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domingo, 3 de agosto de 2025

PETUNIAS, SURFINIAS Y CALIBRACHOAS

 

Petunias, surfinias y calibrachoas son plantas con floraciones atractivas muy populares en jardinería, especialmente en macetas, jardineras colgantes y borduras. Aunque tienen un aspecto similar, pertenecen a estirpes diferentes (aunque emparentadas) y presentan algunas diferencias.

Hace unos días, la prensa de todo el mundo incluyó una noticia sensacional: unos científicos chinos habían descubierto el origen de las patatas a partir de un ancestro parecido a los tomates. Hagamos un poco de taxonomía. Las patatas tienen el nombre científico de Solanumtuberosum, mientras que los tomates pertenecen a la especie Solanum lycopersicum.

El que ambos compartan el primer nombre (el del género: Solanum), significa que ambos están estrechamente emparentados. Como no podía ser menos, ese parentesco se extiende a su pertenencia a la misma familia: las solanáceas, donde se reúnen tanto plantas comestibles como berenjenas, patatas, tomates y pimientos, como otras de efectos tóxicos o alucinógenos como el tabaco, el beleño, la mandrágora, la solandra, la belladona o el estramonio.

Mientras que Petunia, y Calibrachoa son dos géneros incluidos en esta familia, Surfinia no es, en realidad, ni un género distinto, ni una especie biológica: es un híbrido entre dos o más especies de Petunia. Su propio nombre botánico lo indica: Petunia x hybrida. La “x” que se coloca detrás del género indica precisamente eso, que es un híbrido, lo que en este caso en particular se refuerza en el epíteto específico “hybrida”. El híbrido fue desarrollado en Japón seleccionando petunias por su crecimiento colgante y su resistencia a condiciones adversas.

Empecemos por resumir las diferencias entre las tres: 

Característica

Petunia

Surfinia

Calibrachoa

Género

Petunia

Petunia (híbrido)

Calibrachoa

Tamaño de flor

Grande (5 a 10 cm)

Grande (5 a 10 cm)

< 3 cm

Hábito de crecimiento

Erecto o semicolgante

Muy colgante

Muy colgante

Propagación

Semillas

Esquejes

Esquejes

Tolerancia al calor

Media

Alta

Muy alta

Floración

Estacional

Muy abundante

Muy Continua

Uso común

Jardines, macetas

Jardineras colgantes

Cestas colgantes

Reproducción

Semilla (fácil)

Esquejes (clonal)

Esquejes (difícil por semilla)

Vamos a profundizar ahora un poco en la comparación botánica entre Petunia y Calibrachoa. Aunque ambas parecen muy similares a primera vista, son géneros distintos, con diferencias genéticas, estructurales y fisiológicas notables.

Un cultivar de Petunia
Genéticamenteamente, entre petunias y calibrachoas la diferencia reside en el número de cromosomas: 14 en las primeras, 18 en las segundas, un argumento muy potente para considerarlas géneros distintos cuya hibridación natural es prácticamente imposible. 

Morfológicamente son muy parecidas, excepto en el tamaño de las flores, más pequeñas, pero muy copiosas, en el caso de las calibrachoas, lo que resulta especialmente notable en uno de sus cultivares, el ‘Million Bells’, cuyas matas producen cientos de campanitas violetas, azules, rosadas, rojas, magenta, lavanda, amarillas, anaranjadas, blancas...

Cuando los exploradores y botánicos europeos comenzaron a clasificar las plantas sudamericanas en los siglos XVIII y XIX, adoptaron en muchos casos el nombre vernáculo local. El género suramericano Petunia fue formalmente descrito por el botánico francés Antoine Laurent de Jussieu (1748-1836), que formó la palabra "petunia" haciéndola derivar del término "petyn" o "peti", que en guaraní significa "tabaco".

Los colores de las petunias son muy variados (blanco, rosa, rojo, púrpura, azul, sin que falten las flores polícromas); la textura de su follaje es gruesa, algo pegajosa y peluda. Se reproducen fácilmente por semillas y, aunque toleran algo menos el calor extremo que las calibrachoas, pues para crecer bien requieren sol abundante y buen drenaje.

Las calibrachoas ‘Million Bells’ ofrecen una floración abundantísima. 

Originarias como las petunias de Suramérica, las calibrachoas pertenecen a un género cuyo nombre, acuñado en 1825 por el botánico extremeño nacionalizado mexicano Vicente Cervantes (1758-1829), que quiso así rendir homenaje a Antonio de la Cal y Bracho, al parecer un boticario mexicano del que prácticamente no existen datos biográficos, formándolo de "Cali" (por "Cal y") "bracho" (por Bracho).

El hábito de crecimiento de las calibrachoas es colgante, denso y ramificado, y con una textura del follaje más fina y compacta que la de petunias y surfinias. Otro rasgo que las distingue: sus hojas no son pegajosas. Las flores son también más pequeñas (2–3 cm), pero muy numerosas y de colores muy variados; su cultivo es más tolerante al calor, pero algo más exigente en cuanto a pH del sustrato, pues prefiere suelos ligeramente ácidos. Se reproducen por esquejes, aunque sea posible, pero más difícil, propagarlas por semillas.

Característica

Petunia

Calibrachoa

Género

Petunia

Calibrachoa

Familia

Solanaceae

Solanaceae

Número cromosómico

2n = 14

2n = 18

Tamaño de flor

5–10 cm

2–3 cm

Forma de flor

Trompeta abierta

Trompeta pequeña/campana

Crecimiento

Erecto o semicolgante

Muy colgante y compacto

Floración

Estacional

Continua

Reproducción

Semillas (fácil)

Esquejes (principal método)

Raíces

Más superficiales

Más finas y densas

Tolerancia al calor

Moderada

Alta

Sensibilidad al pH

Moderada

Alta (prefiere sustrato ácido)

Flor

Grande, abierta

Pequeña, en forma de campana

Tallo

Más grueso

Más delgado y flexible

Hojas

Más grandes, peludas

Más pequeñas, suaves

Floración

Menos densa, más llamativa

Muy densa, cubre totalmente

Textura del follaje

Gruesa, pegajosa

Suave y compacta

Gracias a su porte rastrero, las calibrachoas crecen formando cascadas de flores. Resultan espectaculares en tiestos colgantes, macetas y rocallas, y son capaces de mantener su forma compacta y densa aun cuando están estresadas por el calor. Además, sin que se sepa por qué, atraen a los pájaros.

Las calibrachoas exigen pocos cuidados y a su vigor y resistencia a altas temperaturas y plagas, añaden su capacidad autolimpiante: las flores viejas no necesitan ser pinzadas. Para florecer en abundancia desde abril hasta otoño, exigen un aporte mensual de abono para plantas de flor. Requieren un excelente drenaje para evitar la pudrición: solo hay que regarlas cuando el sustrato se vea seco.

La versión colgante de las petunias son las surfinias. Surfinia no es un nombre botánico “oficial”, sino una marca registrada desarrollada en los años 90 por la compañía japonesa Suntory. Es una línea híbrida de petunias seleccionada por su crecimiento colgante, floración abundante y resistencia al clima severo. 

El nombre “Surfinia” fue creado para combinar la idea de “Surf” (quizás aludiendo a su forma colgante, como olas deslizantes) con el sufijo atractivo y floral “-inia”, que evoca suavidad o feminidad, Surfinia es ahora sinónimo de "petunias colgantes" en el lenguaje común de la jardinería.

Una surfinia morada

Sus flores tienen un tamaño similar o ligeramente más pequeñas que las petunias tradicionales y, a diferencia de estas, se propaga por esquejes (no por semillas: son estériles como sucede en todos los híbridos). Muy resistentes y floríferas, las surfinias son unas de las plantas colgantes más populares del mundo.