero es solo una herramienta dentro del proceso de acumulación de riqueza, pero no toda riqueza se traduce directamente en dinero. La riqueza también incluye activos y recursos que pueden no ser líquidos o fácilmente convertibles en efectivo.

Confundir ambos conceptos, como ha hecho Trump, constituye un error de grandes proporciones, típico de los economistas conocidos como «mercantilistas», muy de moda en los siglos XVII y XVIII entre autores que, como Thomas Munn (1517-1641), pensaban que un país debe exportar más cantidad de la que debe importar: su balanza de pagos exterior debe ser siempre favorable, con lo que acumulará grandes cantidades de dinero lo que parece bueno. Es el fetichismo del dinero que subduce a políticos ignorantes, populistas y demagogos.

Acumular dinero no es acumular riqueza. Es más, la acumulación de dinero en un país provoca inflación y disminución del valor de los salarios. Ésa es la razón por la que la España de los siglos XVI y XVII, inundada por el oro y la plata procedente de América, era inflacionaria y pobre, pues los Austrias practicaron una autarquía nefasta que impedía comprar al extranjero con el argumento de que el oro y la plata españoles no debían salir de España para no empobrecer al país.

La mejor doctrina económica siempre fue y ha sido contraria al proteccionismo. La frase de la «chaqueta de Lincoln» constituye una falacia con nulo soporte económico: lo que ocurre es que el comprador de la chaqueta norteamericana es ahora más pobre y tiene menos dinero del que tendría si hubiera podido comprar la chaqueta inglesa, probablemente más barata y de mayor calidad. Si se imponen aranceles a las chaquetas inglesas, el consumidor norteamericano compra una chaqueta cara (elaborada por su propia industria textil doméstica) y probablemente peor que la chaqueta inglesa. Se ha empobrecido para premiar a los fabricantes ineficientes norteamericanos, lo que es absurdo.

El proteccionismo es negativo. Constituye una política económica errónea que comporta consecuencias nefastas para todos. Sin embargo, y paradójicamente, es una doctrina muy bien recibida por el público en general, por lo que los políticos profesionales y los populistas recurren a ella con asombrosa frecuencia. Se trata de un plantamiento que puede hacer ganar elecciones y que permite alcanzar altas cotas de popularidad a sus defensores. Es frecuente leer proclamas y soflamas del estilo «compra sólo productos españoles», «British jobs for British workers», «no a los juguetes chinos», «si compras productos extranjeros los trabajadores españoles pierden sus empleos», y otras de semejante tenor.

El argumento del presidente Trump para iniciar una guerra comercial internacional se basa en un alegato de «justicia» e igualdad que suena muy bien en la sociedad americana poco informada. Es cierto que algunos gobiernos extranjeros saquean a sus ciudadanos con elevados impuestos arancelarios sobre las importaciones americanas (y extranjeras, en general), obligándoles a pagar precios más altos por esos productos o por productos nacionales competidores.

La razón por la que se llaman aranceles «protectores» es que los precios más bajos «protegen» a los consumidores. Cuando su competidor extranjero se ve obligado a pagar un impuesto del 50% sobre sus productos y un fabricante local no, este puede aumentar su precio en, digamos, un 40% y seguir teniendo un precio inferior al foráneo por más que su producto sea de calidad muy interior y fabricado a un coste mucho menor.



Las empresas con conexiones políticas se embolsan así el botín a costa de sus desventurados conciudadanos siempre prestos a envolverse en la enseña nacional. Los impuestos arancelarios son un robo legalizado en beneficio de empresas ya ricas y nunca han sido más que otro esquema de compra de votos que empodera a los poderosos políticamente y castiga al consumidor común, emgañado por una falsa retórica patriótica y nacionalista.

La exigencia de «justicia» del presidente Trump es la siguiente: cualesquiera que sean los impuestos arancelarios que los gobiernos extranjeros impongan a las importaciones americanas, se impondrá un impuesto arancelario equivalente a sus importaciones en los Estados Unidos. Es justo, dice. y sus audiencias tipo “Village People”, como la que reunió en el jardín de las rosas de la Casa Blanca el pasado día 3, aplaude su justificación para imponer impuestos arancelarios más altos —mucho más altos— a las importaciones en Estados Unidos.

El resultado final de esto será un grado aún mayor de robo legalizado, ya que los consumidores americanos y las empresas americanas que utilizan piezas importadas para sus propios productos manufacturados (es decir, por ejemplo, las empresas automovilísticas americanas que importan piezas de automóviles de Canadá y México) son saqueados con precios más altos pagados por los mismos productos (o de peor calidad). El robo político mediante impuestos arancelarios siempre ha sido el timo de robar a Pedro para pagar a Pablo.

¿Cómo puede ser «justo» para los consumidores americanos, los fabricantes de automóviles y una miríada de otras empresas americanas verse obligados a pagar precios más altos? Por supuesto que no lo es; es injusto se mire como se mire.

Hay un dicho en economía que dice que un impuesto sobre las importaciones es también un impuesto sobre las exportaciones. Si los socios comerciales extranjeros de los americanos se ven empobrecidos por los aranceles proteccionistas, tendrán menos dólares con los que comprar productos americanos en el comercio internacional, especialmente productos agrícolas. Obviamente, esto perjudicará a los exportadores americanos, a sus empleados y a los consumidores estadounidenses. No hay nada más antisocial que los impuestos arancelarios proteccionistas.

El presidente Trump ha declarado repetidamente con gran emoción que con sus inminentes enormes aumentos de impuestos arancelarios «nosotros», refiriéndose al gobierno federal, «vamos a ingresar MUCHO dinero.» Pues bien. Debería explicar ahora desde cuándo ha sido la prioridad de su administración vaciar los bolsillos de los consumidores y empresas americanas con impuestos arancelarios para que la burocracia federal pueda agrandarse e hincharse aún más de lo que ya está. ¿No es eso una contradicción rotunda de todas las promesas de campaña del presidente Trump, por no mencionar el objetivo profesado del DOGE liderado (por el momento) por Elon Musk?

El presidente nunca se resiste a presumir de su destreza negociadora y es evidente que pretende utilizar la amenaza de los impuestos arancelarios como su principal herramienta de negociación. Si realmente fuera un maestro negociador verdaderamente interesado en la justicia y la equidad, propondría el siguiente trato a los gobiernos extranjeros: «Eliminaremos todos los impuestos arancelarios sobre sus importaciones a los Estados Unidos si ustedes eliminan todos los impuestos arancelarios sobre las importaciones americanas a su país».

Esa sería una táctica de negociación muy superior a su quijotesco llamamiento a una guerra comercial internacional al estilo del siglo pasado, en el que hubo dos actuaciones arancelarias parecidas a las propuestas por Trump cuyos resultados fueron nefastos. La Tariff Act de 1930 más conocida como Ley Hawley-Smoot aumentó unilateralmente los aranceles a los productos importados con el objetivo de proteger a los productores nacionales durante la Gran Depresión. Sin embargo, resultó en represalias comerciales de al menos veinticinco países, lo que exacerbó la crisis económica global. La Tariff Act es un ejemplo paradigmático de cómo las políticas proteccionistas pueden tener consecuencias negativas a gran escala.

Otro estrepitoso fracaso sucedió con la ley de 1971 de Nixon promulgada en plena Guerra de Vietnam. Una de las primeras medidas adoptadas por Roosevelt al alcanzar la presidencia fue derogar la Hawley-Smoot, mientras que Nixon también anuló la suya al sufrir en propias carnes las nefastas consecuencias del aumento de inflación, encarecimiento de petróleo, y subida de tipos.

Si nos atenemos a la historia, la medida adoptada ahora por Donald Trump no augura nada nuevo.

sábado, 22 de marzo de 2025

LOS SUPUESTOS MILAGROS PODOLÓGICOS DEL VICKS VAPORUB

 

Ha estado entre nosotros durante más de un siglo como un ungüento con el que frotarse el pecho y la espalda para aliviar la tos, la congestión y los dolores artríticos leves. ¿Pero frotarlo en los pies puede hacer milagros?

Antes de disputar la prórroga del partido de Champions contra el Atlético de Madrid, la televisión mostró imágenes de los jugadores del Real Madrid untándose Vicks VapoRub con denodada fruición en el pecho, en la espalda y en las camisetas. Al parecer los profesionales blancos, sin nada mejor que hacer además de entrenar un rato, tatuarse y pasar a diario por la peluquería, han recuperado un ritual que escenifican en la banda en grupos de cinco. 

Justo antes de que el colegiado señale el inicio del encuentro, los madridistas acuden a la banda para que los fisios les froten en el pecho el ungüento milagroso, que no tiene otro objetivo que abrir las fosas nasales y descongestionar.

Los jugadores madridistas también se lo untan a placer en la camiseta, para que el efecto no desaparezca durante el partido y puedan aspirar a modo durante el encuentro. Los vapores medicinales ingresan por la nariz y la boca para ayudar a la respiración, señalan desde la marca, encantada, como no podía ser menos, de una publicidad gratuita.

No es nuevo en el mundo del fútbol. Lo puso de moda Patrick Vieira hace 20 años, cuando jugaba en el Arsenal londinense y corrían los tiempos del “éxtasis”, una droga sintética que, como comentaré más abajo, algo tiene que ver con el asunto. Entonces llamaba mucho la atención ver la camiseta roja empapada y pegada al pecho en un experimento infantilizado que se extendió a otros jugadores del equipo Günner, como Eboué, Kolo Touré y Gilberto Silva.

Por supuesto, no tiene nada de dopaje. No puede aparecer un positivo por culpa de esta sustancia, que tiene como ingredientes alcanfor, trementina, mentol, aceite de eucalipto, timol y aceite de nuez.

¿Que por qué les cuento esto? Porque mientras que preparo un viaje por Estados Unidos doy por casualidad con un vídeo con el sorprendente título de «Los milagros que ocurren cuando te aplicas Vicks VapoRub en los pies». El narrador, un tal doctor Mandell, nos dice en un tono convincente que el milagro consiste en inducir el sueño y la calma, especialmente cuando se sufre de un resfriado, untándose Vicks VapoRub en las plantas de los pies y luego poniéndose calcetines.

El impostado doctor Mandell resulta ser un quiropráctico y eso ya hace saltar las alarmas. Puede que sepa mucho sobre cómo aliviar el dolor lumbar manipulando la columna vertebral, pero cuando comienza a filosofar sobre los receptores nerviosos en el pie que se estimulan para enviar una señal a la "médula oblinga" en el cerebro, está meando fuera del tiesto. En primer lugar, es "médula oblonga", no "médula oblinga", y aunque esta parte del tronco encefálico controla la respiración, la frecuencia cardíaca y la presión arterial, no hay evidencia alguna de que su actividad se estimule frotando un brebaje de alcanfor, mentol y aceite de eucalipto en los pinreles.

Primero, un poco de historia de la farmacopea. El hijo de Lunsford Richardson, un boticario de Carolina del Norte, sufría de crup, una infección respiratoria que causa una tos profunda parecida a un ladrido. Como farmacéutico, Richardson conocía el uso tradicional del alcanfor para los resfriados que se remonta a la antigua China y decidió darle una oportunidad mezclándolo con vaselina para formular un ungüento que se pudiera frotar en el pecho. 

El alcanfor se puede aislar del árbol de alcanfor (Cinnamomum camphora) que crece en Oriente mediante un proceso conocido como destilación al vapor. Hoy en día, sin embargo, la mayoría del alcanfor que se vende se fabrica sintéticamente a partir de pineno, extraído de los pinos. Richardson también agregó un poco de mentol obtenido de la menta (Mentha aquatica) y aceite de eucalipto (Eucalyptus globulus), los cuales tenían usos tradicionales como descongestionantes desde tiempos inmemoriales.

La idea de Richardson era que cuando el cuerpo lo calentara, la combinación de ingredientes liberaría vapores calmantes. Aparentemente, los síntomas del niño se aliviaron y el farmacéutico pensó que estaba en lo cierto. Pero necesitaba un laboratorio para experimentar mejor y, según cuenta la historia, su cuñado, Joshua Vick, resultó ser un médico con acceso a un laboratorio. Así nació el nombre de Vicks VapoRub.

En los primeros anuncios, el producto se promocionaba como "un regalo a las mamás estadounidenses procedente de todos los confines de la Tierra". El alcanfor procedía de Formosa, el eucalipto de Australia, el mentol de Japón y la vaselina de Norteamérica. Es probable que el efecto descongestionante se deba al fuerte aroma del alcanfor, pero también se han documentado problemas asociados con su uso. La irritación de la piel, los dolores de cabeza, los mareos, la confusión e incluso las alucinaciones se han relacionado con el uso inadecuado del alcanfor.

Pero ¿qué significa "uso inapropiado"? ¿Qué te parece si frotas a tu pareja de baile con una crema alcanforada antes de atacar la pista de baile? ¡Eso no figura como un uso potencial en la etiqueta de Vicks VapoRub de Vick! Pero lo creas o no, eso es justo lo que los adolescentes del norte de Inglaterra comenzaron a hacer hace unos veinte años. ¿Por qué?

Según se decía, ayudaba a prolongar el efecto de la droga de diseño conocida como éxtasis. Esta peligrosa sustancia estaba de moda en las raves, esas fiestas en las que los jóvenes se contorsionaban en la pista de baile mientras las luces parpadean y la música electrónica suena a todo volumen. Cuando la policía comenzó a tomar medidas y a registrar a las personas que acudían al lugar de la fiesta, los raveros comenzaron a ingerir la droga antes de llegar al fiestorro. 

Eso no funcionaba porque el éxtasis tiene una vida media breve. Sin embargo, un astuto químico de andar por casa se dio cuenta de que, si se tomaba éxtasis antes del baile, su efecto podía prolongarse untándose con alcanfor. Y Vicks VapoRub era una fuente fácilmente disponible de esta sustancia.

Ahora el personal está flipando sobre un uso del Vicks que no tiene nada que ver con las raves. Lo frotan en la planta del pie para ayudarlos a dormir, ya sea que tengan o no un resfriado. Que yo sepa, y por más que busco en la bibliografía médica especializada, nadie ha llevado a cabo una prueba sobre el supuesto efecto calmante de dormir con un calcetín empapado de Vicks VapoRub.

Es cierto que hay una gran cantidad de leyendas urbanas, pero también se pueden encontrar otras muchas leyendas para el tratamiento del síndrome de piernas inquietas colocando una barra de jabón debajo de las sábanas o para determinar el sexo de un feto colocando un anillo sobre el vientre de la mujer embarazada.

Supongo que es posible que algo de alcanfor se absorba en el torrente sanguíneo y produzca algún efecto, pero afirmar que estimula el bulbo raquídeo a través de los nervios es un trágala demasiado descabellado. Si tal estimulación fuera posible, ¿por qué produciría un efecto calmante y no excitante?

Quizás alguien pueda llevar a cabo un ensayo controlado adecuado para que podamos poner fin a esta cuestión de una forma u otra. En cualquier caso, no esperaría que ocurriera ningún tipo de milagro. Y ese es el problema de frotar Vicks VapoRub en la planta del pie.

En cualquier caso, no haga lo que hizo Lunsford Richardson: no haga mucho caso de lo que le diga su cuñao.

viernes, 21 de marzo de 2025

SOBRE LA CAZA DEL LOBO AL NORTE DEL DUERO

 


A pesar de que PP, Vox, PNV y Junts aprobaron ayer en el Congreso la vuelta a la situación anterior para que el lobo pudiera cazarse al norte del Duero, ese paso atrás no es posible. En una sentencia del pasado año, el Tribunal de Justicia de la UE dejó claro que no se pueden cazar lobos cuando su estado de conservación sea desfavorable, y esa es la actual situación del lobo en España: https://www.iustel.com/diario_del_derecho/noticia.asp?ref_iustel=1246591